DIARIO DE CAMPAÑA DE LAS ELECCIONES ANDALUZAS 19J (XI)

Una movilización necesaria

Política - J.I.P. - Viernes, 17 de Junio de 2022
En el último día de campaña electoral llamamos a la movilización para no lamentar lo que puede estar por llegar.

Maracena Olona y Juan Manuel Moreno, en la Feria de Abril de Sevilla. DEL TWITTER DE @JUANMA_MORENO

Al día siguiente de las últimas andaluzas, varios miles de personas, en su mayoría jóvenes, se manifestaron por las calles del Centro desbordando las previsiones, lo que obligó a cortar calles, de una protesta convocada a través de las redes sociales para alertar del ascenso de la ultraderecha en el Parlamento andaluz.

Aquella protesta, con acampada en la Plaza del Carmen incluida, expresó el malestar por unos resultados legítimos de unas elecciones en las que se registró una abstención del 43,4 por ciento, la segunda mayor en la historia de unas andaluzas, solo superada por las de 1990

Respondía la gran manifestación al mensaje escrito por la mañana en twitter por el movimiento 15M Granada que decía: "Por una Granada y una Andalucía libre de intolerancia, odio, autoritarismo, machismo, racismo, lgtbi+fobia ¡Andalucía para tod@s!".

Aquella protesta, con acampada en la Plaza del Carmen incluida, expresó el malestar por unos resultados legítimos de unas elecciones en las que se registró una abstención del 43,4 por ciento, la segunda mayor en la historia de unas andaluzas, solo superada por las de 1990, en las que no fue a votar el 55,3 por ciento de andaluzas y andaluces llamados a las urnas.

Es, por tanto, el 19J una oportunidad para demostrar que hemos aprendido de los errores, como renunciar a votar porque todo está decidido y sucumbir a la resignación. Votar contra la resignación, votar porque se puede dar un giro a la tendencia que marcan las encuestas. Votar para no lamentar lo que está por llegar.

La manifestación del 3 de diciembre de 2018 en Camino de Ronda. IndeGranada

Por eso es necesario una gran movilización en las urnas y no al día siguiente en la calle, cuando ya es tarde.

Tu voto vale mucho para frenar el desmantelamiento de los servicios públicos y el recorte de derechos que puede venir

Tu voto vale mucho para frenar el desmantelamiento de los servicios públicos y el recorte de derechos que puede venir.

Después de quince días de campaña y una larga precampaña, ya sabemos que Juan Manuel Moreno Bonilla pactará con Vox si lo necesita. Primero, para decidir la presidencia del Parlamento andaluz, y ¿luego?

Porque el próximo domingo 19 de junio decide entre retroceder o avanzar, la involución o el progreso. No hay salida a la equidistancia.

Porque es a esa encrucijada a la que ha llevado a Andalucía Moreno, tras blanquear a la derecha radical populista, por primera vez en España, cuando irrumpió en las instituciones en las últimas elecciones autonómicas

Porque es a esa encrucijada a la que ha llevado a Andalucía Moreno, tras blanquear a la derecha radical populista, por primera vez en España, cuando irrumpió en las instituciones en las últimas elecciones autonómicas.

Pudo optar, como hoy exige el PP, por dejar que gobernara la lista más votada, pero después de 37 años de control socialista, con luces y sombras, como la corrupción, decidió que era el momento del cambio, pese a obtener los peores resultados de la historia de los populares. Con Ciudadanos ya estaba hecho, tras girar el partido naranja a la derecha, en una maniobra suicida, de la que paga su precio, la irrelevancia y descomposición, porque no hay sitio para ellos en un espectro político, que PP y Vox cubren con suficiencia.

Y así, mientras en la Europa democrática ya se tejían redes para impedir que la extrema derecha tuviera protagonismo en las instituciones, Moreno Bonilla, con el beneplácito de Juan Marín, firmó con la ultraderecha un acuerdo de 37 puntos para garantizar la investidura y que les ha permitido gobernar Andalucía durante tres años y cuatro meses

Y así, mientras en la Europa democrática ya se tejían redes para impedir que la extrema derecha tuviera protagonismo en las instituciones, Moreno Bonilla, con el beneplácito de Juan Marín, firmó con la ultraderecha un acuerdo de 37 puntos para garantizar la investidura y que les ha permitido gobernar Andalucía durante tres años y cuatro meses, con el PP en la Presidencia de la Junta, por primera vez en la historia de la comunidad autónoma.

Durante toda la legislatura, Moreno ha tratado de distanciarse de la ultraderecha, su imprescindible muleta parlamentaria, con la que ha aprobado tres presupuestos y la mayoría de leyes que no solo han sustentado su gobierno, también, le ha permitido presumir de gestión, con el sello de la derecha radical populista.

Si la verdad y la coherencia fueran determinantes en política, a Moreno le sería quimérico seguir pavoneándose como el moderado presidente de la Junta y candidato a la reelección porque ha gobernado Andalucía gracias al apoyo de la extrema derecha, fans de Marine Le Pen. Lejos de sus grandilocuentes postulados del milagro económico andaluz o una gestión modélica de la pandemia del coronavirus, la desnuda realidad radiografía que por más que enarbole la justicia social, ha primado recursos públicos a los que más tienen, como así ha sido durante su mandato con la sanidad privada, la educación concertada y rebajas fiscales para las rentas más altas.

en la era de la simpleza, los lemas, la mercadotecnia y los 180 caracteres, Juan Manuel Moreno Bonilla ha cultivado hasta el extremo su imagen personal -con escudito propio inventado de Presidente de la Junta en la solapa- para presentarse, no sin cosechar simpatías en un electorado que no le era afín, como un moderado, sobre la que pivota el presente y el futuro de Andalucía

Sin embargo, en la era de la simpleza, los lemas, la mercadotecnia y los 180 caracteres, Juan Manuel Moreno Bonilla ha cultivado hasta el extremo su imagen personal -con escudito propio inventado de Presidente de la Junta en la solapa- para presentarse, no sin cosechar simpatías en un electorado que no le era afín, como un moderado, sobre la que pivota el presente y el futuro de Andalucía.

Y parece que nadie, salvo parias del pueblo, andaluzas y andaluces, -para él y para la ultraderecha-, marginales, y llamados a la invisibilidad, estigmatizados por la marca del desprecio-, se hayan dado cuenta ya que quien inauguró en España las alianzas con la extrema derecha y le ha dado carta de normalidad, es capaz sin ruborizarse de presentarse como el designado por invocación divina para frenarla.

El avance de la extrema derecha es una amenaza para la democracia, empezando porque quieren hacer desaparecer el estado de las autonomías. Pero cotizan al alza, como siempre la derecha, así que no extraña que medios de comunicación públicos – Canal Sur- y privados, hayan borrado el término de su vocabulario. En España, en Andalucía y en Granada. Apenas quedan islas mediáticas que le llamen por su nombre, aunque les cueste la marginación, también de la ingente tarta publicitaria.

Es la extrema derecha española, heredera del rancio franquismo, colaboradora del PP en Andalucía, y socia ya en Castilla León, un partido que va de antisistema, que esconde en su muñeca llena de pulseritas, un ideario machista, xenófobo y confesional

Es la extrema derecha española, heredera del rancio franquismo, colaboradora del PP en Andalucía, y socia ya en Castilla León, un partido que va de antisistema, que esconde en su muñeca llena de pulseritas, un ideario machista, xenófobo y confesional. Y por virtud de la necesidad que acuciaba el moderado Moreno Bonilla, en Andalucía parece que dejaron de asustar, salvo a los parias del pueblo, exaltando las corridas de toros, la caza y glorificando las tradiciones. Integrados plácidamente en la dinámica de gobierno. Sin alarma, sin prevención, como un coste necesario.

Se le ha hecho larga la campaña a Moreno, con dos debates electorales a seis, en los que de perfil no quiso aclarar si pactará con la ultraderecha. Pero poco a poco lo ha dejado entrever.

La derecha alienta contra un gobierno de izquierdas, con el PSOE al frente, porque sería, sostiene, un gobierno Frankestein al aludir a que estaría representado por al menos 8 partidos (seis forman parte de la alianza de Por Andalucía) y los anticapitalistas en Adelante.

Pero la radical diferencia de ese gobierno de izquierda frente al de las derechas con Vox es que al de izquierda le avala un pasado histórico de partidos que lucharon por las libertades, frente a una dictadura cruel, que late en la extrema derecha, en pleno siglo XXI, al que el PP moderado se ha entregado en Murcia, Castilla-León y ahora, amenaza hacerlo en Andalucía.

Si quieres leer los diarios de campaña anteriores, que El Independiente de Granada ofrece a sus lectoras y lectores para analizar, desde diversas perspectivas, las elecciones autonómicas del 19J, puedes acceder a los siguientes enlaces: