La UGR 'amanece' con 'los ojos abiertos a la igualdad'

Ciudadanía - IndeGranada - Miércoles, 8 de Marzo de 2017
Pilar Aranda.
UGR
Pilar Aranda.

El Patio de los Mármoles del Hospital Real, sede del Rectorado de la Universidad de Granada, ha sido escenario del acto  que con motivo de la celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, ha organizado la Unidad de Igualdad del Vicerrectorado de Responsabilidad Social, Igualdad e Inclusión.

La rectora, Pilar Aranda, ha intervenido en el acto, en el que el director de la Unidad de Igualdad, Miguel Lorente, ha presentado la exposición 'Yes women can', con un recorrido en el que 31 personas han portado en sus manos cada una de las imágenes seleccionadas, y girando en círculo y en silencio alrededor del Patio de los Mármoles del Hospital Real, han leído el título y un breve párrafo que las autoras y autores escribieron para cada foto.

Acto en la sede del Rectorado. ugr

Además, bajo el título 'Miradas al amanecer', la rectora ha leído un manifiesto:

"Cada 8 de marzo amanece con la fuerza del tiempo que empuja y del tiempo que tira de los días hacia el futuro, porque cada 8 de marzo se produce el encuentro de las historias que han acompañado a la Igualdad y la de los sueños que la hacen realidad más allá de la esperanza. Por eso sus horas se prolongan sobre los límites e impregnan al resto de los días con el aroma de la Igualdad… Todos los días huelen a 8 de marzo.

Cada 8 de marzo amanece con la mirada de quienes observan el paisaje de la sociedad desde la luz de la Igualdad, no hay hora de salida ni puesta de sol al no ser el movimiento elíptico de los planetas el que define estas 24 horas, sino la cultura que rota sobre el eje de la convivencia. Por ello sus horas se llenan de las historias de las mujeres que han hecho verdad lo que comenzó como un sueño y hoy ya es conciencia.

En este 8 de marzo de 2017 hemos querido traer algunas de las miradas del amanecer al lugar que representa a la Universidad de Granada, a este Hospital Real sede de su Rectorado. Una historia que comenzó para cambiar la realidad de la que partía, pero que nunca renunció a la memoria para no perderse en el laberinto del tiempo. Es ese recuerdo el que da sentido a la vida, ser conscientes de todo lo que nos ha precedido es la primera razón para conocer y para tomar conciencia de que el conocimiento siempre es transformación.

A pesar de ello, aún hay mucha gente que prefiere ignorar antes que renunciar al poder que otorga un modelo de sociedad desigual e injusto, porque para conocer no sólo es necesario mirar a través de grandes telescopios y sofisticados microscopios, con frecuencia también es importante mirarse al espejo para reconocernos tal y como somos. Y en sociedad el espejo que nos refleja es la propia realidad.

Una realidad en la que cada año, como muestran los datos de Naciones Unidas y de la OMS, cerca de 50.000 mujeres son asesinadas en el planeta por sus parejas o exparejas,  en la que el 30 por ciento de las mujeres sufrirá violencia en algún momento de sus vidas en esos mismos contextos de relación, y en la que todos los años alrededor de 4’5 millones de niñas sufren alguna forma de mutilación genital. Y no sólo es la violencia, también el abandono de la salud de las mujeres se traduce en muerte y dolor para ellas, hasta el punto de que el 74 por ciento de las nuevas infecciones por VIH las sufren mujeres, y que cada día 830 mujeres mueren por causas previsibles relacionadas con la maternidad y el embarazo.

Y la misma sociedad que golpea y abandona a las mujeres en todo el planeta, cuando logran superar esas situaciones y se incorporan al espacio público, las discrimina y excluye. Por eso aún hoy 500 millones de mujeres no pueden leer, a 62 millones de niñas se les niega su derecho a la educación, y sólo el 50 por ciento de las mujeres participan en el mercado laboral frente al 77 por ciento de los hombres, pero pagando el precio de un salario entre un 10-30 por ciento menor que el de ellos.

Y a pesar de haber superado toda esa injusticia hecha normalidad y costumbre, todavía hoy, el sexo que se califica a sí mismo como fuerte, resulta ser tan débil en sus argumentos que hace las cosas a la fuerza para imponer un orden basado en el poder construido sobre la violencia  y la amenaza. Las propias condiciones que han soportado las mujeres a lo largo de la historia demuestran una fortaleza que va más allá de la fuerza física, y revelan su capacidad de adaptación y superación de un entorno hostil e impropio basado en lo masculino. Pero a los hombres no les ha interesado ni quieren que se aprecie esa capacidad, por ello, para ocultar esta realidad, han denominado a las mujeres como “sexo débil”, no para calificarlo y describirlo, sino para recordarles la amenaza de la fuerza física a través de la violencia que pueden sufrir.

Y se podría pensar que todo esto forma parte del pasado, pero no es así. Hemos escuchado recientemente en el Parlamento Europeo estos mismos argumentos en la voz de un eurodiputado, y todos los días vemos ejemplos de que no sólo son las palabras las que hablan.

Por eso este 8 de marzo junto a la marcha que simboliza el camino emprendido por las mujeres para alcanzar la Igualdad, no para ellas, sino para toda la sociedad, también para los hombres que se la han negado históricamente, hemos decidido “parar”. Hoy las mujeres del planeta paran para mostrar simbólicamente que no podemos continuar por el camino de la desigualdad, que cada paso que se da a través de esa ruta nos conduce al pasado, a la injusticia y a la violencia. Hoy paramos para continuar mañana, y con una paso más firme y decidido, por la vía de la Igualdad.

Hoy hemos querido traer al corazón de esta Universidad de Granada la mirada de quienes se acercaron a ese destino a través del concurso fotográfico 'Yes women can'. Hoy en estas paredes se abren las ventanas de cada foto para mostrarnos el paisaje de la Igualdad, de manera que cuando comencemos a caminar tras el paro no nos perdamos entre la polvareda de la confusión que levantan quienes no quieren que avancemos. Por eso quiero felicitar a sus autoras y autores.

Hoy ha amanecido a la misma hora en todo el planeta, no ha habido diferencias, porque hoy la luz del día la han puesto los ojos abiertos a la Igualdad".