El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que pedirá el que pretende ser "el último" estado de alarma, por una duración de un mes, no de quince días como hasta ahora. Eso supondrá que el estado de alarma se prolongará hasta el 24 de junio.

Tendrá características distintas porque, ha señalado, distinta es también en este momento la evolución de la pandemia. 

A preguntas de los periodistas, Sánchez ha explicado que podría ocurrir, dado que la desescalada es asimétrica, que algunos territorios salgan antes del estado de alarma. Éste, ha defendido, es necesario para limitar la libertad de circulación y contactos para evitar los contagios. El Gobierno, ha destacado, "no tiene ningún interés en el estado de alarma". Pero mantenerlo es "importantísimo", "fundamental". 

Al respecto, ha esgrimido el estudio de seroprevalencia, que fija en un 5 por ciento de media la población que ha estado en contacto con el coronavirus para enfatizar que estamos en "un escenario de vulnerabilidad". Es un porcentaje "muy menor".

Entre las novedades del nuevo estado de alarma, se establece que el mando único, que se delegó al inicio de la pandemia en cuatro ministerios, "se condensará" en el de Sanidad, que es el que debe pilotar la desescalada. Todo ello mediante el "diálogo bilateral" con las comunidades autónomas.