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'Aproximación al concepto político de coalición'

Blog - Reflexiones del Por Venir - Chema Rueda - Sábado, 3 de Diciembre de 2022
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asiste a la sesión de control en el Congreso.
Pool Congreso. Congreso de los Diputados
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asiste a la sesión de control en el Congreso.

No hace mucho tiempo, concretamente el pasado 4 de octubre, ya publicaba en este mismo medio un post titulado “Gobierno al límite, la fantasía de las derechas". En él señalaba que lo que para la politología en general, el sentido común, el entendimiento de la complejidad democrática que supone una coalición entre dos partidos, incluso, para la normalidad del debate político, es simple y llanamente el normal funcionamiento democrático de una coalición, para nuestras derechas políticas y mediáticas es el caos, la descoordinación absoluta, el acercarse al abismo, y toda suerte de calamidades bíblicas. Hasta el punto de que esa situación, sin duda existente por natural, pero también sin duda amplificada por los voceros mediáticos, ponía al gobierno al limite, y ese supuesto limite constituía la fantasía de las derechas.

A la vista del aumento de los decibelios (también los parlamentarios) de quienes proclaman ese estar al borde del abismo permanente, cabe deducir que la fantasía para nuestras derechas ha pasado a ser ya un sueño húmedo, en el cual, lógicamente, no cabe racionalidad posible

A la vista del aumento de los decibelios (también los parlamentarios) de quienes proclaman ese estar al borde del abismo permanente, cabe deducir que la fantasía para nuestras derechas ha pasado a ser ya un sueño húmedo, en el cual, lógicamente, no cabe racionalidad posible. Razón por la cual, me atrevo a esbozar algunas consideraciones sobre lo que supone una coalición entre partidos distintos, entre otras cosas para que mi modesto grano de arena pueda contrarrestar, aún mínimamente, el aluvión de columnas y editoriales que nos inundan y que, copiados unos de otros, vienen a proclamar, sin más argumento que el mero deseo, que esta vez, si, ya, inequívocamente, el gobierno se va a caer por el abismo.

Se ha establecido en nuestro país un escudo social de protección de los sectores más desfavorecidos que es ejemplo a imitar por todas las democracias occidentales, y que está salvando del desastre a muchas familias, trabajadores, pensionistas y empresas

Soy muy consciente de que habrá quien diga (pensarlo ya lo piensan) que, en este caso, la libertad de expresión verdadera, pura y limpia es la de quienes critican al gobierno, porque esa opinión está basada en hechos reales e indiscutibles. El resto, es decir, quienes de forma general valoramos y defendemos la labor del Gobierno, lo hacemos por estar alienados, cegados y alineados con el poder y no disponemos de elementos de valoración. Aún así, dejo para la reflexión el hecho de que este Gobierno de coalición ha aprobado en la legislatura tres presupuestos, tres (no uno ni dos) con el mayor contenido social y solidario conocido en España y en nuestro entorno. Se ha establecido en nuestro país un escudo social de protección de los sectores más desfavorecidos que es ejemplo a imitar por todas las democracias occidentales, y que está salvando del desastre a muchas familias, trabajadores, pensionistas y empresas.

Las reformas legales emprendidas para ampliar derechos y libertades y para reformar estructuras del Estado también han estado a la altura de las circunstancias. Y, por supuesto, a la altura del programa de gobierno acordado en la coalición. Que para eso se hace una coalición

Sólo ese hecho ya haría lícito calificar la legislatura de muy buena y al gobierno de exitoso. La variedad de apoyos políticos y sociales, ante la difícil aritmética parlamentaria, es una muestra de capacidad de diálogo y acuerdo. Es la consecuencia natural del fin de las mayorías absolutas, algo tan ansiado en otras épocas. Las reformas legales emprendidas para ampliar derechos y libertades y para reformar estructuras del Estado también han estado a la altura de las circunstancias. Y, por supuesto, a la altura del programa de gobierno acordado en la coalición. Que para eso se hace una coalición. Para que cada parte priorice, de un lado, y renuncie, del otro, a parte de sus posiciones, en aras de un proyecto común. Tres años después de ese acuerdo, creo que el grado de cumplimiento político es elevado. Lógicamente no se alegrarán de esta evidencia quienes no compartan el programa político, ni compartan el funcionamiento de una coalición política.

Como tampoco debería sorprender a nadie que el partido mayoritario también lo haga, y procure modular o reconducir las propuestas diferentes hacia la búsqueda de mayores espacios de acuerdo

Funcionamiento que es mayoritariamente pacífico y armónico, pero que lógicamente también ofrecerá diferencias. En el enfoque de algunos asuntos en los que no haya uniformidad de pareceres. Y en el momento de ser planteados como medidas legislativas. No creo que nadie con dos dedos de luces se sorprenda de que el partido minoritario de la coalición "apriete", al llegar el último año de legislatura, para poner encima de la mesa lo que son sus propuestas diferenciales y haga bandera de éstas. Como tampoco debería sorprender a nadie que el partido mayoritario también lo haga, y procure modular o reconducir las propuestas diferentes hacia la búsqueda de mayores espacios de acuerdo. Es la dinámica normal de cualquier gobierno, incluso monocolor, cuanto más de una coalición, en la que el socio mayoritario tiene 120 diputados y el minoritario 35. Basta observar los puntos de vista de la dirección del PP y los de la presidenta de la comunidad de Madrid, para darse cuenta de que hay mas diferencias dentro del mismo partido que dentro del gobierno.

Así que calma. Dos partidos distintos siempre tendrán dos estrategias diferentes. Unas serán de siempre y otras surgirán en el trabajo cotidiano. Y cada uno tiene su Programa y sus prioridades políticas. Y, evidentemente, cada partido tiene su apoyo electoral y su representación. Y en función de ello, habrá diferencias que se aparquen y otras que resurjan o que se quieran remarcar. Y ese aparcar, ese resurgir y ese remarcar obedecerán a cálculos políticos, porque estamos hablando de política, no de astrología. Y justamente, porque esto es política, si comparamos la envergadura de la tarea política y legislativa de estos 3 años con los naturales desencuentros de una coalición, y obviamos por un momento el estruendo mediático de las derechas, llegaremos a la conclusión de que lo que está al borde del abismo es la estrategia desestabilizadora y ruin de quien observa la realidad política española con anteojeras.

 

 

 

 

 

Imagen de Chema Rueda

Nacido en Guadix (Granada) en 1963, por tanto de la generación de "A hard days night" y "Satisfaction". Licenciado en Derecho por la Universidad de Granada y funcionario de Administración Local, grupo A, trabaja en el Edificio de Los Mondragones. Fue concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Granada (desde 2003 y hasta junio de 2015. Ha sido Secretario General del PSOE de la ciudad de Granada entre 2008 y 2017 y Miembro del Comité Federal del PSOE desde 2017 a 2021. Actualmente es miembro del Comité Director del PSOE-A. Me apasiona escribir (lo que pienso), debatir y participar en la vida pública, desde todos los ángulos posibles. Me duelen bastantes cosas de la vida y de la política actual, y no pienso dejar de intentar arreglarlas. Me apasiona la vida, la amistad, la Alpujarra y el Atlético de Madrid.