Escapar permanentemente de mí

Blog - La buena vida - Ana Vega - Sábado, 21 de Abril de 2018
P.V.M.

“Para mi, resultaba casi insoportable estar conmigo mismo, motivo por el que escapaba permanentemente de mí “. Pablo D’Ors en 'Biografía del Silencio'

Es habitual observar cómo nos esforzamos en buscar experiencias, cuanto más extraordinarias mejor, para llenar así nuestras vidas. Y se nos escapa que la vida es ya, en sí misma, una experiencia extraordinaria; es la EXPERIENCIA… Sería mucho más inteligente limitarnos simplemente a vivir.

Se nos escapa que la vida es ya, en sí misma, una experiencia extraordinaria; es la EXPERIENCIA… Sería mucho más inteligente limitarnos simplemente a vivir

Aunque cada vez lo siento con menos fuerza, aún sigo padeciendo remordimientos cuando dedico mi tiempo a lo que tradicionalmente no se entiende como productivo, en términos casi mercantiles. Aprovechaba cada rato libre para las oposiciones, los idiomas, la lectura concienzuda, el orden y la limpieza en casa…. todo lo que se os ocurra. Difícilmente me permitía unos minutos para contemplar lo que me rodeaba o contemplarme, con todo lo que revoloteaba en mi cabeza.

Recuerdo con cariño a un amigo que con frecuencia me hablaba de las bondades de no hacer nada, de ver pasar el tiempo como la canción de Niños Mutantes y que me aconsejaba ponerlo en práctica. Me parecía imposible. Seguía metiéndome en cientos de actividades que, antes o después y de un modo u otro abandonaba buscando siempre una excusa para no sentirme culpable por hacerlo.

Y sigo buscando; imposible mantener mi mente en silencio durante mucho tiempo. Y sigo abandonando propósitos y actividades en las que me involucro. Pero la diferencia es que ahora lo hago sin dramas. Me siento reconfortada a releer en la obra arriba citada que “no puedo ocultar, sin embargo, que en mi vida hay todavía demasiadas búsquedas, lo que significa que hay también demasiada poca aceptación. Porque mucho me temo que cuando buscamos es que solemos  rechazar lo que tenemos”. Pablo D´ Ors

No hay consejos que valgan para alcanzar una vida llena de satisfacciones porque esa vida sólo puede ser una creación personal. Es algo a lo que aspiramos todos pero no hay fórmula matemática que la produzca; es responsabilidad individual no malgastarla entre la ansiedad y el aburrimiento, en el ir corriendo porque nos falta tiempo y el no saber qué hacer con nuestro tiempo

No hay consejos que valgan para alcanzar una vida llena de satisfacciones porque esa vida sólo puede ser una creación personal. Es algo a lo que aspiramos todos pero no hay fórmula matemática que la produzca; es responsabilidad individual no malgastarla entre la ansiedad y el aburrimiento, en el ir corriendo porque nos falta tiempo y el no saber qué hacer con nuestro tiempo.

Si queremos alcanzar esa vida en la que los momentos de alegría sean cada vez más frecuentes, tendremos que dejar de buscarla en el lugar equivocado; dejar de centrarnos en acontecimientos externos y trabajar la forma en que asumimos e interpretamos esos acontecimientos externos.

Como nos recuerda Victor Frankl, "la felicidad no es algo que tenga que conseguirse, sino perseguirse". Es la sensación que nos provoca sabernos los dueños de nuestra vida; esta sensación puede proporcionárnosla acontecimientos muy simples que están relacionados con nuestra voluntad y que pueden suponer un esfuerzo invertido en aquello que consideramos que merece la pena.

Cuando conseguimos sentir que llevamos las riendas de nuestra vida y que ésta merece la pena ya no podemos pedir más; la expectativas que los otros han depositado en ti dejan de pesar. Para mí, la habilidad más preciada y a la que he decidido dedicar todo el tiempo y la práctica que requiera su aprendizaje es la de encontrar la alegría en todo lo que haga, aunque las circunstancias no acompañen.

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Y la recomendación musical de esta semana:

Niños Murantes - Las horas perdidas (Canción a la que se alude en el artículo)

Imagen de Ana Vega

Licenciada en Filosofía. Experta en Género e Igualdad de Oportunidades y especializada en temas de Inteligencia Emocional. Con su blog, La buena vida, no pretende revelarnos nada extraordinario. Tan solo, abrirnos los ojos un poquito más y mostrarnos que la vida puede ser más llevadera.