Somos lo que pensamos

Blog - La buena vida - Ana Vega - Sábado, 25 de Marzo de 2017
Number 5, 1948, de Jackson Pollock.
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Number 5, 1948, de Jackson Pollock.

“Las creencias nos controlan y determinan nuestra conducta. Son intangibles y, a menudo, inconscientes. Solemos confundirlas con los hechos; sin embargo, un hecho es algo que ha sucedido, mientras que una creencia es una generalización sobre lo que sucederá; un principio por el que nos guiamos”. Mente, Lenguaje y Experiencia. Ian Mc Dermot y Joseph O´Connor

Todos albergamos muchas creencias sobre nosotros mismos, los demás y sobre el curso que seguirán los acontecimientos en los que estamos inmersos en algún momento de nuestras vidas. Estas suposiciones de lo que somos y son las personas que nos rodean y el mundo que habitamos condicionan nuestra forma de estar en él y las relaciones que establecemos con nuestros semejantes.

Además, nuestras creencias suelen cumplirse. Y esto es así porque prestamos mucha más atención y registramos en nuestra memoria aquellos hechos que las confirman; estableciendo una secuencia lógica de causa y efecto. Sin embargo, los hechos que contradicen nuestras predicciones tienden a pasarnos desapercibidos o considerados como la excepción que confirma la regla.

Detectar pensamientos negativos sobre nuestras capacidades, eliminarlos y colocar en su lugar creencias positivas es fundamental para lograr un mayor grado de bienestar personal

Ya que estos juicios y construcciones mentales de nosotros mismos y el resto del mundo ejercen una gran influencia sobre el modo en que percibimos la realidad y cómo respondemos ante ella, será tarea fundamental para nosotros detectar aquellas creencias que nos limitan e impiden nuestro desarrollo y bienestar. Trabajar para eliminarlas nos ayudará a no vivir ajenos al verdadero alcance de nuestras capacidades y habilidades ya sean estas innatas o puedan adquirirse a través de la práctica.

Si creemos en nuestras posibilidades, intentaremos desarrollar nuestros proyectos con entusiasmo; mientras que, si no nos sentimos capaces, evitaremos actuar al pensar que el esfuerzo es inútil y se confirmarán nuestras creencias limitantes. Así se reforzarán las mismas y dejaremos de  intentar alcanzar nuestros objetivos. Es la pescadilla que se muerde la cola.

Detectar pensamientos negativos sobre nuestras capacidades, eliminarlos y colocar en su lugar creencias positivas es fundamental para lograr un mayor grado de bienestar personal. Una buena estrategia puede ser estar muy pendientes de cualquier pensamiento negativo que pueda cruzar nuestra mente sobre nuestras capacidades y antes de que llegue a instalarse sustituirlo por otro que realce nuestras cualidades y valía. En un primer momento será más fácil verbalizarlo; luego, con la práctica, bastará con hacerlo mentalmente.

Con esto no quiero decir que con entusiasmo y fe en nosotros consigamos todo lo que nos propongamos. Sabemos que esto no siempre es posible; pero si estaremos en mejor disposición de barajar todas las opciones e idear alternativas creativas para alcanzarlo. Se trata de hacer positivos o relativizar los pensamientos negativos y nos impiden actuar en el mismo momento en que nos asaltan para impedir que vayan encandenándose unos con otros hasta el punto de alterar nuestro ánimo.

Siempre podemos hacer más de lo que creemos para modificar aquellos rasgos de carácter y creencias que no se corresponden con la realidad y que hacen que nos sintamos desgraciados. Aunque nos resulte más cómodo no hacernos responsables de ello y culpar a los demás o a las circunstancias de lo que nos ocurra. Es necesario empezar  a sentirnos los dueños de nuestro estado de ánimo, los escultores de la obra que es nuestra vida.

 

   

Imagen de Ana Vega

Licenciada en Filosofía. Experta en Género e Igualdad de Oportunidades y especializada en temas de Inteligencia Emocional. Con su blog, La buena vida, no pretende revelarnos nada extraordinario. Tan solo, abrirnos los ojos un poquito más y mostrarnos que la vida puede ser más llevadera.