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Ciclo de Memoria Democrática de la Diputación de Granada

El lápiz de Antonina Rodrigo que lucha contra la desmemoria

Ciudadanía - M.A. - Martes, 24 de Abril de 2018
'Mujeres granadinas represaliadas' recupera la memoria de madres, hijas, compañeras y hermanas víctimas del franquismo.
Antonina Rodrigo flanqueada por Fátima Gómez y Juan Mata.
María Martín
Antonina Rodrigo flanqueada por Fátima Gómez y Juan Mata.

"Se lo debía a Granada y a mi maestra, que me enseñó a leer". La maestra es doña Paquita  Casares Contreras, la señorita Paquita como la llamaban sus estudiantes. La alumna es Antonina Rodrigo, gran historiadora y escritora que acaba de recuperar la memoria de mujeres granadinas represaliadas por el franquismo. 

Mujeres que sufrieron "una doble derrota", la de sus ideas y la de sus nombres, ocultados por "la desmemoria", dijo el profesor Juan Mata, encargado de presentar, con bellas y emocionantes palabras, a la historiadora. Lo hizo recordando una reciente anécdota que vivió en la Ciudad de los Niños, cuando a un periodista curtido en guerras le preguntó uno de los muchachos que con qué luchaba él. "Con un lápiz", dijo Mata que le respondió. "Antonina, gracias por tu lápiz y por el esfuerzo a favor de recuperar la memoria". 

Porque como destacó Juan Mata, la escritora tiene "una guerra contra la desmemoria; no contra el olvido, que es inevitable. La desmemoria es consciente e impuesta". 

En la publicación, presentada este lunes en el marco del Ciclo de Memoria Democrática de la Diputación de Granada, Rodrigo pone nombre y apellidos a mujeres represaliadas. Como Matilde Robles, la madre de los hermanos Quero. Le llevaron a sus hijos, acribillados, para que los reconociera. "Y se volvió loca", recordó Antonina Rodrigo durante la presentación. Matilde Robles, cuenta Rodrigo, iba a la iglesia del Salvador "a pedirle cuentas a Dios". 

O Rosario Fregenal, conocida 'despectivamente' como La Zapatera. O la pescadera...

La antigua cárcel de mujeres, un Lugar de Memoria Democrática, reivindica Rodrigo

Muchas de ellas pasaron por la cárcel de mujeres que se acondicionó en el convento de la cuesta de San Gregorio. Un lugar en el que se deben conservar documentos del paso de estas mujeres. Antonina Rodrigo lo ha intentado en numerosas ocasiones y las monjas "siempre me han dado con las puertas en las narices".

La historiadora reivindica que ese lugar, donde recluían a las mujeres a la espera de que un camión las recogiera para llevarlas a fusilar, sea declarado Lugar de Memoria Histórica. 

Y reivindica también que Granada dedique una calle o un jardín a las mujeres que atendieron a Antonio Machado en Colliure. "Que el nombre de esas mujeres esté en nuestras calles".