Visiones en el 28F

Dos reflexiones, en el Día de Andalucía

Política - IndeGranada - Lunes, 28 de Febrero de 2022
En el Día de Andalucía, dos mujeres, Margarita Sánchez Romero, catedrática de Prehistoria. Vicerrectora de Igualdad, Inclusión y Sostenibilidad de la Universidad de Granada, y Amelia Romacho Ruz, exconcejala del Ayuntamiento de Granada, exsindicalista y feminista, nos ofrecen sus singulares reflexiones en el 28F. No te las pierdas.
Uno de los carteles oficiales del referéndum del 28 de febrero de 1980.
Archivo General de Andalucía
Uno de los carteles oficiales del referéndum del 28 de febrero de 1980.

Esto de ser andaluza imprime carácter, aunque hayas nacido en Madrid. Porque una no elige dónde nace, pero sí de donde quiere ser. Y esa elección marca posibilidades y vivencias, ni mejores ni peores que otras, pero sí únicas, que van construyendo un relato biográfico. A mí me hizo andaluza que mis padres, en Madrid por motivos de trabajo, se empeñasen siempre en volver a su casa, a Antequera y que en ese intento hicieran escala en Ronda. Allí pasé los años de la infancia, perdiéndome constantemente en la Calle de la Bola, echando altramuces a los patos del Parque de la Alameda o jugando en las inmediaciones del palacio del Marqués de Salvatierra. Me hizo andaluza mi adolescencia en Antequera, entre uniformes de colegio, excursiones a dólmenes y carreras ansiosas a cualquier biblioteca que me prestara libros para los largos días de verano. Me hizo andaluza llegar a Granada y, a partir de ese momento, cambiar mi centro de gravedad a esta ciudad de la que salgo y entro constantemente, pero de la que no me voy. Idas y venidas que me han hecho andaluza con acento andaluz de ninguna parte.

Así que, como andaluza, hoy, nuestro día, reivindico la cultura con mayúsculas, la que se basa en el talento, en el conocimiento y en la investigación. Más allá de lo típico y de los tópicos. Y reivindico la memoria, porque sin memoria no somos nada, porque olvidar es el mayor desprecio que podemos hacer a quienes nos precedieron en el empeño de ser mejores, más libres

Esto de ser andaluza me ha hecho ser de humanidades, cómo no serlo con la riqueza patrimonial que hay en todos y cada uno de los rincones de esta tierra. Me ha hecho entender que disciplinas cómo la arqueología, la historia, la historia del arte, la antropología, la literatura o la música son poderosos instrumentos de transformación social. Nos permiten conocer al que tenemos enfrente, a la que tenemos al lado. Entender, comprender, empatizar, sin que haga falta que estemos de acuerdo, pero sí que sintamos tal vecindad que resulte imposible cualquier violencia. Así que, como andaluza, hoy, nuestro día, reivindico la cultura con mayúsculas, la que se basa en el talento, en el conocimiento y en la investigación. Más allá de lo típico y de los tópicos. Y reivindico la memoria, porque sin memoria no somos nada, porque olvidar es el mayor desprecio que podemos hacer a quienes nos precedieron en el empeño de ser mejores, más libres.

Esto de ser andaluza me ha hecho feminista, porque ver la lucha, el trabajo, el empeño y los logros de muchas mujeres a mi alrededor a lo largo de toda mi vida me ha hecho crecer con esa idea básica, motora, de la igualdad

Esto de ser andaluza me ha hecho feminista, porque ver la lucha, el trabajo, el empeño y los logros de muchas mujeres a mi alrededor a lo largo de toda mi vida me ha hecho crecer con esa idea básica, motora, de la igualdad. Una igualdad en la que se ha avanzado mucho, pero en la que aún nos queda mucho, itero, mucho, por hacer. Porque no hay libertad, ni dignidad, ni es posible la paz sin igualdad. Así que, como andaluza, hoy, nuestro día, reivindico más y mejores políticas de cuidado. Desde la conciliación y la corresponsabilidad, que permitan que hacer ese trabajo de cuidados tan crucial y básico, no limite las posibilidades y aspiraciones de las mujeres, que no perdamos el talento que nos hace tanta falta. Y eso empieza por el reconocimiento de lo que significa el esfuerzo, el conocimiento, la sabiduría o la innovación que hay en cuidar y el enorme aporte social que significa.

Esto de ser andaluza me ha llevado a ser científica, porque en mi universidad, la de Granada, en la que estudié y trabajo, he aprendido el valor de la ciencia y el conocimiento como elemento de justicia social

Esto de ser andaluza me ha llevado a ser científica, porque en mi universidad, la de Granada, en la que estudié y trabajo, he aprendido el valor de la ciencia y el conocimiento como elemento de justicia social. Una universidad que, próxima a cumplir sus 500 primeros años, se sitúa entre las primeras del mundo gracias al talento, la creatividad, las ganas, la inteligencia y el trabajo de toda su comunidad. Así que como andaluza, hoy, nuestro día, reivindico los recursos que necesitamos, los que nos permitan generar aún más y mejor conocimiento porque la ciencia debe ser, sin duda, la piedra angular de todo lo que hagamos.

A veces, esto de ser andaluza me cabrea, cuando en momentos complejos, difíciles y en los que nos puede el cansancio, acudimos a la demagogia o al cinismo, cuando dejamos que los discursos de odio, ignorantes, banales, vacíos y dañinos se apropien del debate público…

A veces, esto de ser andaluza me cabrea, cuando en momentos complejos, difíciles y en los que nos puede el cansancio, acudimos a la demagogia o al cinismo, cuando dejamos que los discursos de odio, ignorantes, banales, vacíos y dañinos se apropien del debate público… porque nos parece más fácil, porque nos parece que nos beneficia, porque nos creemos que los derechos no se pierden o porque simplemente nunca hemos creído en ellos.  Así que, como andaluza, hoy, nuestro día, reclamo una reflexión sobre el modelo de sociedad en la que la inteligencia emocional, esa de la que esta tierra es tan rica y que tan bien ha sabido aprovechar, nos asegure un desarrollo humano que sea sostenible porque será más equitativo

Esto de ser andaluza me hace reclamar para mi tierra ciencia, innovación, educación, cultura, patrimonio, feminismo y cuidado, porque esos son los pilares están en la base de una sociedad más capaz, más preparada, y con más posibilidades para el futuro.

Marga Sánchez Romero es Catedrática de Prehistoria. Vicerrectora de Igualdad, Inclusión y Sostenibilidad de la Universidad de Granada.

Cuando María Andrade me llamó por teléfono para pedirme si quería escribir un artículo sobre el 28-F no me lo pensé mucho y dije que sí.

Personalmente lo recuerdo como una etapa donde la Política con mayúsculas demostró su capacidad para unir a todo un pueblo en torno a un proyecto y trabajar de manera positiva para lograrlo

Enseguida me vino a la memoria el momento tan entusiasta y emocionante que vivimos en Andalucía.

Personalmente lo recuerdo como una etapa donde la Política con mayúsculas demostró su capacidad para unir a todo un pueblo en torno a un proyecto y trabajar de manera positiva para lograrlo.

En el año 1977, cuando la izquierda política en su conjunto en Andalucía movilizó a sus bases para reivindicar una Autonomía Andaluza con plenas competencias, yo me encontraba militando en el mundo sindical.

Desde el sindicato nos empleamos a fondo en la campaña por Andalucía y por fin conseguimos un referéndum el 28 de febrero de 1980.

No nos lo puso fácil el gobierno de la UCD, que consideraba que Andalucía no merecía plenas competencias ya que no éramos Autonomía Histórica, en comparación con Cataluña o Euskadi

No nos lo puso fácil el gobierno de la UCD, que consideraba que Andalucía no merecía plenas competencias ya que no éramos Autonomía Histórica, en comparación con Cataluña o Euskadi.

Lo cual consiguió que los andaluces y andaluzas nos empleáramos más a fondo para lograr mayorías en todas las provincias y así llegar al estatuto del 150. Y casi casi lo conseguimos (solo una provincia no lo logró) pero ya algo se había logrado: la unidad de un pueblo en la lucha por un objetivo común que nos conseguiría mayores ventajas económicas, laborales y una identidad como pueblo andaluz del que hasta el momento carecíamos. 

Nuestra idea desde la izquierda es que con la Autonomía conseguiríamos un mayor nivel de igualdad con el resto del país.

Ahora, tras 42 años de autonomía y tras conquistar el mayor techo competencial en el año 2006 podemos decir que mereció la pena

Ahora, tras 42 años de autonomía y tras conquistar el mayor techo competencial en el año 2006 podemos decir que mereció la pena.

La llegada de la Pandemia ha puesto a prueba nuestra organización territorial.

Sin duda los servicios públicos por los que apostamos en la creación de la Autonomía han estado a la altura muy a pesar de los recortes sufridos en la crisis económica de 2008.

La respuesta de los profesionales y las profesionales de la sanidad y la enseñanza ha sido imprescindible para que no muriera más gente y para que nuestros hijos no se vieran demasiado afectados en su rendimiento escolar por la pandemia

La respuesta de los profesionales y las profesionales de la sanidad y la enseñanza ha sido imprescindible para que no muriera más gente y para que nuestros hijos no se vieran demasiado afectados en su rendimiento escolar por la pandemia. Y una tercera pata de los servicios públicos, el SEPE, que con la figura de los ERTE ha logrado que la inactividad laboral no dejará sin ingresos a las familias.

Ha sido necesaria una pandemia para que valoremos todos la importancia de los servicios públicos, el reforzamiento de los mismos y la apuesta de la cercanía a los ciudadanos que las autonomías representan.

Por todo ello nuestra Autonomía sigue siendo necesaria y debe seguir creciendo y reforzando los servicios públicos que tan buena respuesta han dado. 

El peligro ahora amenaza a la autonomía andaluza con el crecimiento de un partido político que no estuvo en la lucha y creación de la autonomía y que ahora puede tener una importante influencia política

El peligro ahora amenaza a la autonomía andaluza con el crecimiento de un partido político que no estuvo en la lucha y creación de la autonomía y que ahora puede tener una importante influencia política. La derecha ha entrado por primera vez en el Gobierno andaluz y se apoya en VOX para el gobierno. Paradójicamente un partido que niega el modelo territorial de las autonomías niega las políticas de Igualdad y niega la Violencia de Género que tantas muertes de mujeres nos deja cada año.

¿Cómo ha podido crecer ese monstruo político en nuestra sociedad?

¿Qué ha fallado para que las ideas que creíamos habían desaparecido de este país con la democracia estén ahora presentes en nuestros parlamentos?

¿Qué ha fallado para que las ideas que creíamos habían desaparecido de este país con la democracia estén ahora presentes en nuestros parlamentos?

Tenemos importantes nubarrones políticos en la actualidad, los acontecimientos internos y no internos del PP, de nuevo la corrupción.

Y la guerra declarada desde hace dos días en Europa nos hace pensar que no aprendemos nada de los errores pasados.

Y la guerra declarada desde hace dos días en Europa nos hace pensar que no aprendemos nada de los errores pasados

Se hace necesaria la política por y para los ciudadanos y que ponga por encima de todo la libertad, el progreso y la igualdad de los seres humanos.

Viva ANDALUCÍA LIBRE.

Amelia Romacho Ruz, exconcejala del Ayuntamiento de Granada, exsindicalista, feminista.