FALLECE UNA REFERENCIA EN GRANADA EN LA LUCHA POR LAS LIBERTADES

Luis López García, “Orovives”, de la detención de 1961 a primer alcalde comunista de la democracia en Maracena (II)

Política - Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo - Miércoles, 14 de Febrero de 2024
En memoria de un infatigable luchador por la democracia en el franquismo, fallecido el lunes, que, tras la muerte del dictador, se convirtió en el primer alcalde democrático de Maracena desde la República. Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo, nos ofrece la segunda parte de la semblanza del que fue una referencia en la lucha por las libertades. Descanse en paz.
Luis López García, en 2008, en el Parque de la Libertad de Víznar.
Fotografía de Alfonso Martínez Foronda.
Luis López García, en 2008, en el Parque de la Libertad de Víznar.
Si no tuviste la ocasión de leer la primera parte o quieres volver a hacerlo: Luis López García, “Orovives”. In memoriam. La dignidad de la clase obrera (I).

La caída de abril de 1961 tuvo su origen en el homenaje que el PCE de Granada tributa a Ricardo Beneyto Sapena, guerrillero comunista fusilado en la prisión de Granada el 15 de noviembre de 1956. A finales de 1960, el PCE de Granada reúne a los responsables de la organización en la provincia en una casa de la calle Elvira y se acuerda, entre otras cosas, conmemorar el aniversario del asesinato de Ricardo Beneyto, poniéndole una corona de flores y una estela de recuerdo. Además, se acordó llenar la provincia de pintadas y pegatinas con el lema “¡Franco, vete!” A comienzos de 1961 se despliega una intensa actividad realizando pintadas en muchos pueblos de la provincia e, incluso, algunas acciones atrevidas como la que realizaron en Salobreña atando una cuerda al monolito del Yugo y las Flechas que había a la entrada del pueblo y ésta, a su vez, a un camión aparcado que, cuando inició la marcha, terminó arrancando hasta la columna donde estaba el símbolo fascista.

Ricardo Beneyto Sapena, el más alto de la fila de atrás. Fue el responsable del PCE de la Agrupación guerrillera de Andalucía y miembro del Comité Central del PCE. Fotografía tomada, parece ser, en la cárcel de Granada, junto a un grupo de camaradas, antes de ser delatado y reconocido por la policía franquista. Murió fusilado el 15 de Noviembre de 1956. El primero de la derecha, sentado, es Juan Gila Boza, sevillano, miembro de la guerrilla. Foto cedida por Javier Terriente Quesada, para Archivo Histórico de CCOO de Andalucía.

El informe policial no explica ni por qué ni cómo se producen las primeras detenciones, excepto que se hace “una primera intervención” y se detiene a los pocos días, a raíz de las averiguaciones pertinentes, a los dirigentes comunistas del Comité Provincial, Juan Baena Martínez y José Carmona Fernández, secretario General y de Agitación y Propaganda, respectivamente

El informe policial no explica ni por qué ni cómo se producen las primeras detenciones, excepto que se hace “una primera intervención” y se detiene a los pocos días, a raíz de las averiguaciones pertinentes, a los dirigentes comunistas del Comité Provincial, Juan Baena Martínez y José Carmona Fernández, secretario General y de Agitación y Propaganda, respectivamente. Es de suponer que esas primeras detenciones responden al seguimiento que la BPS de Granada hacía de los principales activistas del PCE o bien porque de las indagaciones del origen de la corona no fue difícil atar hilos preguntando –Granada es muy pequeña- en los lugares donde se hacían estos encargos. Pero, además de ello, el informe policial sobre la caída muestra que ese seguimiento de los miembros del Comité Provincial venía de más lejos, como saber que la correspondencia con el exterior la hacía asiduamente Manuel Castro Castellano (Secretario de Organización en esos momentos) que, por otra parte, cruzaba con frecuencia a Francia, como también consta en el informe policial. Para la DGS esta última detención fue decisiva para la desarticulación del PCE en la provincia:

“Un dato importante –afirma el informe de la DGS- de esta desarticulación es el haber dejado al descubierto a un elemento que, en conexión con Francia, remitía a una “estafeta” de París, noticias sobre hechos y aspectos de la vida de Granada. Este informador dirigía su correspondencia a Jean Frade, al Boulevard Davourt, 119. El personaje era Manuel Castro Castellano”. (Archivo Histórico Nacional, Fondos Contemporáneos, Dirección General de la Policía, Exp. 53102, R.S. núm. 6644/XIV, de 13 de junio de 1961).
Comunicación del Gobernador Civil  Granada imponiendo una sanción de 25.000 pesetas por su detención de abril de 1961. Documento en Archivo Histórico de CCOO de Andalucía.

Eso y, sobre todo, la visita prevista del mismo Franco a Granada y provincia para el día 29 de abril de ese año

Es decir, que el primer golpe que se asesta es a la propia dirección del Comité Provincial del PCE. La profusa campaña que se inicia a comienzos de 1961 no pasó desapercibida para la BPS y el homenaje a Beneyto sería el punto de inflexión para iniciar la redada. Eso y, sobre todo, la visita prevista del mismo Franco a Granada y provincia para el día 29 de abril de ese año. Por tanto, las autoridades gubernativas no podían permitirse ninguna campaña en contra con la presencia del dictador y deciden actuar con contundencia desde la información que poseen, aunque es posible que no pensaran que las ramificaciones fueran tan amplias, como se deduce del propio informe policial.

Pero, al mismo tiempo que se producen las primeras detenciones, las autoridades preparaban la visita de Franco con toda clase de propaganda para el régimen. Y, he aquí, que Luis López García, será protagonista involuntario de la campaña publicitaria.

“Tuvo gracia. Resulta que en aquellos días se inauguró El Chaparral con el Instituto de Colonización y habían repartido la finca. Y vino Franco a inaugurarlo. Yo estaba pintando en Albolote, pero ya había gente de los Celtas que habían sido detenidos, pero no lo sabíamos. Y fue el Alcalde con la Guardia Civil y con un señor de la secreta, creo que Guisado, y me dijeron que tenía que irme al Ayuntamiento a pintar pancartas y yo dije que eso cómo era, que tenían que hablar con mi maestro. Y ellos pues que no había que hablar con el maestro y que había que ir por las buenas o las malas. Y que me tenía que ir allí y yo les dije que quién me iba a pagar y ellos que no me preocupase que me iban a pagar la hora a un duro. Entonces no se ganaba un duro por una hora. Y me llevaron al Salón de Actos del Ayuntamiento y allí había como 100 pancartas para pintar. Y yo, pues ¡A mí no me da tiempo en esta noche para pintar todo eso! Y dijeron ¿A ónde hay otro pintor de los tuyos? Y fueron y se trajeron a otro. Entonces había que poner ¡El Chaparral con Franco! ¡Los obreros de Albolote con Franco! Y Franco y Franco… Bueno, pues yo pinté todas aquellas pancartas a duro la hora. Y dos días después, cuando yo estaba en la cárcel veíamos todos los camiones por Graná y todas las pancartas que ponían ¡Viva Franco! y eso les decía que todas esas las había pintado yo. Y mis compañeros me decían, “¿Y cómo has pintado tú eso?” Y les dije que sencillamente, que me trincaron donde estaba trabajando y me llevaron por cojones…, es decir, que yo he pintado las pancartas. (Y ríe abiertamente). (Entrevista a Luis López García, en AHCCOO-A).

El padre de Castellano buscará en Maracena, ese mismo día, a alguno de los compañeros de su hijo para advertirles del peligro que corrían porque sabía que su vástago había sido detenido y sospechaba que estaba “metido en algo” clandestino

Efectivamente, las primeras detenciones se iniciaron el 22 de abril con la detención de Juan Baena y Pepe Carmona, así como la del propio Manuel Castro Castellano, a los que comienzan a torturar. El padre de Castellano buscará en Maracena, ese mismo día, a alguno de los compañeros de su hijo para advertirles del peligro que corrían porque sabía que su vástago había sido detenido y sospechaba que estaba “metido en algo” clandestino. En los pueblos casi todos se conocen. Al primero que encuentra es a Luis García López y le cuenta la detención de su hijo esa mañana, del registro brutal que había realizado la BPS en la vaquería –habían destrozado la furgoneta, entre otras cosas- y que se habían llevado todos los papeles que habían encontrado. Inmediatamente Luis López se pone en marcha para avisar a otros camaradas:

”Yo –recuerda Luis- llevé a mi novia a casa de sus padres esa noche. Más abajo estaba José Medina González en casa de su novia. Tiré p´abajo y le dije que tenía que hablar con él. Y así nos juntamos, al ratillo, en la puerta de la iglesia de Maracena, ya por la noche, José Medina, Alfonso Sánchez Castro, José [Aibar Ávila] “El Pera”, Ignacio Ruz González y yo… Les dije lo que me había dicho el padre de Manolo Castro y que nos vamos de aquí y cada uno a lo suyo. Pero conforme nos fuimos de allí, a dos que iban para un lado los estaba esperando la Guardia Civil; a otro lo cogen más allá y al otro también. Y detuvieron a esos cuatro”. (Entrevista a Luis López García, en AHCCOO-A).
Carta que desde la prisión provincial escribe Luis López García en 1961 a su novia María Rivas García. Cedida por Luis López García.

Al terminar ese trabajo e irse para su casa será detenido por la Guardia Civil y conducido al Ayuntamiento de Maracena. Sería, probablemente, el 25 de abril

Inexplicablemente no detienen a Luis López García esa misma noche, aunque lo harán pasados unos días. Y es que, como hemos señalado, se lo llevaron a pintar pancartas para la bienvenida a Franco.  Al terminar ese trabajo e irse para su casa será detenido por la Guardia Civil y conducido al Ayuntamiento de Maracena. Sería, probablemente, el 25 de abril. Allí estarán esperándolo tres policías de la BPS de Granada y, entre ellos, Francisco González Huertas “El Jirafa”, Rosón y Miguel Guisado Ladrón de Guevara. Es interesante observar que algunos militantes como Luis López –al igual que había narrado anteriormente José Aranda- no habían conocido todavía los métodos brutales de la BPS por lo que su primera relación con ellos será algo ingenua, máxime cuando tenían la conciencia clara de que luchaban por algo justo. La juventud hacía el resto. Baste la narración del propio Luis López García en esos momentos en que está detenido en el Ayuntamiento:

“Allí había tres señores que yo no conocía, el Juez de Paz del pueblo y un muchacho que trabajaba en el Ayuntamiento como ayudante del Juzgado. Allí no me interrogó nadie. Yo los oía hablar y de pronto dice (luego supe que era “El Jirafa”): Bueno me llevo a esos cuatro y luego vengo otra vez. Y se me ocurre decir: ¿Es que es usted el chófer? Y me dice: Cuando llegues allí te vas a enterar quién soy. Te voy a poner la hoz y el martillo en el pie y vas a estar siete meses que no vas a poder andar.” (Entrevista a Luis López García, en AHCCO-A).

Pero lo que no pudo soportar fue la presencia de su padre preguntando por qué estaba allí su hijo y, menos, la respuesta de Rosón que, con buenas palabras, le dijo que le trajera una manta porque le iba a hacer falta. La BPS no le intimidaba, pero sí el sufrimiento de su padre, hasta tal punto que él mismo les pidió que se lo llevaran antes de que volviera con la manta porque, como él mismo recuerda, “nunca había visto a mi padre así”. Desde allí se lo llevan hasta el patio trasero del Gobierno Civil. Pero sigamos la narración y el periplo de Luis López, porque nos acerca a la situación que se vivía a los pocos días de iniciarse la caída:

“Me llevaron esposado en un SEAT 1500 de la BPS. Conmigo venía, creo, que Manuel o Floreal Reyes Jiménez, que también era de los Celtas. Y es que había gente que no era del PCE como Reyes, pero que habían comprado papeletas que hicimos para el Socorro Rojo. Mucha gente compró esas papeletas y, el que habló, dio el nombre de mucha gente de ésta que nada tenía que ver ni con el PCE, ni con los Celtas. Fíjate que estando en la cárcel a un hombre de Maracena se lo tuvieron que llevar a su casa porque no sabía nada de aquello”. En fin, que vamos directos al Gobierno Civil. Nos meten por el portón de la calle de atrás. Allí había tíos tiraos por todos los lados. Los habían calentado. Y uno de los que había allí, José Legaza [Carmona], viene a decirme que la consigna era que había que decirlo todo. Y me dice que había dicho M.C. que había que decirlo todo, que ya lo sabían todo. Llegó un momento en que me llamaron y entré en un despacho. Y un policía de malas maneras me dice que me siente, me pregunta el nombre y empezó a preguntarme por la Peña de los Celtas que decía que significaba “¡Compañeros Españoles, Luchad, Tenéis, Ayuda Soviética! Y es que como dábamos un duro todos los meses para el Socorro Rojo –que era para ayudar a los presos y a sus familias- pues el policía pensaba que era a nosotros los que nos pagaban un duro por meternos en esos líos. Y me dice a mí: Oye, ¿no os da vergüenza venderos por un duro? Y yo cabreado le tuve que decir: Mira, no es que a mí me den un duro, es que el duro lo doy yo, que varía mucho. Y que después Guisado –uno de los de la BPS, que no sé por qué se llamaba así, porque ni era política, ni eral social, ni era brigada…-, pues el Guisado un día me dijo cuando me detuvieron que por qué un día ponía “¡Franco fuera! “ y otro “¡Viva Franco!” y le dije que el primero lo hacía de balde y el segundo lo cobraba a duro. Esa es la diferencia.  Y estando en el patio, vuelve a entrar “El Jirafa” y dice: “¡A tal lao no los puedo llevar porque está lleno y en tal otro está lleno! ¿A dónde los llevo?” Y como estábamos allí un grupo de más de veinte y un grupillo de Maracena de cuatro o cinco, uno de ellos, Francisco Vílchez Jiménez, le dice al Jirafa: ¡Maestro! ¡Eso nos da usted siete u ocho hostias a ca uno y a nuestra casa, que es donde debemos estar! Y se echaron a reír hasta los policías. Luego nos subieron a seis esposados a un coche y nos llevaron a la comisaría del Campillo, que daba por un callejón a la calle Navas. Allí nos subieron a Reyes Jiménez, a Francisco Vílchez y a mí. Pero en esa comisaría habían echao cemento unos días antes y estaba chorreando. El poyete estaba chorreando y allí nos metieron a todos sin mantas”. (Entrevista a Luis López García, en AHCCOO-A)

Todo parece indicar que la BPS, con la ayuda del Servicio de Información de la Guardia Civil, había mezclado en la caída no sólo a los militantes del PCE, sino a todos los que tuvieran algo que ver con la Peña de los Celtas que, como hemos visto, era mucho más amplia que los militantes comunistas

Todo parece indicar que la BPS, con la ayuda del Servicio de Información de la Guardia Civil, había mezclado en la caída no sólo a los militantes del PCE, sino a todos los que tuvieran algo que ver con la Peña de los Celtas que, como hemos visto, era mucho más amplia que los militantes comunistas. Era una forma de dar un escarmiento general a cualquier tipo de disidencia y, desde luego, una medida preventiva ante la visita inminente de Franco. Por la secuencia de los hechos todo parece indicar que, aunque el primer golpe se produce entre algunos militantes de la capital, el posterior y más importante se produce en Maracena en los dos o tres primeros días desde que se producen las primeras detenciones hacia los dirigentes del Comité Provincial. De ahí que se vayan llenando las comisarías de la capital a los pocos días y sea el día 23 o 24 de abril cuando la Pirenaica denuncie estas detenciones masivas. Luego, en función de la información que había obtenido desde las primeras detenciones, habrá otros tres o cuatro días para ir identificando y localizando a aquellos dirigentes del PCE que aparecían en el organigrama del Comité Provincial o Comités Locales de ese partido repartidos por la provincia.

Al final, con las torturas y la presión psicológica la BPS llega a todos los Comités Comarcales y Locales, sumando un total de 204 personas detenidas, todas ellas hombres

La caída se extenderá, en fin, por toda la provincia dejando a los detenidos en la más absoluta indefensión y aislamiento porque ni pueden ser asistidos por ningún abogado, ni pueden ser visitados por ningún miembro de su familia. Y más porque muchos de ellos conocerán por primera vez “la mordida de perro”.  Al final, con las torturas y la presión psicológica la BPS llega a todos los Comités Comarcales y Locales, sumando un total de 204 personas detenidas, todas ellas hombres, que, en función de las responsabilidades que se les atribuye en el seno de la organización comunista, quedan a disposición de las distintas autoridades.

RELACIÓN NOMINAL DE DETENIDOS EN LA CAÍDA DE 1961 EN MARACENA SEGÚN LA DIRECCIÓN GENERAL DE SEGURIDAD

COMITÉ LOCAL DE MARACENA

 

Aibar Ávila, José

Alonso González, Enrique

Aranda López, José

Barrios Ruiz, Emilio

Cámara Legaza, José

Cámara Legaza, Miguel

Cámara Santisteban, José

Carmona Castellano, Antonio

Castro Castellano, Manuel

Espirages Carmona, Manuel

Espigares Romero, José Manuel

Fernández Poveda, Rafael

García Muñoz, Francisco

Gómez Ballesta, Serafín

González Jiménez, Manuel

González Romero, Antonio

Huertas Rodríguez, Antonio

Huertas Rodríguez, José

Jiménez Zurita, Miguel

Legaza Carmona, José

 

 

Linares Sánchez, Cecilio

López García, Luis

Macías García, José

Martín Callejas, Antonio

Medina González, José

Molino González, Agustín

Moral Pérez, José Luis del

Moreno Morales, Luis

Navas Espejo, Francisco

Pérez Beldar, Francisco

Pérez Pozo, Manuel

Reyes Jiménez, Manuel

Rojas Cámara, Francisco

Romero López, Joaquín

Ruz González, Ignacio

Sánchez Castro, Alfonso

Sánchez Pérez, Miguel

Segovia Ruiz, Francisco

Vílchez Jiménez, Francisco

 

Fuente: Archivo Histórico Nacional, Fondos Contemporáneos, Dirección General de la Policía, Exp. 53102, R.S. núm. 6644/XIV, de 13 de junio de 1961. Elaboración propia.

La mayoría de los detenidos pasarán a la cárcel de Granada donde entraron o bien en calidad de presos gubernativos o bien en prisión provisional. De los 204 detenidos, 73 pasaron por el Juzgado Militar Especial Nacional de Actividades Extremistas que presidía el Coronel Enrique Eymar Fernández; 128 pasaron a disposición del Gobernador Civil de Granada, que los sancionó con 25.000 pesetas de multa; otros dos pasaron a disposición de las autoridades militares y uno a disposición del Gobernador Civil de Jaén. Algunos de los que pasaron a disposición del Gobernador Civil de Granada pagaron la multa y evitaron la cárcel, pero fueron casos excepcionales. La mayoría, sin embargo, no pudieron pagarla por la elevada cuantía –todos ellos eran trabajadores- y tuvieron que cumplir el tiempo correspondiente de cárcel de uno a dos meses, mientras que casi medio centenar de ellos, por los cargos que se les impuso, cumplieron los seis meses de rigor.

Luis López García y Carlos Palomo Blanco, en el camino de La Colonia de Víznar hacia el Barranco, en 2008, antes de iniciar las entrevistas a Luis López en su casa. Fotografía de Alfonso Martínez Foronda.
Equipo de fútbol del PCE de Maracena. Cedida por Luis López García.

La cárcel de Granada se fue llenando desde unos días antes de que llegara Franco a Granada. Pero no todos los presos tuvieron el mismo régimen carcelario

La cárcel de Granada se fue llenando desde unos días antes de que llegara Franco a Granada. Pero no todos los presos tuvieron el mismo régimen carcelario. Quienes entraron por multas gubernativas pasaban algunos días en celdas de periodo y luego eran enviados a las brigadas donde se hacinaban un centenar de presos políticos en cada una de ellas. Al menos se llenaron tres brigadas. Los primeros que entraron en la cárcel de Granada, a partir del día 27 de abril, veían por las ventanas los camiones de los pueblos cercanos cargados de gente con pancartas que iban a participar en el baño de masas que se había preparado para recibir al dictador. Mientras cientos de jóvenes granadinos estaban a buen recaudo y habían experimentado en sus propias carnes cómo se las gastaba el régimen, los medios de comunicación aplaudían la visita de Franco y sus innumerables inauguraciones, como las obras del Pantano de los Bermejales, los pueblos de colonización de Loreto, Fuensanta o Peñuelas, así como la flamante Escuela Sindical de Formación Profesional “Virgen de las Nieves”, sin que faltara la tradicional llegada de agua potable a algunos pueblos como Otura, Alhendín, Gabia la Chica, Gabia la Grande o la Malahá. Y como no podía ser menos, la pleitesía de la jerarquía católica que lo recibió bajo palio en la basílica de las Angustias donde el Arzobispo de Granada le dio los parabienes consabidos entre “constantes aclamaciones”, “prolongada ovación”, “vítores” y demás. Y, para cerrar el acto, Monseñor Fernández Arcoya terminó besándole la mano a quien calificó como “Caudillo de la paz y prosperidad españolas.

RESUMEN DE LOS DETENIDOS EN 1961 QUE PASAN A DISPOSICIÓN DE LAS DISTINTAS AUTORIDADES

A disposición del Juzgado Especial de Actividades Extremistas

A disposición de la Capitanía General de la 9ª Región Militar

A disposición del Gobernador Civil de Granada

A disposición del Gobernador Civil de Jaén

 

73

 

2

 

128

 

1

Fuente: Archivo Histórico Nacional, Fondos Contemporáneos, Dirección General de la Policía, Exp. 53102, R.S. núm. 6644/XIV, de 13 de junio de 1961. Elaboración propia.

De todos ellos, los diez considerados más peligrosos pasaron por un Consejo de Guerra que los condenó a 3 años de prisión y que cumplieron en las cárceles de Burgos y Cáceres.

Pancarta del PCE de Maracena. Cedida por Luis López García.
Pegatinas de CCOO y del PCE. Todas ellas en el Fondo Gráfico del Archivo Histórico de CCOO de Andalucía.
Francisco Portillo Villena, sentado junto a la puerta de una de las celdas de la comisaría de Los Lobos, en el semisótano, recordando la detención y torturas que sufrió durante el Estado de Excepción de 1970/71. Archivo Histórico CCOO de Andalucía. Colección Fotográfica. Foto: Alfonso Martínez Foronda.

No será hasta el año siguiente, en 1963, cuando Paco Portillo Villena venga a Granada mandatado por la dirección del PCE para levantar la maltrecha organización comunista

Al final, el golpe había surtido su efecto y muchos militantes del PCE se alejaron de la actividad del Partido. Por su parte, la Peña de los Celtas, desapareció. La caída de 1961 supuso un duro golpe al PCE de Granada porque acabó desarticulado. Muchos no pudieron superar el miedo y el escarmiento que se había producido a raíz de esa caída y, aunque siguieron viéndose en los pueblos y mantuvieron ciertas redes personales, casi todos –con contadas excepciones como la del propio Luis López García- dejaron la actividad partidaria y en no pocos casos para siempre. A pesar de ello, algunos militantes no habían sido detenidos y el PCE tratará de recomponer la organización a partir de 1962 enviando a Granada desde París a varios instructores para volver a reorganizar el Partido, al tiempo que buscaron a una persona que pudiera instalarse definitivamente en la capital para realizar un trabajo más próximo al terreno, aunque se sabía que sería una tarea difícil después de caída masiva. No será hasta el año siguiente, en 1963, cuando Paco Portillo Villena venga a Granada mandatado por la dirección del PCE para levantar la maltrecha organización comunista.

Primera parte:

Bibliografía:

  • ARENAS DE SORIA, Juan Francisco, “Luis López García, “Jorovive”, en El Independiente de Granada, octubre de 2019

  • AA.VV.: España años 50. Política y Sociedad. Diputación de Granada, Granada, 2020.                             

  • CERVILLA ALONSO, E.: ¿Por qué soy comunista?, copia en AHCCOO-A

  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso: La lucha del movimiento obrero en Granada por las libertades y la democracia. Pepe Cid y Paco Portillo: dos líderes, dos puentes. Fundación de Estudios y Cooperación de CCOO-A, Granada, 2012.

  • Archivo Histórico Nacional, Fondos Contemporáneos, Dirección General de la Policía, Exp. 53102, R.S. núm. 6644/XIV, de 13 de junio de 1961.

  • Entrevistas a José López Aranda, Francisco Portillo Villena, Pepe Cid de la Rosa y Luis López García, en Fondo Oral del Archivo Histórico de CCOO de Andalucía.

Pedro Sánchez Rodrigo (Burgos, 1960). Es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, donde cursó la especialidad de Historia Contemporánea. Ha ejercido como profesor de Secundaria de Geografía e Historia desde 1984. Desde hace  años colabora con la Fundación de Estudios Sindicales- Archivo Histórico de CC.OO.-A.. Ha participado en la obra colectiva “La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-81)”, publicada por la Editorial El Páramo en el año 2012, y, junto con Alfonso Martínez Foronda, es autor de “La cara al viento.  Memoria gráfica del movimiento estudiantil de Granada durante la dictadura y la transición”, obra publicada por la Universidad de Granada, también en 2012. Ha colaborado en el volumen La Resistencia andaluza ante el tribunal de orden público en Andalucía. 1963-76, editado en 2014 por la FES/Archivo Histórico de CC.OO.-A y la Junta de Andalucía, y en otros trabajos colectivos, como De la rebelión al abrazo. La cultura y la memoria histórica entre 1960 y 1978 (Diputación de Granada, 2016) y La Universidad de Granada, cinco siglos de historia. Tiempos, espacios y saberes, coordinado por Cándida Martínez López (III Volúmenes, EUG, Granada, 2023) con el artículo “Antifranquismo en las aulas. El movimiento estudiantil”. También con Alfonso Martínez Foronda ha publicado el libro “Mujeres en Granada por las libertades democráticas. Resistencia y represión (1960-1981)”, publicado en 2016 por la Fundación de Estudios y Cooperación de CC.OO. Actualmente está jubilado y colabora en la elaboración del Diccionario de la Represión en Granada 1931-1981.

Alfonso Martínez Foronda (Jaén, 1958). Es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada. Desde 1984 es profesor de Enseñanza Secundaria. Actualmente es profesor del IES Albayzín. Ha sido secretario general de CCOO de Jaén desde 1993-2000 y desde 2004 es miembro de la Comisión Ejecutiva de CCOO-A, desde donde ha presidido hasta 2103 las Fundaciones de Estudios Sindicales-Archivo Histórico y la de Paz y Solidaridad.

Como investigador, ha publicado numerosos artículos de opinión sobre aspectos docentes y sociales. Colaborador habitual del Diario Jaén desde 1994-2000 publicó La firma del viento (2007), una antología de artículos de opinión. Como investigador del movimiento obrero andaluz ha publicado La conquista de la libertad. Historia de las Comisiones Obreras de Andalucía (1962-1977), en 2005; De la clandestinidad a la legalidad (Breve historia de las Comisiones Obreras de Granada), en 2007; sobre las Comisiones Obreras de Jaén desde su origen a la legalización del sindicato (2004); la unidad didáctica El sindicalismo durante el franquismo y la transición en Andalucía; diversas biografías de dirigentes sindicales andaluces como Ramón Sánchez Silva. Al hilo de la historia (2007); Antonio Herrera. Un hombre vital, en 2009; Andrés Jiménez Pérez. El valor de la coherencia, en 2010, entre otros. En 2011 su investigación La dictadura en la dictadura. Detenidos, deportados y torturados en Andalucía durante el Estado de Excepción de 1969, (2011), fue premiada por la Junta de Andalucía como la mejor investigación social de ese año. Posteriormente, ha publicado La “prima Rosario” y Cayetano Ramírez. Luchadores por la libertad en una provincia idílica (2011); sobre el movimiento estudiantil en la UGR, con otros autores, “La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-81); sobre la historia del movimiento obrero granadino, con su investigación La lucha del movimiento obrero en Granada. Paco Portillo y Pepe Cid: dos líderes, dos puentes“, 2012; sobre el Tribunal de Orden Público, La resistencia andaluza ante el Tribunal de Orden Público en Andalucía (1963-1976)Diccionario de la represión sobre las mujeres en Granada (1936-1960) o La resistencia malagueña durante la dictadura franquista (1955-1975). Actualmente, junto a Pedro Sánchez Rodrigo, está confeccionando un diccionario sobre la represión en Granada desde la II República al golpe de estado de 1981.