El Consorcio Granada para la Música, entidad que agrupa a varias administraciones, ha publicado este miércoles las bases en el Boletín Oficial de la Provincia de Granada (BOP). No obstante, tanto la presidencia con la adscripción laboral corresponde al Ayuntamiento de Granada.

 

Según fuentes de la Junta de Andalucía, la intención es comenzar la programación de 2020 con una persona diferente al frente de la Orquesta granadina.

 

Las bases se pueden consultar a partir de la página 30 del BOP, así como en la web de la propia orquesta. El plazo para presentar solicitudes de candidatos es de 20 días hábiles a partir de la publicación oficial. De cumplirse los plazos, el Consejo Rector podrá elegir entre la terna de finalistas en su reunión de finales del mes de enero.

 

El contrato de nuevo gerente tendrá una duración de una temporada, 2019-20; no obstante, será prorrogable por mutuo acuerdo durante tres temporadas más. El salario bruto fijado es de 52.000 euros anuales. A los candidatos se les pide un proyecto de actuación para el mismo año 2020, ya que varios de los patronos creen que se deben hacer algunos retoques a la programación, presupuesto y forma de gestión actuales.

 

En este momento, la OCG tiene a su frente a un gerente interino,Günter Vogl. Ocupa el puesto desde que a mediados de 2018 finalizase el contrato de la anterior titular. Se trata de un trabajador de la propia OCG, quien decidió dimitir en septiembre pasado por sorpresa y por considerar que no contaba con el respaldo del Consejo Rector. Según fuentes de la Junta, su deseo era haber iniciado el proceso de sustitución inmediatamente a partir de la dimisión del interino; las bases fueron aprobadas con fecha 16 de octubre de 2019, pero por burocracias internas se ha demorado casi dos meses.

 

La OCG no cuenta en la actualidad con director artístico titular. Hace las veces Andrea Marcon. En una situación similar se encuentra el Festival Internacional de Música y Danza, tras la reciente y sorpresiva dimisión de Pablo Heras-Casado. 

 

Estos dos hechos están haciendo barajar a las administraciones de los dos entes (prácticamente los mismos) la posibilidad de concentrar las dos direcciones artísticas en una misma persona del mundo musical. En este caso, se recurriría a una bicefalia en la que se contaría con un gerente-administrador único para ambas instituciones. Miembros de estos consejos rectores entienden que no sería descartable recurrir a la fórmula de la bicefalia, es decir, una persona para la labor de administración y otra la parte artística. En este caso se permitiría elevar la remuneración a la figura musical contratada, que se haría por temporadas en función del resultado de la programación.