Es la única zona de la provincia incluida en la Lista de Humedales de Importancia Internacional

El Humedal de Padul, una de las joyas medioambientales de Granada, hecho un estercolero

Ciudadanía - José Miguel Muñoz - Jueves, 29 de Marzo de 2018
La laguna cuenta con la máxima protección nacional e internacional, pero está llena de basura y recibe vertidos de aguas residuales que amenazan una fauna cada vez más escasa.
Todo tipo de botes de plástico y basura se acumula en los carrizales del humedal.
Arístides Díaz
Todo tipo de botes de plástico y basura se acumula en los carrizales del humedal.

El humedal de Padul es una de las joyas medioambientales de Granada. Pertenece al Parque Natural de Sierra Nevada, es la única laguna de la provincia incuida en la Lista de Humedales de Importancia Internacional, recogida en el convenio Ramsar (ficha técnica de la laguna, aquí) y, además, está reconocida como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves).

Sin embargo, la laguna está repleta de basura y recibe vertidos de aguas residuales que amenazan el ecosistema y su fauna, cada vez más escasa, según relatan usuarios habituales de la zona, aficionados a la fotografía de aves y corroboran organizaciones ecologistas como Ecologistas en Acción, AGNADEN y la formación política Equo. 

Residuos de todo tipo ensucian la laguna. Arístides Díaz

A la laguna llegan las aguas de la Acequia de la Madre Maestra, procedente del núcleo urbano, una zona "en la que había un puente de madera que quitaron el año pasado y es la mas contaminada porque entran directamente aguas fecales y residuos urbanos así como restos de abonos químicos, metales pesados y aceites. Es casi imposible hacer una foto a cualquier ave sin que aparezcan los residuos", explica Arístides Díaz, aficionado a la fotografía de aves y visitante habitual del humedal.

"El problema no es pequeño porque además resulta que este aporte de agua continúa por todo el brazo oeste de la laguna y llega varios kilómetros de forma subacuática, contaminando todo y creando unos lodos altamente tóxicos que están ocasionando una merma acelerada de las especies de avifauna residentes y reproductoras que en épocas pasadas se veían siempre, y ahora, ni de forma ocasional", relata. 

La fauna de aves del humedal convive con plásticos, lodos y todo tipo de suciedad e impurezas. fotos: arístides díaz

Ecologistas en Acción lleva más de diez años denunciando el mal estado del humedal, con numerosos escritos y denuncias tanto al Ayuntamiento como a la Delegación de Medio Ambiente de la Junta, Diputación y Confederación Hidrográfica. Tanto este grupo ecologista como otros como AGNADEN (Agrupación Granadina de Naturalistas para la Defensa de la Naturaleza) coinciden en señalar el mal funcionamiento de la depuradora del municipio como el principal origen de la contaminación del agua que llega a la laguna, además del vertido de residuos agrícolas y urbanos por la proliferación de construcciones en el entorno del humedal. 

Imágenes de Ecologistas en Acción en las que se aprecia el vertido de aguas residuales y el color que dan al humedal.

El resultado es que el humedal presenta unas aguas cada vez más contaminadas que merman la calidad del ecosistema y la población de aves que lo habitan, pese al alto nivel de protección del paraje.

Las organizaciones ecologistas denuncian el abandono que sufre la zona por la inacción de las administraciones públicas para solucionar los problemas que afectan al humedal, cuya situación contrasta con el buen estado que presenta, por ejemplo, la Charca Suárez, en Motril, pese a que su nivel de protección es menor que el de las lagunas de Padul.

Luis de Manuel, miembro de AGNADEN y de Equo, reclama inversiones para la conservación de las aguas del humedal por parte de la Consejería de Medio Ambiente, además de la labor que realiza para promover el uso público de este espacio protegido.

De Manuel señala otra amenaza que está afectando al humedal, recogida también en las denuncias de Ecologistas en Acción: la presencia cada vez más abundante de especies invasoras como la carpa y el cangrejo rojo americano, que producen una pérdida de hábitat, y "expulsan" a otras especies, al eliminar larvas e impedir la regeneración de oxígeno del agua, lo que afecta a la flora y fauna de la zona.

Se trata de especies que colonizan el humedal, favorecen la acumulación de tóxicos y lodos, y dificultan la existencia de especies autóctonas tanto vegetales como de anfibios para que vuelvan a ser habituales y se reproduzcan en la zonal. Hace unos 15-20 años se podían ver toda clase de garzas, garcillas, martinetes, martín pescador, anátidas, y anfibios como la rana meridional, el sapo pintojo o el gallipato. Ahora son cada vez menos frecuentes.