'Aproximación al concepto político de coalición'
No hace mucho tiempo, concretamente el pasado 4 de octubre, ya publicaba en este mismo medio un post titulado “Gobierno al límite, la fantasía de las derechas". En él señalaba que lo que para la politología en general, el sentido común, el entendimiento de la complejidad democrática que supone una coalición entre dos partidos, incluso, para la normalidad del debate político, es simple y llanamente el normal funcionamiento democrático de una coalición, para nuestras derechas políticas y mediáticas es el caos, la descoordinación absoluta, el acercarse al abismo, y toda suerte de calamidades bíblicas. Hasta el punto de que esa situación, sin duda existente por natural, pero también sin duda amplificada por los voceros mediáticos, ponía al gobierno al limite, y ese supuesto limite constituía la fantasía de las derechas.
A la vista del aumento de los decibelios (también los parlamentarios) de quienes proclaman ese estar al borde del abismo permanente, cabe deducir que la fantasía para nuestras derechas ha pasado a ser ya un sueño húmedo, en el cual, lógicamente, no cabe racionalidad posible
A la vista del aumento de los decibelios (también los parlamentarios) de quienes proclaman ese estar al borde del abismo permanente, cabe deducir que la fantasía para nuestras derechas ha pasado a ser ya un sueño húmedo, en el cual, lógicamente, no cabe racionalidad posible. Razón por la cual, me atrevo a esbozar algunas consideraciones sobre lo que supone una coalición entre partidos distintos, entre otras cosas para que mi modesto grano de arena pueda contrarrestar, aún mínimamente, el aluvión de columnas y editoriales que nos inundan y que, copiados unos de otros, vienen a proclamar, sin más argumento que el mero deseo, que esta vez, si, ya, inequívocamente, el gobierno se va a caer por el abismo.
Se ha establecido en nuestro país un escudo social de protección de los sectores más desfavorecidos que es ejemplo a imitar por todas las democracias occidentales, y que está salvando del desastre a muchas familias, trabajadores, pensionistas y empresas
Soy muy consciente de que habrá quien diga (pensarlo ya lo piensan) que, en este caso, la libertad de expresión verdadera, pura y limpia es la de quienes critican al gobierno, porque esa opinión está basada en hechos reales e indiscutibles. El resto, es decir, quienes de forma general valoramos y defendemos la labor del Gobierno, lo hacemos por estar alienados, cegados y alineados con el poder y no disponemos de elementos de valoración. Aún así, dejo para la reflexión el hecho de que este Gobierno de coalición ha aprobado en la legislatura tres presupuestos, tres (no uno ni dos) con el mayor contenido social y solidario conocido en España y en nuestro entorno. Se ha establecido en nuestro país un escudo social de protección de los sectores más desfavorecidos que es ejemplo a imitar por todas las democracias occidentales, y que está salvando del desastre a muchas familias, trabajadores, pensionistas y empresas.
Las reformas legales emprendidas para ampliar derechos y libertades y para reformar estructuras del Estado también han estado a la altura de las circunstancias. Y, por supuesto, a la altura del programa de gobierno acordado en la coalición. Que para eso se hace una coalición
Sólo ese hecho ya haría lícito calificar la legislatura de muy buena y al gobierno de exitoso. La variedad de apoyos políticos y sociales, ante la difícil aritmética parlamentaria, es una muestra de capacidad de diálogo y acuerdo. Es la consecuencia natural del fin de las mayorías absolutas, algo tan ansiado en otras épocas. Las reformas legales emprendidas para ampliar derechos y libertades y para reformar estructuras del Estado también han estado a la altura de las circunstancias. Y, por supuesto, a la altura del programa de gobierno acordado en la coalición. Que para eso se hace una coalición. Para que cada parte priorice, de un lado, y renuncie, del otro, a parte de sus posiciones, en aras de un proyecto común. Tres años después de ese acuerdo, creo que el grado de cumplimiento político es elevado. Lógicamente no se alegrarán de esta evidencia quienes no compartan el programa político, ni compartan el funcionamiento de una coalición política.
Como tampoco debería sorprender a nadie que el partido mayoritario también lo haga, y procure modular o reconducir las propuestas diferentes hacia la búsqueda de mayores espacios de acuerdo
Funcionamiento que es mayoritariamente pacífico y armónico, pero que lógicamente también ofrecerá diferencias. En el enfoque de algunos asuntos en los que no haya uniformidad de pareceres. Y en el momento de ser planteados como medidas legislativas. No creo que nadie con dos dedos de luces se sorprenda de que el partido minoritario de la coalición "apriete", al llegar el último año de legislatura, para poner encima de la mesa lo que son sus propuestas diferenciales y haga bandera de éstas. Como tampoco debería sorprender a nadie que el partido mayoritario también lo haga, y procure modular o reconducir las propuestas diferentes hacia la búsqueda de mayores espacios de acuerdo. Es la dinámica normal de cualquier gobierno, incluso monocolor, cuanto más de una coalición, en la que el socio mayoritario tiene 120 diputados y el minoritario 35. Basta observar los puntos de vista de la dirección del PP y los de la presidenta de la comunidad de Madrid, para darse cuenta de que hay mas diferencias dentro del mismo partido que dentro del gobierno.