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DEL 4 DE ENERO DE 1938­ AL 8 DE AGOSTO DE 1978

Las 48.077 granadinas que hicieron la 'mili' en la Sección Femenina

Ciudadanía - Gabriel Pozo Felguera - Domingo, 23 de Febrero de 2020
Una reciente sentencia del Tribunal Supremo obliga a la Seguridad Social a contar el servicio en la Sección Femenina de Franco para la jubilación de la mujer que lo completó. Este gran reportaje de Gabriel Pozo Felguera te cuenta todo de aquella ‘mili’ que tuvieron que hacer las mujeres durante la dictadura, organizada por la Sección Femenina de Pilar Primo de Rivera que, en Granada, tuvo mayor presencia y desarrolló más actividad. No te lo pierdas.
Grupo de jóvenes granadinas que hicieron la mili de la Sección Femenina, aparecidas en el primer número de la Revista de la Mujer Nacional Sindicalista Y (1 de febrero de 1938).
FOTO TORRES MOLINA
Grupo de jóvenes granadinas que hicieron la mili de la Sección Femenina, aparecidas en el primer número de la Revista de la Mujer Nacional Sindicalista Y (1 de febrero de 1938).
  • El Tribunal Supremo les reconoce 180 días más de prestación a la Seguridad Social a efectos de completar cotizaciones o adelantar jubilaciones

  • Las cátedras ambulantes llegaron con sus actividades formativas y doctrinales hasta 139 pueblos de la provincia, casi el 90% de la población

  • Granada fue una de las provincias en que la Sección Femenina tuvo mayor presencia y desarrolló más actividad

El Tribunal Supremo ha dictaminado, definitivamente, que las españolas que hicieron la “mili” en la Sección Femenina pueden sumar seis meses más de cotización a la Seguridad Social. Y, por tanto, adelantar 180 días su jubilación o sumarlos en caso de que no alcancen el periodo mínimo de cotización. En Granada fueron 48.077 las que hicieron el servicio social durante los cuarenta años que estuvo en vigor. Todas ellas son teóricas beneficiarias de la sentencia del TS. La Sección Femenina comenzó en 1934 como un apéndice del partido político Falange Española, para convertirse a partir de 1938 en una fuerte estructura de poder paralela al Movimiento y al servicio de Francisco Franco. Granada estuvo muy presente en los orígenes de la Sección Femenina, tuvo importante peso y actividad durante su existencia. Sus actividades llegaron prácticamente al 90% de la población de la provincia. Con sus luces y sus sombras. Lo que sigue son pinceladas de su historia.

Toda mujer que aspirase a ser profesora, enfermera, funcionaria, sacarse el pasaporte… hacer vida profesional y personal fuera del hogar, obligatoriamente tenía que pasar por prestar el servicio social en la estructura de la Sección Femenina. Aunque hubo múltiples excepciones. Fue la mili de las mujeres españolas. En los anteriores casos, había que pasar por ella sí o sí. Y obtener el correspondiente certificado acreditativo. Seis meses dedicados a la sociedad, prestados de distintos modos en función de la situación personal y laboral de cada una. Grosso modo, había que pasar una fase de formación, aprendizaje y trabajo social o estancia en albergues.

El 4 de enero de 1938 inició el servicio social la primera granadina (María de los Ángeles Verdú Carrasco), en unas condiciones marcadas por la guerra civil; la última granadina que acabó su mili fue Trinidad Ruiz González, de Cúllar Vega, el 8 de agosto de 1978

El 4 de enero de 1938 inició el servicio social la primera granadina (María de los Ángeles Verdú Carrasco), en unas condiciones marcadas por la guerra civil; la última granadina que acabó su mili fue Trinidad Ruiz González, de Cúllar Vega, el 8 de agosto de 1978. Es decir, hacía ya tres años que había muerto el dictador y todavía continuaban renqueando algunas estructuras de poder el régimen anterior.

Aunque Trinidad Ruiz fue la última licenciada con el certificado número 48.077, en realidad fueron muchas más las granadinas que se apuntaron a hacer el servicio social: 55.126, según el libro de registro de entrada de la Sección Femenina. Esa diferencia de siete mil se debe a que muchas de ellas desistieron, obtuvieron una de las muchas exenciones o fueron sencillamente expulsadas (se dieron casi media millar de expulsiones por mala conducta o desafectas al régimen franquista).

Filmina que se proyectaba en los cines después del NODO, alentando a las jóvenes a alistarse. ARHPG.

Consecuencias de la sentencia del TS

48.077 granadinas están afectadas por la reciente sentencia del Tribunal Supremo para que se les computen seis meses de cotización a la Seguridad Social. O se pueden jubilar de sus trabajos seis meses antes de la fecha.

Según el libro de registro de la Sección Femenina, a partir de quien tiene el número 9.037 (se inscribió el 31 de diciembre de 1954) pueden beneficiarse de la sentencia

Ahora bien, de las 48.077 beneficiarias teóricas, muchas ya habrán fallecido; otro buen número seguro que nunca cotizaron los quince años mínimos para obtener pensión de jubilación; otro porcentaje importante ya están jubiladas y la sentencia no les afecta. Pero hay muchísimas más que sí pueden estudiar la posibilidad de beneficiarse de la medida. Están en fase de jubilación aquellas mujeres que nacieron antes del 31 de diciembre de 1954. Según el libro de registro de la Sección Femenina, a partir de quien tiene el número 9.037 (se inscribió el 31 de diciembre de 1954) pueden beneficiarse de la sentencia. En este caso teórico se encontrarían 39.040 granadinas que hicieron el servicio social desde enero de 1955 hasta su desaparición en el año 1978.

Por ejemplo, a la soldado 37.315 de la ficha de control que se adjunta encima le faltan diez meses para obtener la jubilación, según la nueva legislación de la Seguridad Social (por no superar los 34 años de cotización); en este caso, puede adelantar su baja en 180 días.

Es el documento necesario para demostrar ante la Seguridad Social que hicieron la mili femenina en su día. Ahora bien, como habrá muchas que lo habrán perdido o roto, les queda la posibilidad de buscar su ficha matriz en los registros que llevaba la Sección Femenina de Granada

Esas teóricas 39.040 granadinas en situación de beneficiarse de la sentencia del TS guardarán el correspondiente certificado de cumplimiento de su servicio social. Se lo expedía la Sección Femenina al licenciarla. Es el documento necesario para demostrar ante la Seguridad Social que hicieron la mili femenina en su día. Ahora bien, como habrá muchas que lo habrán perdido o roto, les queda la posibilidad de buscar su ficha matriz en los registros que llevaba la Sección Femenina de Granada.

Son dos los registros que se conservan actualmente de quienes hicieron en servicio social: uno es el libro de registro de entrada y entrega de certificados de licencia. Conociendo la fecha de la mili, es facilísimo encontrarse en el listado de las 55.126 que lo iniciaron. Este libro (4 tomos) está completo y aparentemente inalterado (aunque las primeras hojas están reescritas).

Existe un segundo fichero personal, compuesto por 15 cajas, ordenado por orden alfabético de apellidos. En él se conservan las fichas personales de cada mujer, con una fotocopia de su DNI y las anotaciones de lo que podríamos calificar como expediente militar/social. Hay fichas muy completas y otras simplemente consignan lo básico. Ahora bien, este fichero personal se nota expurgado porque faltan algunas fichas de mujeres que sí están registradas en el libro de prestación. Alguien debió llevárselas en el periodo de transición política.

Este fichero estuvo arrendado en un almacén de la última sede de la Sección Femenina (Paseo de la Bomba, 11). Vicente González Barberán, primer delegado de Cultura por aquellos años, ordenó enviar lo que quedaba de los archivos de la Sección Femenina y del Movimiento y remitirlos al Archivo Histórico Provincial. En este lugar es donde se debe buscar la información

Este fichero estuvo arrendado en un almacén de la última sede de la Sección Femenina (Paseo de la Bomba, 11). Vicente González Barberán, primer delegado de Cultura por aquellos años, ordenó guardar lo que quedaba de los archivos de la Sección Femenina y del Movimiento y remitirlos al Archivo Histórico Provincial. En este lugar es donde se debe buscar la información. (Los fondos fotográficos, revistas, libros, etc. que tenía la Sección Femenina hasta su disolución en 1977 desaparecieron de la noche a la mañana; sólo se conservan algunas fotocopias de fotografías de los grupos de coros y danzas).

La Sección Femenina primitiva

La Sección Femenina fue creada en 1934, un año después que el partido político Falange Española. En sus orígenes estuvo formada por hermanas, novias y esposas de militantes del partido nacionalsindicalista, todavía muy minoritario en España. Su jefatura la ostentó desde el principio y hasta su final, Pilar Primo de Rivera, hermana del cofundador de Falange. Entre 1934 y julio de 1936 fue un grupo de apoyo, semiclandestino, ya que Falange estuvo ilegalizada y varios de sus líderes, encarcelados. Las mujeres se constituyeron en colaboradoras en segundo plano, ya que eran objeto de menor control político y policial.

En Granada, la Sección Femenina de Falange no hizo su aparición hasta primeros de junio de 1936, cuando ya se mascaba en las calles el golpe de Estado

En Granada, la Sección Femenina de Falange no hizo su aparición hasta primeros de junio de 1936, cuando ya se mascaba en las calles el golpe de Estado. Sus fundadoras procedían de clases acomodadas y esposas de militares; la Sección Femenina de Granada la fundaron Pilar Moliné Raggio, las hermanas Laura y María Ramírez Martín, y Josefa López Sáez. Hasta el 18 de julio de 1936 se le sumaron otras 63 mujeres de parecida extracción social, muchas de ellas llamadas margaritas carlistas, por haber sido seguidoras de Margarita de Borbón y Borbón, esposa del pretendiente Carlos VII.

Primeras tareas de la Sección Femenina de Granada, en 1936-7, cuando se constituyeron en Auxilio Social y Auxilio de Invierno.

La primera delegada en Granada fue Pilar Moliné Raggio. Establecieron su sede en un piso de Gran Vía, 47, 3º, bloque propiedad del empresario-banquero Gustavo Gallardo Rodríguez-Acosta. Su colaboración consistió en ayudar a Falange ante el inminente Alzamiento: repartían propaganda, bordaban banderas, hacían camisas “viejas”, brazaletes, asistían a falangistas presos, preparaban los actos políticos, etc. No pasaban de ser la agrupación femenina de un partido político todavía minoritario en Granada. Pero muy importantes, pues al estar Falange ilegalizada ellas eran las que guardaban la documentación y fichas del partido, además de recaudar fondos entre las clases adineradas de Granada.

A partir del 20 de julio de 1936, con el triunfo del Alzamiento en Granada, la ciudad quedó convertida en una isla nacional rodeada de una provincia fiel a la República. El verano del 36 fue el momento de la eclosión de la Falange en Granada: en cuestión de semanas fueron cientos y cientos los jóvenes que se sumaron a los militares alzados para luchar en los frentes de guerra próximos.

Su papel durante la guerra en Granada fue colaborar en retaguardia con los hombres que luchaban en los frentes. Empezaron a sustituirlos en muchas actividades que antes habían sido cosa de hombres; pero también de enviar ropa, alimentos y correspondencia a las trincheras que rodeaban Granada

Y, de manera paralela, empezaron a crecer también las mujeres que se sumaban a la Sección Femenina. Su papel durante la guerra en Granada fue colaborar en retaguardia con los hombres que luchaban en los frentes. Empezaron a sustituirlos en muchas actividades que antes habían sido cosa de hombres; pero también de enviar ropa, alimentos y correspondencia a las trincheras que rodeaban Granada. Las autoridades militares y de Falange tuvieron en ellas un apoyo impagable. En el año 1936 se afiliaron a la Sección Femenina 643 granadinas; en el 1937, 627; en el 1938, 235; y en los tres meses de guerra de 1939, otras 127 altas.

Algunas de aquellas granadinas pioneras de la Sección Femenina se acercaron mucho a los frentes para actuar en tareas sanitarias y llevar ropas. En la capital, se ocuparon de atender heridos en el Hospital de Sangre de Falange (calle San Antón, 40); en el Hospital del Hotel Palace; en el Parador de San Francisco. Montaron comedores para niños y ancianos hambrientos: comedor Pilar Primo de Rivera en la Gran Vía, comedor José Antonio en la calle San Antón, otro en las Vistillas de los Ángeles y un cuarto en la calle Real de Cartuja. También se ocuparon de concentrar a los niños huérfanos de guerra en el Hogar Bermúdez de Castro y a las niñas en el hogar José Antonio, dentro de la Alhambra.

Jóvenes de la Sección Femenina y niñas huérfanas haciendo gimnasia en el Patio de los Leones, finales de 1938, reconvertido en guardería de guerra. REVISTA Y/TORRES MOLINA

La Sección Femenina fue abriendo locales y montando estructuras en los pueblos cercanos a Granada, a medida que iban siendo conquistados por Falange o por los militares sublevados. Ya en 1936 abrieron sede en Íllora, Montefrío, Alomartes, Huétor Tájar, Huétor Santillán, Órgiva… pueblos que habían sido liberados por el general Varela y por el capitán José María Nestares Cuéllar; éste, además de jefe militar del frente de Víznar, ostentaba la jefatura local de Falange en la capital.

La primera acción de la Sección Femenina en los pueblos que conquistaban consistía en prestar auxilio sanitario, paliar el hambre y bautizar masivamente a los hijos de rojos que no habían pasado por la pila de la iglesia

La primera acción de la Sección Femenina en los pueblos que conquistaban consistía en prestar auxilio sanitario, paliar el hambre y bautizar masivamente a los hijos de rojos que no habían pasado por la pila de la iglesia. De ahí que en todos estos pueblos abundasen por entonces los nombres de José Antonio y Pilar (por los jefes de Falange y Sección Femenina). También obligaban a contraer matrimonio a las parejas amancebadas.

Aparece el servicio social femenino

En octubre de 1937, el Movimiento había absorbido a la Falange en todos sus sentidos. La ideología de José Antonio, sobre todo en lo referido al papel de la mujer, la asumía el Generalísimo como propia. Sobre Pilar Primo de Rivera y su organización iba a pivotar el futuro papel de la mujer española a partir de entonces y durante varias décadas más. Se desandaba mucho de lo andado en el terreno del feminismo durante la II República. La mujer iba a pasar a un segundo plano, siempre al servicio del hombre y como ama del hogar.

De ahí se reconvirtieron sus funciones y pasara a llamarse servicio social. En principio sería voluntario y, obviamente, circunscrito a los entornos más próximos de mujeres de falangistas y demás colectivos sublevados

No obstante, se reconocía el importantísimo papel que estaba jugando la mujer de la retaguardia guerrera en cuando auxilio de invierno y auxilio social. De ahí se reconvirtieron sus funciones y pasara a llamarse servicio social. En principio sería voluntario y, obviamente, circunscrito a los entornos más próximos de mujeres de falangistas y demás colectivos sublevados.

Pilar Primo de Rivera dio a firmar a Franco el decreto de 7 de octubre de 1937 por el que se creaba el servicio social en la zona nacional. Entraría en vigor el 1 de enero de 1938. Aquel mismo mes de octubre de 1937, Pilar viajó desde el Norte a Granada en su primera visita de inspección, organización y ánimo a las camaradas de la Sección Femenina de Granada. Visitó los comedores de auxilio de invierno, el hospital de sangre de Motril, las instalaciones de la capital y subió al Peñón de la Mata a arengar a las tropas del comandante José María Nestares Cuéllar. Allí llevaban matándose los dos bandos desde semanas atrás; y lo continuaron haciendo hasta casi el final de la contienda civil. Se calcula en unas 2.000 víctimas entre ambos bandos.

Pilar Primo de Rivera otea las posturas republicanas desde el Peñón de la Mata, acompañada del comandante José María Nestares. Octubre de 1937.

El 4 de enero de 1938 se apuntó la primera joven granadina para cumplir el servicio social voluntario. Se trató de María de los Ángeles Verdú Carrasco. Aquel primer mes de servicio social se alistaron veinte granadinas más. Y continuó el chorreo. Ya no sólo de muchachas de derechas, sino de ambientes liberales de la ciudad. (Este fue el caso de Elena Martín Vivaldi, hija de catedrático de la Universidad y primer alcalde de la República, que aparece alistada el 3 de febrero de 1938, con el número 27).

Elena Martín Vivaldi no hubiese podido ejercer de profesora y funcionaria de bibliotecas de no haber hecho voluntaria el servicio social. El motivo fue que, una vez acabada la guerra civil, el ministerio de Educación Nacional publicó una resolución (20 de diciembre de 1940) mediante la cual se estableció el servicio social con carácter obligatorio. Obviamente, siempre que se deseara trabajar fuera del hogar. Seguidamente, en 1944, apareció el certificado de cumplimiento o exención. Toda funcionaria debería tener hecha la mili.

Primera página del registro de alistamiento de granadinas al servicio social. Enero de 1938.

La ley franquista dispuso seis formas de afrontar el cumplimiento de la mili femenina, según el origen o el destino laboral de las afectadas. Para empezar, toda mujer entre 17 y 35 años debía cumplirlo. En todos los casos, el periodo de cumplimiento era de seis meses. Las obreras y de oficio sus labores, con baja formación escolar, pasaban un periodo de formación de tipo escolar; debían reforzar sus conocimientos generales, de cocina, gobernanza del hogar, costura, puericultura, sanidad. Pero sobre todo debían formarse en el espíritu nacional de la nueva España. No hay nada más que añadir para entender qué significaba aquella expresión. El servicio ordinario se concluía con prácticas en hogares, enseñar a leer a ancianos, ayudar a un ciego, asistir a minusválidos, trabajo en administraciones, etc., etc.

Pero también se reconocieron diversas circunstancias vitales para obtener la exención del servicio social

Pero también se reconocieron diversas circunstancias vitales para obtener la exención del servicio social. Las principales causas para librarse fueron: por ser monja; por defecto físico; por estar casada; por ser viuda con hijos; por ser hija de caído en combate; por trabajar de sirvienta; por ser artista con carné del Sindicato de Espectáculos; ser hija mayor de padre viudo; ser la mayor de ocho hermanos solteros; y por necesitar de su trabajo para vivir.

Grupo de jóvenes milicianas cosiendo para los frentes de guerra. A la derecha, primer grupo de coros y danzas y teatro de la Sección Femenina (El Partal) en los jardines de la Alhambra. Febrero de 1938. TORRES MOLINA

El servicio social universitario suprimía la parte formativa elemental, pero reforzaba la práctica veraniega en albergues, hogares, escuelas e internados. La Sección Femenina captó en aquellas prácticas a la mayoría de su personal formador posterior y a sus cuadros dirigentes. Infinidad de universitarias o procedentes de Magisterio fueron después profesoras y dirigentes de las instituciones que controlaba la Sección Femenina. También las responsables de montar las famosas cátedras ambulantes para extender sus actividades a las poblaciones rurales.

En total fueron 3.850 las granadinas universitarias que se vieron obligadas a cumplir la mili como requisito previo para obtener su titulación, entre los años 1945 y 1975. A las universitarias se les exigía confeccionar una canastilla de bebé o preparar sábanas y mantas para entregar a una familia pobre con recién nacido

En total fueron 3.850 las granadinas universitarias que se vieron obligadas a cumplir la mili como requisito previo para obtener su titulación, entre los años 1945 y 1975. A las universitarias se les exigía confeccionar una canastilla de bebé o preparar sábanas y mantas para entregar a una familia pobre con recién nacido.

1954, aparecen las cátedras ambulantes

Si se hojea el origen de las 48.077 granadinas que hicieron el servicio social, se llega a la conclusión de que una abrumadora mayoría eran de la capital. Y que, por tanto, la Sección Femenina se centró sólo en la capital. Al principio así fue, pero a partir de 1954 se empezó a corregir aquella carencia y se pusieron en marcha las llamadas cátedras ambulantes. La intención fue intentar llegar al mayor segmento posible de la provincia de Granada.

Durante sus años de existencia, las cátedras se desplazaron a 139 poblaciones para permanecer en ellas periodos mínimos de tres meses. En los pueblos desarrollaron tareas concentradas de lo que ya venían haciendo en la capital desde tres lustros antes: formación sanitaria, cocina, gobierno del hogar, cuidado de los hijos, manualidades, formación elemental, fontanería, limpieza, gimnasia… y formación del espíritu nacional franquista. El asunto de la gimnasia no gustó en determinadas jerarquías de la Iglesia; aquello de que cientos de jóvenes enseñaran tanta carne no estaba muy acorde con la doctrina eclesiástica. De ahí que siempre se empeñaran en evitar el pantalón corto y estirar las faldas por debajo de la rodilla y pololos lo más largos posible.

Equipo de fútbol de la Sección Femenina en los años cuarenta. Falda larga, calcetines por encima de la rodilla y pololos largos, para que no se viera carne alguna.

Entre 1954 y 1969 existió sólo una cátedra ambulante en Granada, que recorría tres o cuatro pueblos cada año. Pero a partir de esa fecha fue creada una segunda cátedra para ampliar la cobertura. El informe final que hizo la última delegada de la Sección Femenina en Granada estimaba que habían conseguido llevar su ayuda a 65.200 madres de familia, 77.000 solteras, 150.000 niños y 37.000 hombres repartidos por toda la provincia.

Filminas formativas utilizadas por las cátedras ambulantes que recorrían los pueblos.

La estructura provincial de la Sección Femenina estaba subdividida en once regidurías. Cada una de ellas se encargaba de controlar parte de las materias formativas de la mujer española: regiduría de educación física; de cultura; de personal; de servicio social; de divulgación; de juventudes; de administración; de sector universitario; de prensa y propaganda; de ciudad y del campo; y de formación.

Mucha gimnasia, música y coros y danzas

Sin duda fueron la gimnasia, la música y la formación de grupos de coros y danzas los que más gratos recuerdos han dejado a las mujeres que hicieron la mili. Hacer ejercicio físico había sido una actividad inexistente en el mundo femenino español; mucho menos el participar en competiciones deportivas. La Sección Femenina contó con decenas de profesoras de educación física que impartieron gimnasia, emulando en cierto modo a la que practicaban los hombres en sus campamentos. Se formaron equipos de baloncesto, balonmano y fútbol. Granada participó, e incluso obtuvo buenas clasificaciones, en los campeonatos anuales de gimnasia y baloncesto que se celebraron anualmente.

Anverso y reverso de una de las medallas que distinguían a las ganadores de las distintas pruebas deportivas.

Las cátedras ambulantes sirvieron para recuperar buena parte del folklore popular de las comarcas más incomunicadas de la provincia. Incluso fueron editados varios libros que los recogieron. (En la memoria final de la Sección Femenina figura una larga lista de villancicos, canciones y danzas recuperados prácticamente por todos los pueblos de la provincia).

Del seno de la Sección Femenina surgieron los más de doscientos grupos de coros y danzas provinciales que había al empezar la década de los años setenta. Incluso algunos de ellos han perdurado hasta tiempos muy recientes y forman la base de los actuales

Del seno de la Sección Femenina surgieron los más de doscientos grupos de coros y danzas provinciales que había al empezar la década de los años setenta. Incluso algunos de ellos han perdurado hasta tiempos muy recientes y forman la base de los actuales. Los coros y danzas recuperaron bailes tradicionales, sirvieron para relacionarse con otras regiones de España y para viajar a exposiciones y concursos por medio mundo. Delegaciones de coros y danzas de Granada llegaron hasta Japón y Estados Unidos. Estuvieron actuando en cuatro continentes, sólo les faltó Oceanía.

De paso, también recuperaron los trajes típicos de cada pueblo y cada comarca. Fue una de las labores más fecundas de las cátedras ambulantes.

Todo por una ideología

Pero no olvidemos que, en el fondo de todo, tanto los fines de la Sección Femenina como los instrumentos del servicio social y las cátedras ambulantes, subyacía el interés de conformar un modelo de mujer española diametralmente opuesto al de la II República. El régimen no escatimó en medios técnicos y humanos para conseguirlo a través de las actividades deportivas, culturales, de los coros y danzas, de las excursiones al campo, de los campamentos, hogares, etc.

El modelo de mujer española perfecta estaba dibujado en la Guía de la Buena Esposa (1953), ideado por Pilar Primo de Rivera. Se editaron infinidad de filminas y cristales para proyectar en los cines, en los salones parroquiales y en las casas de las cátedras ambulantes. Algunos de sus mensajes hoy causan hilaridad.

Varios de los consejos de Pilar Primo de Rivera para ser la esposa perfecta.(Aunque también se achaca la autoría de estos dibujos a Housekeeping Monthly, en 1954, o a la serie televisiva Las Aparicio, de México, basadas en los textos de la Sección Femenina española).

Además, la Sección Femenina editó varias revistas propias a lo largo de su historia que les servían para dar a conocer los modelos de mujer perfecta española. La primera de ellas se llamó Revista de la mujer nacional sindicalista Y (febrero de 1938) y su nacimiento tuvo que ver mucho con la visita de Pilar Primo de Rivera a Granada cuatro meses antes. Después de la guerra pasó a llamarse Revista para la mujer Y. La letra Y del título se refería a la inicial de Ysabel la Católica, el idealizado modelo de mujer española por la Falange y la Sección Femenina. No está claro si la Y como parte del título y logotipo se le ocurrió a Pilar Primo de Rivera durante su visita a la Capilla Real en octubre de 1937, o fue al poeta-escritor Luis Hurtado Álvarez, habitual acompañante de Pilar. Tomaron la Y inscrita en piedra en varios lugares de la tumba de los Reyes Católicos. [Luis Hurtado fue el primer escritor falangista que dio a conocer en el bando nacional el asesinato de Federico García Lorca; era también homosexual y ferviente admirador del poeta. El 11 de marzo de 1937 publicó el artículo titulado “A la España imperial le han asesinado a su mejor poeta”, tanto en el periódico Antorcha de Antequera como en Unidad de San Sebastián. Aquello le costó una severa reprimenda, que él justificó asegurando que Lorca se hubiese sumado gustoso al falangismo si no lo hubiesen matado unos desalmados. Luis Hurtado ejerció de director de la Revista Y].

Doble página de Medina (26 de septiembre de 1943) que recogía las múltiples actividades de la SF en Granada en los nueve primeros meses de aquel año.

A la Revista Y le siguió Medina durante otros cinco años (1941-45), de tirada nacional ambas. Contó la Sección Femenina con otras tres revistas (Consigna, Teresa y Bazar). También utilizaron la inestimable ayuda de Radio Popular, prácticamente a su servicio. Igual ocurría con el periódico falangista Patria. Finalmente, montaron una editorial propia para imprimir carteles, folletos, programas e incluso libros de texto de formación del espíritu nacional en colegios e institutos.

En algún caso forzaron tanto la tuerca de inserción subliminal de sus mensajes que incluso absorbieron como propios algunas formas de curar, vacunar, coser o cocinar

En algún caso forzaron tanto la tuerca de inserción subliminal de sus mensajes que incluso absorbieron como propios algunas formas de curar, vacunar, coser o cocinar. Recuerdo un ejemplo muy gracioso: al típico postre del siglo XIX llamado monte nevado, las profesoras de las cátedras ambulantes enseñaban a hacerlo llamándolo montaña nevada (por aquello de la canción de juventud Montañas nevadas, banderas al viento… escrita y musicada por los falangistas Pilar García Noreña y Enrique Franco Munera).

No obstante, lo denostada, criticada y casi olvidada labor de la Sección Femenina y sus cátedras por pueblos, las opiniones y sentimientos de las mujeres que hicieron el servicio social y se acercaron a ellas están muy encontradas. Hay gente que comulgó muy a gusto con aquella forma de ser y hacer, y posteriormente se ha pasado a la otra acera. Otras muchas mujeres reconocen que lo que aprendieron fue gracias a las cátedras, pues ni siquiera tuvieron oportunidad de asistir al colegio.

OTROS DATOS DE LA SECCIÓN FEMENINA EN GRANADA

Sedes en Granada

Durante sus 42 años de existencia, la Sección Femenina tuvo varias sedes en Granada capital, donde llevaba la administración y daba cursos. La mayoría de pisos y locales fueron cedidos gratuitamente por sus propietarios o en alquiler. Sólo el palacete del Paseo de la Bomba, 11 (actual Delegación de Cultura de la Junta) fue adquirido en propiedad a partir de 1957 y es el más recordado por las generaciones de granadinas que viven todavía. Las sucesivas sedes estuvieron en los siguientes sitios:

  • Gran Vía número 47, 3º
  • Santa Escolástica, 9
  • San Antón, 63
  • Tablas, 6
  • Paseo de la Bomba, 11
Filminas de cristal que eran proyectadas en los cines para hacer publicidad de las actividades  desarrolladas en San Antón, 63 (Aquí convivieron la delegación provincial, la casa de flechas, delegación local, círculo de juventudes y escuela-hogar). AHPGR

Visitas de Pilar Primo de Rivera a Granada

Pilar Primo de Rivera fue la única delegada nacional que tuvo la Sección Femenina desde su fundación en 1934 hasta su desaparición en 1977. Además de la comentada visita en octubre de 1937, visitó Granada con cierta asiduidad.

El 1 de agosto de 1939 regresó para el acto de clausura del primer curso de jefes provinciales que se desarrolló en Granada. El fin fue formar dirigentes para la larguísima etapa del franquismo que se avecinaba. A cada uno de los nuevos delegados provinciales de toda España se les tomó juramento ante la tumba de los Reyes Católicos en la Capilla Real. Es el momento que recogía a toda portada La Vanguardia de 3 de agosto de 1939, donde se ve al capellán de la Sección Femenina (Justo Pérez de Urbel) ante el reclinatorio.

La jefa nacional regresó a Granada en 1942 para presidir el Congreso Nacional de la Sección Femenina. En aquella ocasión pronunció la frase: “¿Qué nos traerá Granada? Granada, por los Reyes Católicos don Fernando y Doña Ysabel, la nueva empresa universal española”. Y la empresa se prolongó otros 33 años en El Pardo

La jefa nacional regresó a Granada en 1942 para presidir el Congreso Nacional de la Sección Femenina. En aquella ocasión pronunció la frase: “¿Qué nos traerá Granada? Granada, por los Reyes Católicos don Fernando y Doña Ysabel, la nueva empresa universal española”. Y la empresa se prolongó otros 33 años en El Pardo.

En 1950 vino a una visita de inspección. En 1960 el motivo fue inaugurar los actos conmemorativos del XXV aniversario de la fundación de la Sección Femenina. Hubo una exposición en el Centro Artístico, visitó sus escuelas en el Zaidín (Patronato Reyes Católicos) y Haza Grande, misa solemne en las Angustias, asamblea de todos los mandos de España en el Parador San Francisco y visitó la delegación local de Alomartes, una de las más antiguas.

Regresó dos veces más a esta ciudad, en 1963 y 1975 (en dos ocasiones), cuando se olía el final del régimen y de la Sección Femenina.

La Y de Ysabel la Católica tomada de la Capilla Real

El logotipo Y de la Revista de la Mujer Nacional Sindicalista fue tomado por Pilar Primo de Rivera de las varias iniciales en letra gótica que existen en la Capilla Real de Granada, tumba de su modelo de mujer: Ysabel  la Católica. La primera revista Y apareció en febrero de 1938, pocos meses después de la primera visita que hizo Pilar Primo de Rivera a la tumba de Isabel I de Castilla. (Debajo se ve la primera portada y una reproducción de la Y esculpida en piedra en la Capilla Real). Esta revista solía dedicar bastante espacio a las actividades en Granada.

Principales lugares donde hicieron la “mili”

Las 48.077 granadinas prestaron su servicio social en Granada lo hicieron en infinidad de lugares, sobre todo las universitarias. Variaron según las necesidades del momento. Los principales “cuarteles” y destinos fueron:

  • Talleres de la Sección Femenina
  • Comedores de Auxilio Social
  • Hospitales de Sangre y guarderías de huérfanos de guerra (Palace, Alhambra, calle San Antón)
  • Hospital de San Juan de Dios
  • Cáritas, Cruz Roja, Protección Escolar
  • Centro de inválidos civiles
  • Campos deportivos
  • Oficinas diversas (Delegación de Hacienda, Educación, Vivienda, Beneficencia municipal, Gobierno Civil, Delegación del Trabajo, Instituto de Prevención, Delegación de Ciegos, ambulatorios)
  • Ayudas parroquiales
  • Obra sindical 18 de julio
  • Bibliotecas
  • Maestría industrial
  • Radio Enseñanza y Radio Popular
  • Clubs de ancianos
  • Asociación de Amas de Casa
  • Comisaría (oficina de pasaportes y DNI)
  • Real Chancillería
  • Museo Arqueológico
  • Servicio Doméstico
  • Montepíos, etc, etc.

En cierto modo, actuaron supliendo trabajos de funcionarios en muchos casos. Este hecho hizo que muchas de ellas continuaran trabajando en aquellos lugares una vez finalizado su periodo de mili. En 1977, cuando se produjo la disolución de la estructura de la Sección Femenina, el Estado absorbió a las trabajadoras con que contaba la organización y las recolocó en bibliotecas y oficinas públicas, prácticamente como si se tratasen de funcionarias de carrera. En España aquella medida afectó a unas 24.000 mujeres, de las que casi 350 correspondían a Granada.

1975, Año Internacional de la Mujer

La ONU declaró 1975 como el Año Internacional de la Mujer. Con este motivo la Sección Femenina de Granada echó la casa por la ventana y organizó multitud de actos que tuvieron gran repercusión en los medios de comunicación. Fue una de las provincias con mayor actividad con aquel motivo. El objetivo de la ONU era la integración de la mujer al pleno desarrollo, a la vez que conseguir la igualdad entre sexos en todo el mundo. España estaba incluida por entonces entre los países que más discriminaban por género.

La Sección Femenina de Granada se sumó a la iniciativa. Si bien un tanto desnortada, pero algo empezaba a moverse en el campo de la igualdad. Crearon cuatro grupos de trabajo para concluir en ponencias: La mujer y la familia; la mujer en el trabajo; la mujer en la comunidad cívico-social y política; y Situación de la mujer marginada e inadaptada. Las ponencias fueron un tanto valientes y críticas para la época en que estábamos todavía.

Además, se organizaron conferencias dadas por personas de talla internacional. La que más interés despertó fue “Acceso de la mujer a la vida política”, pronunciada por Ana Bravo Sierra, procuradora de las últimas Cortes franquistas por la provincia de Sevilla.

Tras muchos concursos de todo tipo, la valoración final de la Sección Femenina de Granada sobre el Año Internacional de la Mujer fue que “se había colado en la conciencia femenina con el lema igualdad, desarrollo y paz”.

Jefas de la Sección Femenina a lo largo de su historia

  • Pilar Moliné Raggio (1936-38)
  • María Teresa Jaén Botella (1938-39)
  • Encarnación Marshall Campano (1931-41)
  • María Luisa Peñuelas del Castillo (1941-43)
  • María Rico Jiménez (1943-44)
  • María Palomo (1945-46)
  • María de la Paz Irueste Germán (1946-55)
  • Ana Dougnac Moreno (1955-59)
  • Rosalina Campos Valenzuela (1959-77)

Rosalina Campos Valenzuela tuvo el mérito de ser la primera mujer que se sentó como concejala en la historia del Ayuntamiento de Granada. Algo empezaba a cambiar en España. También fue la encargada de cerrar por fuera y entregar la llave de la Sección Femenina de Granada a la hornada de nuevos políticos de la Transición. Ocurrió tras el decreto ley de 1 de abril de 1977. Pilar Primo de Rivera presentó su dimisión al Rey. El Movimiento y la Sección Femenina pasaron a la historia. No obstante, algunas de las obras todavía continuaron algún tiempo más, como fue el caso de las instructoras de juventudes, los coros y danzas, y del servicio social. De ahí que la última granadina en hacer la mili cerrase el último cuartel femenino el 8 de agosto de 1978. Trinidad Ruiz fue la última de la Sección Femenina.

NOTA: La práctica totalidad de los datos de este artículo han sido extraídos de los fondos de la Sección Femenina depositados en el Archivo Histórico Provincial, especialmente de la memoria redactada por su último equipo directivo.