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Medio Ambiente

La Vega ha perdido 4.500 hectáreas de choperas en 20 años

E+I+D+i - IndeGranada - Miércoles, 9 de Marzo de 2022
El Ifapa, organismo de la Junta, investiga nuevos desarrollos del chopo en una parcela de Santa Fe, dentro del proyecto 'Madera para el Futuro'.
María José Martín, izqda., en una parcela de chopos del Ifapa.
junta de andalucía
María José Martín, izqda., en una parcela de chopos del Ifapa.

La Vega de Granada ha perdido aproximadamente 4.500 hectáreas de choperas en 20 años. Las alamedas han quedado reducidas a unas 3.000 héctareas, según datos de la Junta, que explica la caída por su baja competitividad económica frente a los cultivos agrícolas intensivos, que a su vez deriva de diferentes causas, como la falta de asociacionismo y vertebración del sector, el uso de una silvicultura poco competitiva, la falta de valoración de los servicios ambientales asociados al chopo, el precio inestable de la madera en el mercado por su destino para productos de bajo valor y poco innovadores, y también por la fuerte presión urbanística en un área fuertemente antropizada. 

La delegada de Agricultura, Ganadería y Pesca, María José Martín, ha asistido, en el término municipal de Santa Fe, a la inauguración de una parcela demostrativa de chopo incluida en el Proyecto Madera para el Futuro (LIFE Wood for Future), en el que se encuentra el Ifapa, la Universidad de Granada, la Diputación y Salvemos la Vega-Vega Educa, entre otras entidades. Una iniciativa que pretende reintroducir en la Vega el cultivo del chopo, co un “indiscutible papel social por su valor cultural, histórico y paisajístico, como árbol y cultivo tradicional en la provincia con más de 100 años de historia”, dice Martín.

Aportación ambiental

Según la delegada, “más choperas es sinónimo de más bioeconomía, más desarrollo sostenible, más empleos verdes, menos contaminación y más mitigación de cambio climático en nuestra Vega”. Destaca, además del valor económico de las choperas, “el enorme valor ambiental, que se puede observar directamente en el ciclo del agua en la Vega, por el valor que aportan de depuración de aguas y la recuperación de acuíferos o la regulación de las inundaciones; en el propio clima, funcionando además de excelentes sumideros de carbono y como amortiguadores de temperaturas extremas; o en la mejora de la biodiversidad, la conservación del suelo y la regulación de la erosión”.

El papel del Ifapa es esencial en este proyecto, apostando por este tipo de investigaciones para lo que cuenta ya con una parcela demostrativa y un equipo investigador. Se trata de llevar a otro nivel el cultivo de este árbol, mejorando su rendimiento, orientando el producto al sector de la construcción, en definitiva colocar a este cultivo en la senda de una industria innovadora de la madera de buena calidad.

La unión de los selvicultores está constituyendo una asociación que pretende impulsar este cultivo que en las primeras adhesiones tiene a más de 30 socios con 1.000 hectáreas. Próximamente se firmará el acta de constitución de la misma con la idea de conseguir la Certificación Forestal Sostenible. Lo que se pretende es implementar una gestión común de las choperas, realizar una certificación sostenible de las mismas.