Artículo de Opinión por Javier Terriente

Es la hora de las candidaturas municipalistas

Política - Javier Terriente - Lunes, 20 de Mayo de 2019
Javier Terriente reflexiona en este artículo sobre "las candidaturas municipalistas independientes, democráticas y en red" y el papel que desde su punto de vista deben jugar en las elecciones del próximo domingo 26 de mayo.
Urna electoral.
M.R.
Urna electoral.

Una vez más, los pronósticos electorales, ideados en su mayoría para influir en el comportamiento de los posibles votantes más que en acertar, se han vuelto equivocar. 

El PSOE, con 123 diputados ha crecido 35 diputados, más de lo que se esperaba tanto en términos absolutos como comparativos. Su prioridad es la de constituir un gobierno de progreso con apoyos externos. 

El PP ha perdido 70 diputados, casi la mitad de los que logró en 2015 (136), y tres millones seiscientos mil votos. Su declive parece imparable.

Cs, aunque ha fracasado en su aspiración de liderar el bloque conservador, ha obtenido un brillante resultado, 57 diputados (25 más). Eso le permite disputar al PP el liderazgo de la derecha. 

Unidas Podemos, con casi un 40% menos de votos que en  las generales de 2015 y una pérdida de 29 diputados (antes 71), ha bajado bruscamente desde el 21,1 % al 14,3%. Su capacidad de maniobra en el nuevo escenario política se ha reducido de golpe y ha dejado de ser una fuerza determinante.

Y en cuanto a Vox, con 24 diputados y el 10% de votos, ha irrumpido ruidosamente en la escena política marcando el paso del bloque conservador e influyendo  al conjunto de las estrategias electorales muy por encima de sus resultados. 

Una primera conclusión: el PSOE se ha convertido en el nuevo eje de la política española, en torno al cual se reagrupa un amplio espectro social ante la derechización del bloque liberal-conservador. 

Una segunda conclusión: Cs crece y Vox es una fuerza emergente. Ambas son la gran esperanza blanca de los poderes corporativos y financieros.

Y una tercera conclusión: Hay dos partidos claramente derrotados, el Partido Popular y Unidas Podemos. 

Respecto al PP, las razones son diversas. Por un lado, la fragmentación del campo conservador en tres partidos contaminados por Vox, y, por otro, su apuesta a la zaga de Vox por un discurso visceral cargado de prejuicios inconstitucionales. Una propuesta esta percibida como una amenaza inminente a los derechos democráticos. 

Y respecto a Unidas Podemos, subrayar la escasa credibilidad de los esfuerzos tardíos de Iglesias en defensa de la Transición y la Constitución, cuando aún resuenan sus diatribas contra el denominado, despectivamente, Régimen del 78 y sus protagonistas, en la estrategia de asaltar los cielos. Por ello, resulta  sorprendente la reclamación, ahora, de participar en un gobierno de coalición de izquierdas liderado por Pedro Sánchez, bajo la amenaza de aceptarla o el infierno.

Por si fuera poco, Unidas Podemos se enfrenta a un futuro incierto. Los conflictos con la corriente anticapitalista de Teresa Rodríguez y otras fuerzas coaligadas se ha traducido en la presentación de cuatro modalidades de candidaturas que competirán por un espacio electoral común: Adelante Andalucía, Podemos, IU y Unidos Podemos; los aliados de Compromís de Mónica Oltra, aspiran a reanudar un acuerdo de gobierno con los socialistas valencianos; las Mareas gallegas siguen su camino; los disentimientos con Ada Colau y Barcelona en Comú parecen insuperables. Y para colmo, Iñigo Errejón, uno de los fundadores de Podemos, opta a la Presidencia de la Comunidad de Madrid con una candidatura distinta, Más Madrid, de la mano de Manuela Carmena.

No hay duda de que el destino municipal de los partidos, en su forma actual, tiene las cartas marcadas. Ello concierne particularmente a sus programas. A destacar que el PSOE tiende a explotar hasta la exasperación la figura de Pedro Sánchez sobre las propuestas y alternativas concretas a los espacios locales y que los programas de los restantes partidos tradicionales, salvo pocas excepciones, dan la impresión de una colección de generalidades multiusos. 

Por tanto, ha llegado la hora de las candidaturas municipalistas independientes, democráticas y en red.

La vocación del nuevo municipalismo democrático no es sustituir a los partidos, aunque pone en entredicho su monopolio de la política en la medida que suelen restringir su radio de acción a intereses corporativos de diverso tipo. 

Su irrupción en los espacios locales supone la emergencia de nuevos protagonistas que rompen la inercia de la vieja política y sitúan la exigencia de la democracia plena y la igualdad en el centro de la política.  

Su papel puede ser fundamental para detener o cuestionar las amistades peligrosas entre el neofascismo de Vox y el ultraliberalismo de las derechas antiguas y modernas del PP y Ciudadanos, que ponen en cuestión el núcleo duro del Estado de Bienestar.

No sería extraño que se formen alianzas fraudulentas entre las derechas y un sector de la izquierda para impedir gobiernos de este signo. Ya ocurrió en Atarfe, por ejemplo, durante el pasado mandato, con el extraño maridaje entre el PSOE, PP y Cs. Todos contra el gobierno de Por Atarfe Sí, salvo Ganemos. 

Ello limitó el alcance de las políticas sociales, laborales y culturales previstas, pero no doblegó la orientación progresista de Por Atarfe Sí ni la puesta en marcha de un amplio abanico de medidas para superar todo tipo de desigualdades, dejando atrás un pasado de corrupción, clientelismo y desafueros urbanísticos incontables. 

La exigencia para estas próximas elecciones es máxima. La mejor forma de evitar cualquier retroceso, ante la hipótesis de pactos espurios e ilegítimos entre los partidos de derecha e izquierda contra las candidaturas municipalistas, como Por Atarfe Sí (PASI) y otras, es obtener mayorías suficientes de gobierno. Es la forma segura de seguir avanzando en proyectos de progreso en su plenitud, y en red, en los próximos años.



Javier Terriente Quesada es militante de izquierda y activo participante en la lucha por la democracia y las libertades.