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El Centro de Lenguas Modernas elige el Lemon Rock para el intercambio lingüístico

Where are you from?

Ciudadanía - Cristina Prieto - Sábado, 17 de Marzo de 2018
Conoce esta exitosa iniciativa del Centro de Lenguas Modernas, que ha incluido el bar Lemon Rock entre los lugares para el intercambio lingüístico y favorecer la integración en Granada de su alumnado extranjero. Un reportaje con la firma de Cristina Prieto y las fotografías de Patri Díez.
Intercambio lingüístico en el Lemon Rock.
Patri Díez
Intercambio lingüístico en el Lemon Rock.

En un momento en el que la lengua constituye un problema político en algunas comunidades de nuestro país, en el que representantes parlamentarios se enfrentan en las instituciones del Estado por criticar o defender su uso enarbolando banderas que excluyen, una actividad para aprender idiomas en Granada se ha empeñado en demostrar que la lengua une. Desde este Sur, en ocasiones criticado por su peculiar acento, la experiencia desarrollada por el Centro de Lenguas Modernas en el bar Lemon Rock de la capital constata que el intercambio lingüístico ayuda a la integración y al conocimiento de otras culturas. Sin límites, más allá de los que marca el espacio físico, y sin condiciones previas, los participantes sólo tienen que contestar una pregunta para iniciar una conversación que les ayudará a ensanchar su conocimiento sobre otras culturas: Where are you from? (¿De dónde eres?).

Entrar al bar Lemon Rock cada lunes, a las 20.30 horas, es sumergirse en una tormenta idiomática en la que la obligación es surfear sin perder de vista la orilla a la que siempre ayuda a volver una refrescante cerveza. María José Vázquez Medina, coordinadora del programa Study Abroad en el Centro de Lenguas Modernas de Granada, y Alba Cruz Ramírez, adscrita al Departamento de Marketing en este mismo centro, reciben sonrientes y sólo preguntan la nacionalidad y el idioma que se quiere practicar. A partir de ese momento, se ocupan de buscar entre los asistentes al interlocutor perfecto para cada uno de los participantes. La presentación es breve -nombre y nacionalidad- para facilitar el encuentro y dar comienzo a una conversación en la que los interlocutores deciden los tiempos para intercambiar lenguas. Una pequeña pegatina sobre tu ropa indica tu idioma materno y el espacio reservado para el intercambio se convierte, entre las 20.30 y las 23.00 horas en una pequeña Babel. 

Estudiantes de español en Granada procedentes de Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Irlanda, Suiza, Canadá, Holanda, Italia o Alemania, entre otros, se dan cita cada lunes para practicar castellano con nativos de esta lengua en Granada que, a su vez, desean también perfeccionar otros idiomas. Aunque el más demandado es el inglés, también puede practicarse francés, alemán e italiano. 

La charla informal que se establece 'ayuda mucho a arrancar a hablar en otro idioma y perder la vergüenza'

Joe y Sara, estudiantes de Comunicación y Educación, respectivamente, y naturales de Ohio (EEUU) pasarán cinco meses en Granada para aprender español. Tras sus clases por la mañana, los lunes reservan la tarde para el intercambio de idiomas en el Lemon Rock. “Nos gusta mucho el ambiente, es muy normal, como la vida real”, aseguran sonrientes mientras afirman que aprovechan esta experiencia para “buscar amigos españoles” con los que volver a este mismo lugar otros días de la semana. Para Sydney, estudiante de Medicina en Colorado (EEUU) lo más importante es la libertad con la que participan en esta actividad y se muestra encantada con “la gente sociable y amable” que han encontrado en Granada. Este grupo de norteamericanos comparte mesa con Martina, María del Carmen y Jorge, tres estudiantes granadinos que destacan la organización del Centro de Lenguas Modernas frente a otros espacios de intercambio en los que también han participado y reconocen que la charla informal que se establece “ayuda mucho a arrancar a hablar en otro idioma y perder la vergüenza”. Los temas más recurrentes son los estudios y la cultura de cada uno de los países.

Pero no sólo los estudiantes reservan en su agenda los lunes. Martin y Catrine, una pareja inglesa jubilada de sus actividades profesionales -él músico y ella periodista de la BBC- que pasa algunas semanas en Granada como turistas, no faltan a su cita. “Nos encanta venir porque está muy bien organizado y conocemos experiencias similares en Cardiff, donde residimos, pero esto es más informal y nos ayuda a conocer la cultura española”. Su opinión es compartida por Markus, un diplomático suizo acostumbrado a vivir en diferentes países que destaca “la atmósfera simpática y divertida del lugar” donde le gusta hablar con estudiantes “que están en el camino de la vida buscando su futuro”. Gabrielle, una joven canadiense estudiante de español en Granada aprovecha esta actividad para “practicar lo que se aprende en la academia” y como es bilingüe en francés e inglés está abierta a varios interlocutores en estas lenguas. Ella comparte una cerveza con Maite, una granadina formada en turismo que prepara su examen de B2 y acude por primera vez al Lemon Rock. Valora la experiencia como “muy buena porque ayuda a adquirir soltura”.

                                                                                                                                                                                      patri díez

La clave es la integración

La iniciativa llevada a cabo por María José Vázquez Medina y Alba Cruz Ramírez surge como respuesta a la necesidad de integrar a los alumnos extranjeros del Centro de Lenguas Modernas en la vida social de Granada. “Nos dimos cuenta de que era imprescindible que tuvieran contacto con gente local no sólo para practicar español sino para su integración en la vida de la ciudad y eso era difícil conseguirlo desde el aula”, explican. Este contacto es necesario establecerlo desde el primer momento porque, de lo contrario, “los alumnos tienden a encerrarse en su grupo y conseguir que se abran a los locales es muy complicado” explica Vázquez Medina. Desde el punto de vista de su compañera del Departamento de Marketing, estos intercambios son “una manera de conseguir una inmersión lingüística sin salir de Granada y, durante más de dos horas, los alumnos se transportan y forman parte de la ciudad”.

La idea surgió en julio de 2017 cuando María José Vázquez Medina constató, con un grupo de alumnos australianos que pasaban en Granada un mes para aprender español, que era necesario integrarlos en la ciudad como parte de su formación. En Granada existían ya experiencias similares que no se desarrollaban durante el verano y se abría un campo en el que poder poner en práctica una nueva fórmula. Así, en octubre de 2017, se inicia la colaboración con el bar Lemon Rock que se ha demostrado un éxito que sus responsables sitúan en “la importancia que se le da a cada uno de los participantes porque se respetan sus preferencias y perfil y el ambiente del lugar”.

Un lugar con encanto

Sin lugar a dudas, parte del éxito de esta iniciativa corresponde al lugar escogido. El bar Lemon Rock se ubica en la calle Montalbán, en pleno centro histórico de la ciudad de Granada, en un edificio del siglo XVII rehabilitado que alberga, además del bar, un hostel con categoría Premium, un restaurante, un espacio destinado a conciertos y una terraza ambientada como zona de relax en verano al que sus responsables denominan Lemon Beach Bar. Abierto en 2015 y gestionado como una empresa familiar, ha ofrecido más de mil conciertos y, además de los intercambios lingüísticos organizada los lunes por el Centro de Lenguas Modernas, da cobijo a charlas literarias y musicales, conferencias, pases de moda y conciertos. 

Vicente de Luna Ruiz es su responsable y compagina la gestión del local con su profesión de arquitecto técnico. Tras un viaje por Escocia y después de albergarse en varios establecimientos concebidos como hostel, decidió crear un espacio similar en Granada en el que ha logrado combinar el uso turístico con el ocio. “Cuando se viaja, lo que se quiere encontrar es un sitio con magia y quería que el Lemon Rock fuera algo así”, explica para incidir, a continuación, en la apertura del local a todo tipo de propuestas. “Cuando el Centro de Lenguas Modernas nos presentó su propuesta, la recibimos con los brazos abiertos” asegura.