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Artículo de opinión, por Paco Vigueras, periodista y escritor

'No a la guerra, otra vez'

Política - Paco Vigueras - Sábado, 19 de Marzo de 2022
Paco Vigueras, periodista y escritor, firma esta reflexión contra la invasión rusa de Ucrania, pero no olvida otros conflictos en el mundo, que no cuentan con el mismo apoyo internacional.
Periodistas protesta en directo contra la guerra en un informativo de una televisión rusa.
Aportada por el autor.
Periodistas protesta en directo contra la guerra en un informativo de una televisión rusa.

El otro día, paseando por el parque, vi a unos niños con metralletas de plástico jugando a la guerra y pensé en los niños ucranianos, pues ellos no juegan, están sufriendo la guerra de verdad. Cuando vuelvo a casa y enciendo la televisión, me sobrecoge la noticia de que el Ejército ruso ha bombardeado el hospital materno infantil de Mariupol, en el que han muerto, víctimas del bombardeo, una mujer embarazada y su bebé, a punto de nacer. Y veo el llanto desconsolado de una madre que ha perdido a su hijo en los bombardeos. Crímenes de guerra que hielan el corazón. Más de tres millones de ucranianos abandonan su país para escapar de la masacre y Médicos sin Fronteras alertan sobre el drama humanitario que se avecina.

Esta política de brazos abiertos es digna de elogio, pero no incluye a otros refugiados, que llegaron hace años y todavía no les han permitido integrarse

La Unión Europea se moviliza, por primera vez,  para organizar la solidaridad con los refugiados procedentes de Ucrania. Esta vez, no pone muros ni alambradas y miles de ancianos, niños y mujeres son acogidos en casas de familias solidarias. Los gobiernos occidentales han anunciado, además, que los refugiados ucranianos recibirán inmediatamente permisos de residencia y trabajo. Esta política de brazos abiertos es digna de elogio, pero no incluye a otros refugiados, que llegaron hace años y todavía no les han permitido integrarse. Las imágenes de la solidaridad con el pueblo ucraniano contrastan, además, con las que vemos en la frontera sur, donde la Policía española persigue, apalea y devuelve en caliente a los refugiados procedentes de África, cuando intentan saltar las alambradas de Ceuta y Melilla.

Los colectivos de Derechos Humanos celebran el cambio de actitud de Europa, pues la población civil que huyó de la guerra de Siria, hace apenas diez años, no tuvo tanta suerte y acabó en campos de concentración de Turquía. Todavía recuerdo la imagen desgarradora de un policía turco recogiendo el cadáver de un niño sirio, ahogado en la playa, cuando huía de la guerra con su familia. En todas las guerras, la primera víctima es la población civil y la segunda víctima es la verdad. No llevamos ni un mes de conflicto bélico y ya han perdido la vida siete periodistas.

No War, un símbolo contra la guerra

Vladimir Putin, el nuevo zar de Rusia, ha prohibido a los medios informativos de su país pronunciar las palabras: invasión y guerra. A pesar de la censura, la periodista rusa Marina Ovsyannikova ha tenido el valor de irrumpir en el plató de la televisión pública, cuando estaba emitiendo en directo, para exhibir ante la cámara un cartel con el mensaje: No War. Y los censores rusos eliminaron las palabras, convirtiendo el cartel en blanco en un símbolo contra la guerra. Este gesto de audacia podría costarle a Marina 15 años de cárcel. Asimismo, Putin ha expulsado de Rusia a todos los periodistas occidentales, testigos incómodos de la represión contra los disidentes. Y la Unión Europea, por su parte, ha prohibido la emisiones de Rusia Today y Radio Sputnik,  acusándolas de hacer propaganda al servició del Kremlin. Un error lamentable, dicen algunos analistas políticos, pues las democracias occidentales no pueden hacer lo mismo que el régimen despótico de Putin. 

Las organizaciones de solidaridad con Palestina, por ejemplo, se preguntan por qué la Unión Europa y Estados Unidos no ejercen la misma presión sobre Israel, que lleva más de 70 años incumpliendo las resoluciones de la ONU

La Unión Europea presiona a Putin con el aislamiento financiero y económico de Rusia para que retire sus tropas de Ucrania, pues está atacando a un país soberano y violando el derecho internacional. Esperemos que China no se convierta en el salvavidas de Putin. Sin embargo, no siempre la violación del derecho internacional desencadena una respuesta tan contundente de Europa. Las organizaciones de solidaridad con Palestina, por ejemplo, se preguntan por qué la Unión Europa y Estados Unidos no ejercen la misma presión sobre Israel, que lleva más de 70 años incumpliendo las resoluciones de la ONU, masacrando a los palestinos y bloqueando ilegalmente la franja de Gaza.

La tenaz resistencia del pueblo ucraniano

Cuando Putin ordenó la invasión de Ucrania, pensó que iba a ser un paseo militar, pero la potente maquinaria bélica rusa ha encontrado la tenaz resistencia del pueblo ucraniano, decidido a defender su tierra. El presidente de Ucrania, Volodomir Zelensky pide a la OTAN que cierre el espacio aéreo de su país, pero la alianza atlántica no se atreve, ante el alto riesgo de que la guerra se extienda fuera de Ucrania. En cambio, la organización militar, liderada por Estados Unidos, está enviando armamento al Ejército ucraniano para que pueda defenderse. Es decir, Occidente pone las armas y Ucrania, los muertos. Y varios países europeos, España también, han anunciado ya más gasto militar, tal y como pedía la Casa Blanca, desde los tiempos de Donald Trump. La industria armamentística y los traficantes de armas están de enhorabuena. Malos tiempos para el pacifismo y los gastos sociales.

Este conflicto sólo tiene una salida diplomática, pues alimentar esta guerra tan desigual es una locura

Este conflicto sólo tiene una salida diplomática, pues alimentar esta guerra tan desigual es una locura. Las últimas noticias hablan de un principio de acuerdo entre Rusia y Ucrania, lo que resulta alentador. Moscú tendría que retirar las tropas invasoras y comprometerse a respetar la soberanía e integridad territorial de su vecino. Y Kiev, por su parte, tendría que renunciar a entrar en la OTAN, declarándose país neutral. Ojalá este acuerdo prospere. No olvidemos que la expansión de la OTAN por los antiguos países del Pacto de Varsovia está en el origen de este conflicto. Es urgente parar esta guerra atroz que, como todas las guerras, son criminales, provocan desolación y embrutecen a la humanidad. No a la guerra, otra vez.