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Homenaje póstumo en Almuñécar al escritor y profesor Jesús Serrano Garijo

Cultura - Loli Sánchez - Domingo, 23 de Abril de 2017
Loli Sánchez firma esta crónica y semblanza sobre el escritor y docente Jesús Serrano Garijo, que también fue concejal de Cultura del Ayuntamiento de Almuñécar en los años 80, y fallecido recientemente.
Jesús Serrano Garijo.
Imagen facilitada por Loli Sánchez
Jesús Serrano Garijo.

El sábado, día 22 de abril de 2017, se llevó a acabo un homenaje póstumo a Jesús Serrano Garijo, licenciado en letras y catedrático. 

Docente, escritor, creador de grupos de teatro, impulsor de todo lo que hoy tenemos "construido" en materia de cultura y, durante unos años, concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Almuñécar.

El pasado día  2 de enero nos sorprendía la triste noticia de su muerte. Su último acto público fue la presentación de su novela Memorias "Apócrifas", de Pedro de Valencia, el día 13 de diciembre en la Casa dela Cultura.

Y la Casa de la Cultura, por la que tanto apostó Jesús, ha sido el escenario para su homenaje póstumo. Concretamente, la Biblioteca Municipal, que desde el sábado se llama "Biblioteca Municipal Jesús Serrano Garijo".

Al acto acudieron su viuda e hijas, amigos, compañeros de docencia, la alcaldesa y la concejal de Cultura, entre otros.

El acto lo abrió el director de la Biblioteca, Javier Sánchez Contreras. Para todos los que conocemos a Javier, de su rectitud, de sus pocas palabras..., el sábado, nos sorprendió, nos emocionó con su intervención inaugural. Javier y Jesús han compartido treinta años de charlas, de amistad, de amor por la literatura, de inquietudes culturales, de sonrisas... Intensa, que no extensa, exposición sobre Jesús Serrano por parte del director de la biblioteca municipal,Javier Sánchez Contreras, donde cabe destacar una frase, dicha con una voz llena de sentimiento y tristeza ... "todavía, cuando se abre la puerta de la biblioteca, alzo rápido la cabeza y miro, porque pienso que es Jesús que va a entrar y vamos a charlar un rato".

Después fueron pasando el turno de palabra a compañeros, hijas y la alcaldesa del Ayuntamiento de Almuñécar que, seguidamente, descubrían, entre aplausos, la  placa que da nombre a la biblioteca municipal Jesús Serrano Garijo.                        

"Si crees que ya no está, es que jamás le conociste"

Somos seres con fecha de caducidad, pero hay veces que encontramos personas que, por su categoría  humana, jamás caducan.

Hoy, tengo el privilegio de escribir sobre una de estas personas que, hasta los confines del tiempo y el espacio, seguirán viviendo, sin la envoltura que supone el cuerpo, pero con la esencia y la intensidad de un Ser único..., en todas sus formas y dimensiones.

Jesús Serrano Garijo, un hombre, un esposo, un padre para sus tres hijas, un amigo leal, un compañero, un escritor ... Un MAESTRO, lleno de vida, inquietud...

Un hombre culto, sabedor de tantas cosas..., pero sencillo y humilde, como suelen ser las grandes personas. Esas que, cuando se van,  cuando dejan su cuerpo reducido a cenizas, siguen existiendo con más fuerza, si cabe, a través de la esencia de su sabiduría y  bondad.

Jesús Serrano es -porque sigue existiendo- un rompedor de cadenas. Un libertador de las mentes, un sabio "cerrajero humano" que, a lo largo de su vida, abrió las puertas del conocimiento a tantas y tantas personas... Impulsor de la CULTURA con mayúsculas en Almuñécar.

Durante unos años, de 1984 a 1987, fue concejal de Cultura del Ayuntamiento de Almuñécar, pero Jesús y la política no estaban hechos para coexistir.

Él, Jesús Serrano, su esencia, ha sido demasiado libre para encadenarse al mundo putrefacto de la política, al margen de los colores.

Esos años,  al frente de Cultura del Ayuntamiento de la ciudad de Almuñécar, los supo aprovechar bien; no en su beneficio, sino, en el beneficio de un pueblo  que,  aún entonces, deslumbraba retales de una España profunda, herida, indiferente,  e incoherente,  con el saber y la necesidad de crecer y evolucionar. Pero ahí estaba él, y supo cambiar, paso a paso, la perspectiva cultural  de un pueblo.

Abrió muchas puertas al conocimiento, y muchas,  también,  fueron las  mentes que  animó a deshacerse de la ignorancia, pero siempre,  con la sencillez, educación, amor y la gran positividad que caracterizó su existencia terrenal.

Para Jesús Serrano, la cultura en general, y los libros, en concreto, eran y son, la forma de liberar a una sociedad que sobrevive bajo la opresión de siglos de barreras impuestas al conocimiento. Sólo hay una manera de ser libres,  y radica en una educación lectora-educativa.

Hablar de Jesús Serrano Garijo..., es hablar de ella, Marcela.

Un gran hombre, un ser especial,  capaz de brillar cual estrella en un cielo de verano, no podría existir sin el combustible que le daba la fuerza...,  el AMOR.

Ese amor para Jesús siempre fue, ha sido y será, allá donde esté, Marcela.

Una mujer inigualable, culta y  sencilla, educada y elegante, fuerte  y frágil a la vez. Esa fragilidad que le acariciaba Jesús. Y  esa fuerza que ella transmitía a Jesús.

Cuando dos personas de gran talla humana se encuentran, y se produce la simbiosis entre ambos, ya no hay marcha atrás. Ya no puede nadie  separar esa unión, casi cósmica, , ni siquiera los dioses..., ni siquiera la muerte...

Marcela sigue adelante, viviendo el legado del hombre al que ha amado tanto, pero  sintiendo que su corazón  se ha escapado,  veloz, para seguir latiendo en  el regazo de aquel que ha sido su cómplice,  con quien, unidos de la mano, caminaban juntos, abriendo cada día, nuevos caminos, nuevas miradas, nuevos horizontes...

"Ay, amor mio, qué terriblemente cruel es estar vivo, sin el alma de tu cuerpo, sin tu latido... Pero duermo cada noche con tu nombre besando mis labios."

Jesús, ese hombre "campechano", respetuoso con todo el mundo, paciente;  presto siempre a escuchar... En su boca y en su esencia, el "No", era una palabra que no existía, aunque llegara tarde a casa, como recordaban sus hijas.

Sí, amigos, Jesús no se ha ido, Jesús Serrano está presente en el alma de cada uno de los que tanto amamos la  cultura, y en cada corazón de los que nos ayudó a avanzar.

En su gran legado literario, y en el legado de tantos colectivos creados, y tantas satisfacciones donadas a los demás, con la generosidad que siempre le caracterizó.

Pero, en el homenaje, faltaban muchos..., esos que ayer le pedían que hiciera..., esos que hoy disfrutan de lo que  hizo..., esos que fueron sus queridísimos alumnos, o los  que se abanderan ahora de la intelectualidad..., esos, dónde estaban? 

No, no soy juzgadora de nada, ni de nadie, pero uno se cuestiona..., eso es inevitable.

Por siempre y para siempre, Gracias, Jesús Serrano Garijo ... Maestro de maestros... ¡Ser Humano inmenso!