tilda la medida “de injustificada” y señala que es “una afrenta contra Granada y una de sus principales riquezas"
Cuenca pide a la Junta que rectifique la suspensión de las clases presenciales en la UGR
El exalcalde y portavoz socialista tilda la medida “de injustificada” y señala que es “una afrenta contra Granada y una de sus principales fuentes de riqueza”. Exige que se deje de criminalizar a la comunidad universitaria, porque “el problema está en la calle” y demanda el aumento de PCR y más profesionales en los centros de salud como medidas realmente eficaces.
Prensa PSOE
Cuenca, este jueves en su comparecencia ante la prensa.
El exalcalde de Granada y portavoz del Grupo Municipal Socialista, Paco Cuenca, ha pedido al presidente de la Junta, Juanma Moreno Bonilla, la rectificación inmediata de las suspensión de las clases en la UGR, una medida a su juicio “injustificada e injusta que denota la incapacidad de la derecha para abordar un problema tan serio como es el aumento de contagios en nuestra ciudad”. El socialista ha trasladado al presidente una carta en la que le solicite la suspensión de la medida y le reclama que “luche contra el aumento de casos con más PCR y con la contratación de más profesionales para los centros de salud”.
Cuenca ha apuntado que “es lamentable que se criminalice a la comunidad universitaria, cuando estamos hablando de un problema que está en la calle” y ha recalcado que el presidente de la Junta tendrá que dar explicaciones de cuáles son los criterios técnicos y científicos que justifican “la decisión, algo que a todas luces no tiene sentido”
Para el socialista, la decisión de la Junta “ha sido un intento de tapar sus limitaciones y su falta de compromiso con Granada”. En este sentido, el máximo responsable del PSOE municipal ha apuntado que “es lamentable que se criminalice a la comunidad universitaria, cuando estamos hablando de un problema que está en la calle” y ha recalcado que el presidente de la Junta tendrá que dar explicaciones de cuáles son los criterios técnicos y científicos que justifican “la decisión, algo que a todas luces no tiene sentido”.
“Las medidas deben de tomarse entre todas las administraciones. Leo las noticias de ayer de la Junta de Seguridad Local y me llama la atención que no han sido capaces de llegar a ningún acuerdo, sólo perseguir y culpar a la UGR”, al tiempo que ha señalado que la universidad es un espacio seguro, y se ha preguntado “si esto habría pasado en Málaga o Sevilla”. Para el ex alcalde, el gobierno de Moreno Bonilla tiene una fijación con Granada, “ya lo hizo con el Parque de las Ciencias, con la Escuela de Salud Pública y ahora con la universidad más importante de Andalucía”.
Por otro lado, el socialista ha mostrado sus sorpresa sobre el hecho de que la Junta de Andalucía no haya reprendido al alcalde de Granada por lo vídeos del fin de semana en la calle Ganivet, “tras la falta de previsión y de efectivos policiales que permitieron grandes concentraciones de personas en la vía pública”.
Para concluir, el edil ha señalado que no hay que “criminalizar ningún ámbito, a ningún sector” y ha mostrado todo su apoyo a la UGR, “la principal empresa de Granada, igual que a los hoteleros a los que el gobierno de PP Y CS está cobrando todos los impuestos, incluso por servicios que no han recibido, a pesar de que anunció que no lo haría”. Para el edil, “lo que ha pasado con el cierre de la Universidad es la constatación que no hay proyecto en San Telmo, ni en la Plaza de Carmen y las consecuencias las estamos padeciendo gravemente”.
Esta es la carta enviada por Francisco Cuenca al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno:
Señor Presidente:
Aún conmocionado por la decisión que su Consejo de Gobierno adoptó el pasado martes, me dirijo a usted, con todo el respeto y con la máxima contundencia, para demandarle una rectificación necesaria. La decisión adoptada el pasado martes y que sitúa a la Universidad de Granada en el centro de la expansión de la pandemia en Granada, no solo es injusta, sino que está injustificada y que, así tomada, sin ser acompañada de otras medidas más generales, carece de precedentes en el resto de España.
Como usted bien sabe, la Universidad de Granada es una de las tres más importantes de España de acuerdo con los ránkings más prestigiosos del mundo. Su potencial investigador, especialmente en algunas de sus titulaciones, han situado el nombre de Granada y, por tanto el de Andalucía, entre las ciudades más prestigiosas del mundo y gracias a ella, entre otros factores, Granada puede presumir de ser la capital de la Ciencia en Andalucía. Fruto de ese prestigio, de esa labor y de la calidad de su docencia e investigación, Granada aspira a ser la sede del proyecto científico europeo más importante de la historia, el conocido popularmente como acelerador de partículas, en la localidad de Escúzar.
Por todo ello, y por muchas razones más, la Universidad de Granada merece un respeto que, desde hace unas semanas y por parte de algunos miembros de su Gobierno, se le ha faltado. El consejero Aguirre lanzó una grave acusación hace unos días diciendo que la población universitaria granadina era la responsable de la escalada del virus, algo que fue rebatido con datos por la Rectora Pilar Aranda, datos, por cierto, que no fueron aportados por el responsable andaluz de Sanidad. Desde el Ayuntamiento de Granada, el bipartito que lleva las riendas del Consistorio desde hace más de un año, rápidamente su sumó al argumento de su consejero, sin aportar dato alguno que corroborara tal afirmación.
Si la razón para tomar esa decisión ha sido la imagen dada por un grupo de personas en las calles del centro de la ciudad el pasado fin de semana, imágenes que lamentablemente han dado la vuelta a España, permita que le diga una cosa. Créame cuando le digo que la población universitaria granadina es mucho más responsable que los irresponsables que tomaron las calles del centro de la ciudad protagonistas de esos vídeos que, en su mayoría no eran de Granada, sino que venían de fuera, y que, si se fija en las imágenes, por edad dejaron las aulas hace mucho tiempo. Los hechos del pasado puente en esas calles fueron más bien fruto de la falta de previsión del gobierno de la ciudad que conociendo las previsiones para el puente en la ciudad no dispuso ningún operativo especial de seguridad.
Señor Presidente, recientemente he tenido la oportunidad de mantener encuentros con responsables de la Escuela Andaluza de Salud Pública, institución que como sabe goza de un prestigio internacional fuera de toda duda, que confirman que la decisión adoptada el pasado martes por su Consejo de Gobierno de cerrar las aulas de la Universidad durante 15 días, carece de lógica y, además, poco ayuda a frenar la expansión del virus que, como sabe, en Granada sobrepasa los 500 contagios por 100.000 habitantes.
No dudo en ningún momento de que la decisión adoptada por su gobierno contará con informes que la respalden, y sería muy positivo que se hiciesen públicos para poder contrastarlos. Nos llama mucho la atención que ese cierre de aulas no se haya acompañado de otro tipo de medidas en el marco de un completo plan de acción que busque frenar la expansión de esta nueva ola, pero no ha sido así y, créame, no soy el único que está perplejo por ello.Una vez más, y en el marco de la lealtad institucional que nos debemos, le ofrezco mi trabajo y el de mi grupo, para poder encontrar soluciones adecuadas a un problema complejo, soluciones que permitan el mantenimiento de la actividad económica en la ciudad y la prevención de la salud de la población.
La Universidad de Granada no es el problema, sino parte de la solución al mismo, y con la decisión del pasado martes, su gobierno le hace un flaco favor al prestigio universal de una institución centenaria a la que se ha manchado de forma muy grave. Con la esperanza puesta en que atienda esta llamada y rectifique su decisión, me despido ofreciendo, una vez más, mi voluntad de colaboración leal y sincera para trabajar con usted para mejorar Granada en todo lo que sea necesario.
Aún conmocionado por la decisión que su Consejo de Gobierno adoptó el pasado martes, me dirijo a usted, con todo el respeto y con la máxima contundencia, para demandarle una rectificación necesaria. La decisión adoptada el pasado martes y que sitúa a la Universidad de Granada en el centro de la expansión de la pandemia en Granada, no solo es injusta, sino que está injustificada y que, así tomada, sin ser acompañada de otras medidas más generales, carece de precedentes en el resto de España.
Como usted bien sabe, la Universidad de Granada es una de las tres más importantes de España de acuerdo con los ránkings más prestigiosos del mundo. Su potencial investigador, especialmente en algunas de sus titulaciones, han situado el nombre de Granada y, por tanto el de Andalucía, entre las ciudades más prestigiosas del mundo y gracias a ella, entre otros factores, Granada puede presumir de ser la capital de la Ciencia en Andalucía. Fruto de ese prestigio, de esa labor y de la calidad de su docencia e investigación, Granada aspira a ser la sede del proyecto científico europeo más importante de la historia, el conocido popularmente como acelerador de partículas, en la localidad de Escúzar.
Por todo ello, y por muchas razones más, la Universidad de Granada merece un respeto que, desde hace unas semanas y por parte de algunos miembros de su Gobierno, se le ha faltado. El consejero Aguirre lanzó una grave acusación hace unos días diciendo que la población universitaria granadina era la responsable de la escalada del virus, algo que fue rebatido con datos por la Rectora Pilar Aranda, datos, por cierto, que no fueron aportados por el responsable andaluz de Sanidad. Desde el Ayuntamiento de Granada, el bipartito que lleva las riendas del Consistorio desde hace más de un año, rápidamente su sumó al argumento de su consejero, sin aportar dato alguno que corroborara tal afirmación.
Si la razón para tomar esa decisión ha sido la imagen dada por un grupo de personas en las calles del centro de la ciudad el pasado fin de semana, imágenes que lamentablemente han dado la vuelta a España, permita que le diga una cosa. Créame cuando le digo que la población universitaria granadina es mucho más responsable que los irresponsables que tomaron las calles del centro de la ciudad protagonistas de esos vídeos que, en su mayoría no eran de Granada, sino que venían de fuera, y que, si se fija en las imágenes, por edad dejaron las aulas hace mucho tiempo. Los hechos del pasado puente en esas calles fueron más bien fruto de la falta de previsión del gobierno de la ciudad que conociendo las previsiones para el puente en la ciudad no dispuso ningún operativo especial de seguridad.
Señor Presidente, recientemente he tenido la oportunidad de mantener encuentros con responsables de la Escuela Andaluza de Salud Pública, institución que como sabe goza de un prestigio internacional fuera de toda duda, que confirman que la decisión adoptada el pasado martes por su Consejo de Gobierno de cerrar las aulas de la Universidad durante 15 días, carece de lógica y, además, poco ayuda a frenar la expansión del virus que, como sabe, en Granada sobrepasa los 500 contagios por 100.000 habitantes.
No dudo en ningún momento de que la decisión adoptada por su gobierno contará con informes que la respalden, y sería muy positivo que se hiciesen públicos para poder contrastarlos. Nos llama mucho la atención que ese cierre de aulas no se haya acompañado de otro tipo de medidas en el marco de un completo plan de acción que busque frenar la expansión de esta nueva ola, pero no ha sido así y, créame, no soy el único que está perplejo por ello.Una vez más, y en el marco de la lealtad institucional que nos debemos, le ofrezco mi trabajo y el de mi grupo, para poder encontrar soluciones adecuadas a un problema complejo, soluciones que permitan el mantenimiento de la actividad económica en la ciudad y la prevención de la salud de la población.
La Universidad de Granada no es el problema, sino parte de la solución al mismo, y con la decisión del pasado martes, su gobierno le hace un flaco favor al prestigio universal de una institución centenaria a la que se ha manchado de forma muy grave. Con la esperanza puesta en que atienda esta llamada y rectifique su decisión, me despido ofreciendo, una vez más, mi voluntad de colaboración leal y sincera para trabajar con usted para mejorar Granada en todo lo que sea necesario.
