IES Padre Suárez, el servicio público de la educación

La grandeza de la educación pública

Ciudadanía - María Andrade - Domingo, 6 de Marzo de 2022
Te ofrecemos un reportaje sobre el Instituto de Enseñanza Secundaria Padre Suárez, una institución educativa histórica vinculada a la ciudad de Granada desde hace 177 años. La excelencia de la educación pública.
De izquierda a derecha, Emilio Padilla, Mar Fernández, Carolina Vallejo e Ignacio Peña.
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De izquierda a derecha, Emilio Padilla, Mar Fernández, Carolina Vallejo e Ignacio Peña.
Con este reportaje sobre el IES Padre Suárez, seguimos la serie dedicada a servicios públicos, en este caso la educación, acercándonos a los trabajadores y trabajadoras que los hacen posible y también a la historia de los edificios de la ciudad donde se prestan. Nuestro agradecimiento a la directora del instituto, Carolina Vallejo; al secretario del centro educativo, Ignacio Peña; al responsable del Museo de Ciencias del instituto, Emilio Padilla; a los profesores Ramón Ortega y Benito Moreno; al profesor jubilado José Luis Rodríguez-Campra Berbel; a la responsable de la biblioteca escolar del instituto, Mar Fernández; y a las administrativas Macarena Carrera y Puri Cascales, y, con sus nombres, a todo el personal del instituto y a su alumnado. 

Los peldaños de entrada al IES Padre Suárez, edificio de la Gran Vía de Granada que ha superado ya el siglo, tienen marcados el paso del tiempo y están desgastados con la huella dejada por los miles de alumnos y alumnas que han cruzado el umbral del centro en busca de conocimiento. Es una institución vinculada desde 1845 a la educación, siempre en la esfera de lo público. Primero como Instituto de Segunda Enseñanza Provincial de Granada, el único que existía en la provincia y uno de los 50 de España; para, a principios del siglo XX, convertirse en el Instituto General y Técnico, uno de los diez de primera clase que había en ese momento en España, vinculado a una universidad.

Es el edificio de Gran Vía -donde las clases comenzaron en 1918- la cuarta sede de esta institución educativa, al que sus docentes se refieren como el Histórico. La primera estuvo en el Albacín, en la Cuesta de Santa Inés, para pasar después a San Jerónimo, en el Palacio de los Beneroso -Colegio San Bartolomé y Santiago- y también en el Palacio de los Marqueses de Caicedo -Conservatorio Victoria Eugenia-.

Lo explica a El Independiente de Granada José Luis Rodríguez-Campra Berbel, profesor jubilado que acude al centro para acompañar a El Independiente de Granada en una visita para conocer de cerca la labor de este centro educativo público, guiados por la directora del Instituto de Enseñanza Secundaria, Carolina Vallejo.

Imágenes del histórico edificio -tanto de la fachada como del imponente patio interior-, cuya historia, con detalles sobre sus promotores, centraron extraordinarios reportajes publicados en El Independiente de Granada, con la firma de Gabriel Pozo Felguera y Luis Castellón Serrano, cuyos enlaces se incluyen a pie de página. 

Es viernes y llueve, como la tarde anterior. Pero eso no impidió que las jornadas de puertas abiertas que celebró el instituto, para dar a conocer su proyecto educativo de cara a la escolarización, fueran un éxito. Temía la directora que la lluvia restara participación, que podía ser presencial o vía telemática. Pero no fue así. Hubo lleno, con asistentes de pie en los laterales de la sala -resalta-, al tiempo que agregaba constamente a participantes a través de la red. Eran familias interesadas en conocer el proyecto educativo de este centro público que alberga a casi un millar de estudiantes entre Enseñanza Secundaria, Bachillerato, Ciclos de Grado Medio y Superior, Secundaria de Personas Adultas y Bachillerato de Adultos. Un proyecto educativo en constante mejora, y al que prevén incorporar, por ejemplo, movilidades europeas para los ciclos formativos. Todo ello para hacerlo más atractivo.

Un millar de estudiantes que unen sus nombres al de otros ilustres como Federico García Lorca, Francisco Ayala, Elena Martín Vivaldi o Asunción Linares, antiguos alumnos y alumnas del centro. Un millar de estudiantes de distintas nacionalidades, con circunstancias diversas, iguales al traspasar el umbral del centro que pone la excelencia de la educación pública a su disposición. 

El archivo, con expedientes académicos que son "joyas"

En los bajos del edificio se guardan los miles de expedientes del alumnado. Una parte ya está informatizada y ordenada, tras años de esfuerzo, pero queda aún mucho trabajo por hacer. Lo cuentan a El Independiente de Granada Macarena Carrera y Puri Cascales, dos administrativas de la Secretaría del centro que, junto a sus compañeras Ana Reca y Carmen Jurado, se encargan de esta ingente tarea.

Porque como coinciden en señalar durante la visita docentes y personal del centro, hablar de la historia del Instituto Padre Suárez es hacerlo de la historia de la educación en Granada. 

Pasear por esos estrechos pasillos en los que se conservan los expedientes escolares -hay algunos, como el de Federico García Lorca, que se guardan en caja fuerte- y ver las nuevas estanterías ya ordenadas y las filas de archivadores da una idea del trabajo que, con absoluto entusiamo y voluntad, desempeñan en estas dependencias las trabajadoras de la Secretaría. 

La tarea tiene su recompensa porque, entre esos legajos en los que bucean para ordenar, "hay joyas". Ahora están con los expedientes de las niñas y reflejan la propia evolución de la educación en España, como el momento en el que la educación comenzó a ser segregada por sexos, y el lenguaje utilizado por las escolares.

Macarena Carrera y Puri Cascales, junto a Carolina Vallejo (derecha), en el archivo del centro. 

La biblioteca, un fondo único lleno de incunables 

"Con esta magnitud no hay otra igual", resume con determinación el profesor Rodríguez-Campra Berbel al referirse a la biblioteca. Basta conocer algunos de los títulos que forman parte de los fondos para corrobarlo. Y todo ello en una sala que lleva el nombre de Francisco Ayala y que constituye en sí misma la mayor invitación a la lectura, por los grandes ventanales que dejan entrar la luz y sus dos alturas. 

"Con esta magnitud no hay otra igual", resalta el profesor Rodríguez-Campra Berbel sobre la biblioteca histórica

El profesor habla con pasión de los libros históricos que reúne la biblioteca -con más de 16.000 ejemplares-. Algunos fueron rescatados de conventos tras las desamortizaciones de Madoz y Mendizábal; otros llegaron gracias a directores de la primera etapa de la institución, como Rafael García Álvarez. Se hicieron grandes adquisiciones en la primera etapa de la andadura de esta institución educativa, que en ese momento llegó a invertir "más que la Universidad de Granada" en libros, explica. Hay libros que datan del siglo XVI, "incunables", relata el profesor, que refiere un comentario a un tratado de Botánica, "con ilustraciones maravillosas", un tratado de Mitología, una historia eclesiástica, de Pedraza o la primera edición del Diccionario de la RAE -"y dieciocho más"-. Y la primera edición de El Origen de lals Especies de Darwin en francés. Entre esos libros, también una primera edición del Poema del Cante Jondo de Lorca.

Y apunta que una guía de bolsillo de Granada, de 1889, ya citaba como algo relevante de la ciudad esta biblioteca.

Junto a la imagen de la biblioteca, una fotografía de José Luis Rodríguez-Campra Berbel.

Los armarios que guardan estos fondos son los mismos que se instalaron en el edificio a comienzos del siglo XX. Solo lamentan que se perdiera parte del mobiliario -mesas y sillas- en una reforma a mediados de los noventa. Fue una barbaridad, admite el profesor. 

La biblioteca histórica, a disposición de los investigadores, no es la única que alberga la sala, donde la biblioteca escolar convive con los incunables. Es además, debido a la pandemia, un espacio utilizado también como aula. Y, durante la visita, un grupo de estudiantes prepara, con la responsable de la biblioteca escolar, Mar Fernández, un diario.

En este singular espacio, otro profesor, Ramón Ortega, está con un grupo de alumnos. Es profesor de Matemáticas y este es su primer curso en el Padre Suárez. El primer claustro le impresionó. Y es contundente cuando señala que, en este centro, "el valor educativo se potencia". El entorno y el patrimonio que atesora invita a trabajar. 

Entrar en el centro, bromean el profesor y la directora, es algo así como llegar a Hogwarts, el colegio que ha popularizado el universo literario de Harry Potter. Conserva hasta un aula con graderío y también tarimas desde la que el profesorado imparte sus clases.

El Museo de Ciencias, el gran patrimonio del centro

Tiene miles de piezas catalogadas y expone desde pequeños fósiles, una gran colección de minerales y rocas a los impactantes animales disecados que, en su día, constituyeron una manera avanzada de enseñar al alumnado. "No había ni ilustraciones en los libros", apunta Emilio Padilla, responsable del museo -junto a Adelaida Adarve, recuerda- que nos abre las puertas del espacio para mostrarnos sus salas, remodeladas gracias a un convenio firmado recientemente con la Fundación Unicaja. 

Es tan extensa la colección que cada día hacen "un descubrimiento nuevo" cuando rastrean en las piezas almacenadas. Está dividido en varias salas,entre ellas la dedicada a Paleontología y Osteología, que lleva el nombre de Asunción Linares -primera catedrática de Ciencias de España y que fue alumna del instituto-; o la sala de Biodiversidad, con una colección de especies animales, entre ellas el tigre que nunca olvidó Francisco Ayala y por el que preguntó en una de sus visitas ya como autor consagrado. Recientemente esa gran pieza fue prestada para una exposición dedicada al escritor. 

Una colección tan singular que el CSIC recurrió al museo del Padre Suárez para completar un estudio genético sobre el lobo. También impresiona la sala del doctor Auzoux, que toma su nombre del creador de las piezas expuestas, modelos anatómicos, muchos de ellos desmontables -clásticos-, que impresionan por su precisión. Guarda también todo tipo de instrumental y material audiovisual: microscopios, linternas mágicas. 

Un lugar excepcional e incomparable con otros museos de institutos históricos, como refieren los integrantes del equipo directivo del centro. Tiene, además, mucho de compromiso. Porque los docentes que cuidan de este espacio se vuelcan, por compromiso, con su cuidado. Es, en realidad, "una pasión", a la que le dedican horas que no tienen, resume la directora. 

El reto, la conservación del legado

La directora del centro, Carolina Vallejo, con Emilio Padilla, responsable del Museo de Ciencias, e Ignacio Peña, secretario del IES.

El gran patrimonio que representa un centro con 177 años de historia y un patrimonio material -además del intangible- único que atesora necesita de una dedicación y unos recursos que nunca son suficientes, como señala el secretario del instituto, Ignacio Peña. Pone ejemplos: la necesidad de desinsectar periódicamente los libros de la biblioteca histórica o la limpieza de los grandes ventanales. Los gastos de funcionamiento que reciben en función del alumnado no cubren las necesidades de un centro histórico. 

Espera el instituto que se apruebe un cambio en los cerramientos, solicitado para este año, pero que no llegó y que confían en que sea para el próximo curso. 

Porque el principal reto -y responsabilidad- es conservar este legado, que siga a disposición del alumnado que seguirá llegando a este centro educativo público. Y avanzar en algunos planes, como ampliar las visitas al Museo de las Ciencias. Ahora son tres a la semana. Y el objetivo es que pueda extenderse su disfrute a la sociedad granadina. O recuperar algunas colecciones cedidas en su día.

En resumen, seguir construyendo la historia educativa de Granada. Desde lo público. 

Si has leído este reportaje, no puedes perderte estos trabajos publicados en El Independiente de Granada con el Instituto Padre Suárez como protagonista:

'El catedrático inventor de la escala de bomberos y promotor del Instituto Padre Suárez', por Gabriel Pozo Felguera 

'Arzobispos inquisidores contra catedráticos científicos del Instituto Provincial de Granada', por Gabriel Pozo Felguera

'Raíces gallegas, frutos granadinos, en el Padre Suárez, por Luis Castellón Serrano

Otro reportaje de la serie dedicada a los servicios públicos: