El colectivo de gays, lesbianas, transexuales, bisexuales y familias homoparentales celebra su visibilidad

Familias orgullosas, el reto de la diversidad

Ciudadanía - P. Robles - Domingo, 3 de Julio de 2016
Once años han pasado ya. Desde aquel no tan lejano 30 de junio de 2005, los españoles podemos presumir de vivir en un país más igualitario y más justo. En un país que, aunque todavía joven en su historia democrática, presume con madurez y orgullo de garantizar lo que, por derecho, nadie puede arrebatarnos: el derecho a la normalidad, aún a riesgo de parecer tópica, y hasta pretenciosa. Derecho a crear y procrear, derecho a formar una familia, derecho, ni más ni menos, a amar en igualdad y libertad.
Alba, María y Toni, en una hermosa imagen.
Raquel Marín
Alba, María y Toni, en una hermosa imagen.



Mari Ángeles, Rocío, María y Aba, con Toni y Noa. Reportaje gráfico por Raquel Marín

No espere el lector encontrar en este relato  algo fuera de lo normal. Es tan solo una historia de sueños y noches en vela. De pañales, teta, dalsy y chupetes perdidos. De creación y del milagro de la vida. ¿No es algo extraordinario? Es la historia de dos parejas, de cuatro mujeres que, un día como otro cualquiera, sintieron la imperiosa llamada de la maternidad. Ni heroínas ni seres de leyenda, mujeres, ni más ni menos.

Mari Ángeles y Rocío no quieren protagonismo ni grandes alardes para escribir su historia, no porque no lo merezcan, sino porque su historia es, dicen, la de mujeres normales y corrientes. María y Alba (nombres ficticios), por el contrario, piden discreción y respeto a su anonimato, porque, a sabiendas de que nada raro hay en sus vidas, aún existen personas que muestran escepticismo, que no rechazo, ante su situación. De antemano, reconocen que puede que el freno a su visibilidad lo pongan ellas que, como tantos otros, prefieren vivir su historia legítima e íntimamente.

“El reto de las familias homoparentales es que algún día, nadie tenga que contar su historia porque deje de ser noticia”. Ninguna de ellas titubea al afirmar que la normalidad es el verdadero reto de la diversidad. Y la normalidad se construye desde la educación en valores, en las aulas y en el seno de la familia.

Mari Ángeles y Rocío, con Noa. Raquel Marín

“Si actuamos con naturalidad –explican Mari Ángeles y Rocío- nadie tiene por qué extrañarse de que Noa tenga dos mamás”. Apenas tiene un año y Noa ya tiene un espacio en nuestras vidas y en nuestros corazones –por supuesto, también en el mío y en el del lector-. Noa es un bebé rollizo y radiante, que adora chapotear en el agua con sus mamis, y que emana felicidad por doquier. Deseado por sus mamás y por sus abuelitos, Noa se resistió y tardó en llegar casi cinco años.  Una cuestión de suerte y paciencia, en un proceso duro e ilusionante, nos cuentan Mari Ángeles y Rocío, que se acogieron al programa de reproducción asistida de la sanidad pública andaluza.

Toni, de diecinueve meses, siente verdadera  pasión por las motos.  Reacciona al rugido de cualquier motor, ni uno solo le pasa desapercibido. Toni espera con entusiasmo la llegada, en noviembre, de sus nuevos hermanitos, dos y mellizos. María y Alba se erigirán entonces, y formalmente, como cabezas de familia numerosa. Tienen las típicas preocupaciones que conciernen a unas madres responsables. Encajar tres sillitas en un coche que, aseguran, no será monovolumen. El piso también se les ha quedado justo, dos habitaciones, para cinco miembros en la casa.

María y Alba, con Toni y Noa. RAQUEL MARÍN

María engendra en su vientre el óvulo extraído de su mujer. “Es algo casi inaudito –comentan- la rapidez con la que ha fecundado el óvulo. A la primera, en el caso de Toni. Y, nuevamente, en el primer intento, con los mellizos.” “Es una experiencia increíblemente bella y sorprendente”, dice María, que no fue la primera de este matrimonio en sentir la imperiosa llamada de la maternidad. Sí que la sintió Alba que lo tuvo claro desde el principio. “De la noche a la mañana cambia radicalmente la vida”, confiesan con una marcada emoción en sus rostros.

Tampoco sintieron estas mamás la necesidad de casarse. “Nos obligaron”, confiesan. Hasta entonces, estaban registradas como pareja de hecho. Cuando Toni llegó al mundo, encontraron obstáculos  en el Registro para llevar el apellido de las dos, tenían que estar casadas. Mientras tanto, se encuentran en una situación un tanto anómala, en la que Alba emprende un proceso lento y burocrático de adopción. No hay en Andalucía, un procedimiento que regule derechos y obligaciones de los miembros de una unión de hecho, respecto de los hijos. Tampoco hay una referencia clara en el Código Civil. En todo caso, “no volverá a pasarnos con los mellizos; hemos contraído matrimonio”, apostillan.

Rocío y Noa. Raquel Marín

Más de 12.200 parejas de mujeres se han casado desde que se legalizó el matrimonio homosexual en España en 2005. Las familias homoparentales son, desde entonces, una realidad en nuestro país, y un ejemplo de normalidad e integración. No se pueden precisar, sin embargo, cuestiones básicas y estadísticas sobre esta modalidad familiar. Son aún las grandes desconocidas.