Un nutrido grupo de los procesados por deserción se integraron más tarde en la guerrilla antifranquista

Causas de la deserción (y IV)

Ciudadanía - Pedro Sánchez Rodrigo y Alfonso Martínez Foronda. - Sábado, 9 de Agosto de 2025
Pedro Sánchez Rodrigo y Alfonso Martínez Foronda concluyen con este espléndido artículo su excepcional investigación sobre los desertores, una serie imprescindible por su relevancia al ser un asunto poco estudiado. No te lo pierdas.
Uno de los documentos de la causa contra Antonio Manzano Morales.
Archivo Real Chancillería.
Uno de los documentos de la causa contra Antonio Manzano Morales.

La principal motivación de abandonar el ejército franquista asentado en la Granada dominada tiene que ver, como no puede ser de otra manera, con el rechazo que el bando golpista provocaba en muchos de los jóvenes de reemplazo alistados forzosos en sus filas

Todo esto nos conduce a otro aspecto de la deserción, las causas que la produjeron. La principal motivación de abandonar el ejército franquista asentado en la Granada dominada tiene que ver, como no puede ser de otra manera, con el rechazo que el bando golpista provocaba en muchos de los jóvenes de reemplazo alistados forzosos en sus filas. Ya hemos citado a algunos definidos en el procedimiento como “socialistas”, “izquierdistas” o “marxistas”. Sabemos que Antonio Castillo Morales, de Cogollos, estafa afiliado a la FUE y a la UGT; Francisco González Poyatos, vecino de Atarfe, era miembro de UGT y de las Juventudes Socialistas (Causa 1.437/37); que Juan López Ruiz, de Peligros, estaba afiliado al PSOE, “propagandista”, y luego alcanzó en el EPR la graduación de Teniente (Causa 1.848/_ , por Adhesión a la Rebelión); que Miguel Hurtado Pérez lo era de las Juventudes Libertarias (Causa 47.481/39); José Rodríguez Bastida de las JSU (Causa 1.311/39); Antonio Santiago Medina estaba afiliado a UGT y con dos hermanos suyos represaliados; José Blanes Ortiz, del PCE,  había sido detenido en 1932 por poner pasquines y desertó en diciembre de 1936 (Causa 690/36); Enrique López Pérez era un confitero afiliado a la UGT (Causa 405/38); Alfonso Mesa Benítez, también confitero de UGT, el cual, aunque según dictaminó un Juez murió por “conmoción cerebral”, en realidad fue despeñado desde una cueva en Alamedilla el 4 de mayo de 1938, y aún así condenado en Consejo de Guerra celebrado en Granada el 17 de abril de 1943  a 12 años y 1 día y conmutada la pena en la misma jornada a 6 años y 1 día (Causa 46.833/39). Antonio Manzano González  era uno de los militantes de CNT que asaltaron las armerías de Granada en 1932, por lo que fue detenido y estaba en trámites procesales, que no terminarían hasta 1944, cuando desertó, como era de esperar, del regimiento Lepanto, luego detenido y condenado a 12 años y 1 día en 1943 (desconocemos número de causa y fecha); Juan José Castelar Cobos, de Alomartes, según el testimonio de sentencia “pertenecía al partido socialista; desertó al enemigo de las filas de nuestro ejército donde estaba enrolado [Regimiento de Infantería Lepanto nº 5], formando parte del Ejército rojo de los guerrilleros llamados “Los Niños de la Noche”, siendo hecho prisionero cuando en unión de otros trataban de infiltrarse en nuestras filas para cometer actos de sabotaje. Hechos probados” (Causa 1.363/38), etc. etc..

A algunos de estos jóvenes izquierdistas la guerra civil les sorprendió cuando estaban haciendo el servicio militar y en cuanto tuvieron la ocasión se fugaron

A algunos de estos jóvenes izquierdistas la guerra civil les sorprendió cuando estaban haciendo el servicio militar y en cuanto tuvieron la ocasión se fugaron, como Antonio Martín Guirado, afiliado a UGT, que prestaba servicios en el regimiento de Infantería “Pavía” nº 15 en Algeciras y en diciembre del 36 pudo fugarse para ingresar en el EPR donde llegó a sargento (causa 15.009/39). Juan Nieves Sánchez, natural de Güéjar Sierra y vecino de Granada, del que se dice que “cumplía sus deberes militares en el Regimiento de Infantería Lepanto, nº 5 con carácter forzoso”, se marchó el 21 de enero de 1937 “a la zona roja”. El Consejo de Guerra celebrado en Granada el 4 de marzo de 1940 lo condenó por el delito de “Adhesión a la rebelión” a la pena de 6 años y 1 día de prisión mayor (Causa 51.167/39) y, posteriormente, tuvo que repetir el servicio militar en el Regimiento de Infantería de Montaña número 5. Andrés López Ibáñez, estuvo en el Batallón Pérez del Pulgar, pasó a la Legión, donde fue corneta, y “encontrándose en Granada en cura ambulatoria el 14 de febrero de 1937 se marchó al campo rojo hasta el fin de la guerra” (Causa 381/37 y otra posterior al fin de la guerra), es decir, esperó a ser herido y estar en el hospital para marcharse, creemos que es el mismo que, como militante anarquista, había sido detenido durante la huelga general de la construcción, madera y panadería que se inició el 11 de abril de 1932 (una nota de la CNT en El Defensor de Granada el 14 de abril de 1932 dice que fue torturado en comisaría hasta el punto de que llegó “conducido a la cárcel con los oídos sangrando”). Miguel Santos Sarmiento ingresó en el Regimiento de Infantería Lepanto el 4 de enero de 1938, tenía por entonces 22 años y un largo, para su edad, historial como militante de CNT (uno de los detenidos en agosto de 1932 y encausado en el Sumario 390/32 en las protestas por la Sanjurjada), no esperó mucho para marcharse: el 24 de mayo ya tenía abierta su causa por deserción (Causa 994/38).

Condena a Miguel García Ayán. Archivo Real Chancillería Causa 28.803/39.

Miguel García Ayán, de Alhendín, artillero 2º de la 3ª Batería del 4º Regimiento de Artillería Ligera, desapareció el día 22 de diciembre de 1936 a las once horas en el campo de ametralladoras de la Posición de Casa Fuerte, en Huétor Santillán. Al finalizar la guerra civil fue detenido y procesado; según el testimonio de sentencia era de “filiación socialista, y de tendencia avanzada"

Tampoco esperó el atarfeño Francisco Cervantes Fernández, en diciembre de 1936 abandonó el Regimiento de Artillería Ligera nº 4 en dirección al campo republicano, era socialista (Causa 680/36; atrapado tras la guerra le cayeron 12 años y 1 día en Consejo de Guerra de 1940 que extinguió en Astorga y Toledo). Ángel Roldán López había sido uno de los detenidos el 23 de junio de 1933 en una reunión clandestina del Sindicato de Vendedores de frutas y hortalizas de CNT, en la ribera del Genil, a la espalda de la Fábrica del Gas. La policía logró abortar dicha reunión, produciéndose un intenso tiroteo. Al final quedaron detenidos 29 trabajadores, él entre ellos, que ingresaron en la Prisión Provincial a disposición de la autoridad judicial (El Defensor de Granada, 24 y 25 de junio de 1933); durante la guerra civil, ya como soldado del Regimiento de Infantería Lepanto número 5, 3 Batallón, 1ª Compañía, huyó el 14 de diciembre de 1936, junto con Julio Martín Moreno y Francisco Carmona Ortega (Causa 667/37). Miguel García Ayán, de Alhendín, artillero 2º de la 3ª Batería del 4º Regimiento de Artillería Ligera, desapareció el día 22 de diciembre de 1936 a las once horas en el campo de ametralladoras de la Posición de Casa Fuerte, en Huétor Santillán. Al finalizar la guerra civil fue detenido y procesado; según el testimonio de sentencia era de “filiación socialista, y de tendencia avanzada, es persona que ha realizado intensa propaganda roja tomando parte en coacciones para impedir el trabajo a otros obreros, y al iniciarse el Glorioso Movimiento Nacional fue movilizado pasándose al campo rojo aun cuando no se demuestra la voluntariedad de esta acción”. El Consejo de Guerra celebrado en Granada el 17 de julio de 1940 lo condenará por “Excitación a la rebelión” a 6 años y 1 día de prisión mayor (Causa 28.803/39).

Documento de la Causa contra Antonio Molina Juárez. Archivo Real Chancillería de Granada, Caja 25920, Pieza 86 y Caja 26000, Pieza 36.

Dicen que el miedo es libre. Es lo que debieron pensar algunos cuando se vieron en plena zona ocupada por los franquistas e intentaron pasar desapercibidos. Lo cual, si en la capital podía resultar más fácil, más difícil era en pueblos pequeños

Dicen que el miedo es libre. Es lo que debieron pensar algunos cuando se vieron en plena zona ocupada por los franquistas e intentaron pasar desapercibidos. Lo cual, si en la capital podía resultar más fácil, más difícil era en pueblos pequeños. Antonio Molina Juárez había sido miembro de UGT y Alcalde y concejal de Dúdar, esto último con el Frente Popular, pero nada más comenzar el  Movimiento llegó a ser cabo de una escuadra de Falange, prestando servicio hasta que desertó a zona roja, “se tienen noticias de que iniciado el Movimiento y por vivir en un cortijo a las afueras del pueblo se le presentaron unos enlaces del campo rojo y le comprometieron para marcharse a la zona roja por asegurarles dicho enlaces que por el hecho de haber figurado en política, más tarde o más temprano, le fusilarían; terminada la guerra, se presentó en este pueblo, sin que después se hayan tenido quejas, ni denuncia de su actuación en dicha zona roja” (en su expediente de RP, Archivo Real Chancillería de Granada, Caja 25920, Pieza 86 y Caja 26000, Pieza 36). Antonio Pérez Fernández, de Trevélez, al finalizar la guerra civil fue detenido y procesado. En su declaración afirma que había desertado por miedo a que fuera detenido, ya que tenía antecedentes de haber pertenecido a Sociedades Obreras; por su parte, la Guardia Civil y Alcalde declararán que estaba “considerado como un revolucionario y que había participado en varios asaltos a casas”; fue condenado (Causa 5.443/40) a reclusión perpetua posteriormente conmutada a 20 años y tuvo que pasar por un BDST y el Tribunal de Responsabilidades Políticas (TRRPP).

Documento de la Causa contra José Nievas Capilla. Archivo Real Chancillería de Granada, Caja 25910, Pieza 27 y Caja 25837, Pieza 18.

“Es de filiación marxista, se dio de baja en la Sociedad obrera antes de empezar el Glorioso Movimiento y al empezar este simuló que se adhería al mismo, llegando a ingresar en Falange y a prestar servicios de patrulla y vigilancia de noche, desertó con armas pasándose al campo rojo”

El “camuflaje” que hemos visto en el alcalde de Dúdar fue un medio utilizado conscientemente por unos cuantos para huir cuanto antes. Antonio Molina Martín, de Huétor-Santillán, era afiliado a la UGT e, iniciado el Movimiento, se enroló en las Milicias de Falange Española, Primera Línea, y el 28 de noviembre de 1936 huyó a zona roja. El Consejo de Guerra, celebrado en Granada el 6 de noviembre de 1941, lo condenó por el delito de “Deserción frente al enemigo” a cadena perpetua; posteriormente se le conmutó por la de 6 años y 1 día de reclusión. (Causa 19.635/39).  Todo esto a pesar de que el enemigo era bastante desconfiado, vean el comentario que aparece en el informe de 20 de octubre de 1938 enviado desde el Ayuntamiento de Albolote al JI de RP sobre José Nievas Capilla, que había sido teniente de alcalde en dicha localidad: “Es de filiación marxista, se dio de baja en la Sociedad obrera antes de empezar el Glorioso Movimiento y al empezar este simuló que se adhería al mismo, llegando a ingresar en Falange y a prestar servicios de patrulla y vigilancia de noche, desertó con armas pasándose al campo rojo” (subrayado nuestro, Archivo Real Chancillería de Granada, Caja 25910, Pieza 27 y Caja 25837, Pieza 18. No se libró de sanción). O en la trayectoria del maracenero Manuel Torres Morales. Formó parte de un grupo de vecinos de Maracena que fueron detenidos y/o procesados o interrogados por “Instigación a la huelga ilegal” de campesinos que se había iniciado el 5 de junio de 1934. Él mismo declara que formó parte del Comité de huelga (Causa 231/34). Al finalizar la guerra civil fue procesado. Según el testimonio de sentencia, anteriormente había participado en saqueos, trabajos al tope y tiroteos a la Guardia Civil; al estallar el Movimiento huyó a Pinos Puente, donde fue detenido, y, posteriormente, ingresó voluntario en la Falange. Luego, claro, desertó. El Tribunal da por hechos probados que pertenecía “a FET de las JONS y en diciembre de 1936 huyó al campo rojo desde la posición de “Los Jarales” del sector de Güéjar Sierra llevándose fusil y la dotación del mismo. Durante su permanencia en la zona roja no participó en hechos delictivos. Con posterioridad a la liberación habló mal del régimen.” El Consejo de Guerra celebrado en Granada el 26 de septiembre de 1942 lo condenó por el delito de “Adhesión a la rebelión” a cadena perpetua. Posteriormente, se le conmutó por la de 12 años y 1 día de reclusión. (Causa 1.647/__).

Documento del expediente abierto contra Manuel Torres Morales. Archivo Real Chancillería de Granada, Caja 25756, Pieza 66 y Caja 25909, Pieza 4.

El informe de la Guardia Civil de Maracena es un batiburrillo que no mejora la percepción que de él tenía el Régimen: “ha sido socialista, simpatizante de la FAI y 3ª Internacional y otros partidos marxistas [sic, a todo], propagandista, revolucionario, saqueador, asaltante de las casas de orden y ladrón profesional, marchándose voluntario al campo rojo con armamento"

Por si no hubiera quedado claro, en los informes que hacen las autoridades para el TRRPP en julio de 1941, el Alcalde de Maracena afirma que “fue uno de los más revoltosos durante el mandato del Frente Popular e intervino en todos los saqueos y asaltos que hubo en aquella época, así como en el robo de productos del campo. Fue cogido cuando intentaba pasarse al campo rojo y después consiguió evadirse y cuando terminó el Movimiento se presentó y fue preso. Juzgado, se le puso en libertad y recientemente ha vuelto a prendérsele por palabras pronunciadas en contra del régimen.” El informe de la Guardia Civil de Maracena es un batiburrillo que no mejora la percepción que de él tenía el Régimen: “ha sido socialista, simpatizante de la FAI y 3ª Internacional y otros partidos marxistas [sic, a todo], propagandista, revolucionario, saqueador, asaltante de las casas de orden y ladrón profesional, marchándose voluntario al campo rojo con armamento". (Archivo Real Chancillería de Granada, Caja 25756, Pieza 66 y Caja 25909, Pieza 4).

Este “camuflaje” podía ocultar también labores de espionaje. De eso se acusa a Francisco Jiménez Garrido, de Maracena. Algunas declaraciones afirman que fue un espía que pasó datos de las fuerzas “nacionales” y, lo cierto es que, ya en zona republicana, fue Comisario de Compañía (Causa 17.310/39).

Sin embargo, no sólo se producía esta incorporación al ejército del enemigo por convencimiento ideológico. Como ocurre en todas las guerras, aún más en las civiles, juegan otros factores. Desde el rechazo a participar en el conflicto, fuera el bando que fuera (“falta de espíritu” leemos en una ocasión), hasta el mero oportunismo (al sol que más calentara en el momento de producirse), algún problema económico...

Sin embargo, no sólo se producía esta incorporación al ejército del enemigo por convencimiento ideológico. Como ocurre en todas las guerras, aún más en las civiles, juegan otros factores. Desde el rechazo a participar en el conflicto, fuera el bando que fuera (“falta de espíritu” leemos en una ocasión), hasta el mero oportunismo (al sol que más calentara en el momento de producirse), algún problema económico (deudas, ya lo vimos en el caso del Guardia de Asalto Manuel Fernández Rodríguez), pasando por el maltrato, los encontronazos y el descontento, por la razón que fuese, en la unidad que se estuviera. La primera situación puede ser la que motivó la deserción de José Moreno González, vecino de Granada pero natural de Almería, pues se escribe en la sentencia de su causa: “el procesado, soldado de la 2ª Compañía del 5º Batallón de Infantería de Lepanto 5, encontrándose con su compañía destacado en Órgiva se evadió a zona roja donde se encuadró en las filas enemigas, desertando de aquellas fuerzas el día 18 de junio de 1938, ocultándose en Almería en casa de don Modesto Moreno Plaza [un tío suyo], donde continuó hasta el final de la campaña” (Causa 1.438/37). Otra causa podía ser evitar las consecuencias de un proceso anterior: Miguel Camero Cortés fue citado en febrero de 1937 para comparecer ante el JIM eventual de Granada (Causa 110/37) casi con toda seguridad por haber desertado, poco después leemos en el BOP de 18 de junio que el JI del distrito del Salvador le cita también para comparecer y constituirse en prisión y así cumplir la pena (no sabemos cuál) que se le había impuesto por el sumario 63/35 acusado del delito de robo.

Las motivaciones familiares aparecen con frecuencia. Nicolás Navarro Beiro se dirigió el día 9 de abril de 1936 por la mañana a Pulianas, recogió a su mujer y dos hijos, marchó a Nívar, y, de noche, se internaron por el camino real de Deifontes, quedándose en este pueblo, “ocupado por el enemigo”

Las motivaciones familiares aparecen con frecuencia. Nicolás Navarro Beiro se dirigió el día 9 de abril de 1936 por la mañana a Pulianas, recogió a su mujer y dos hijos, marchó a Nívar, y, de noche, se internaron por el camino real de Deifontes, quedándose en este pueblo, “ocupado por el enemigo”; un compañero, pocos días después, declaró “que tenía el antecedente de haber venido del campo marxista” (Causa 737/37). El hermano de Antonio López Reyes, desertado el 23 de octubre de 1937 en Motril, era un dirigente de CNT en Torrenueva. Manuel Única Ocaña se fugó de las Milicias de FET cuatro meses después de que lo hiciera el que suponemos era su primo Esteban Única Ocaña del Regimiento de Artillería Ligera nº 4 (los dos eran de Beas, pero los nombres de sus padres no coinciden, por eso lo de primos). Antonio Santana Pérez, abandonó el ejército franquista cuando estaba enrolado en la 12ª Compañía del Grupo de Sanidad Militar del Ejército del Sur (Causa 327/38);  el teniente de su compañía suponía con razón que se hallaba entre “los rojos”, “pues tiene conocimiento de que tiene algunos otros hermanos con ellos”, como efectivamente ocurría, ya que su hermano Rafael estaba por entonces en la 52 Brigada Mixta (fue herido de bala en el frente de Levante y hospitalizado en Valencia, con un largo historial posterior de campos de concentración y cárceles franquistas), y otro hermano, Ricardo, había ingresado en la 55 Brigada Mixta, donde coincidirá el propio Antonio, y con el fin de la guerra fue procesado y encarcelado hasta que salió indultado en 1947. A Antonio, después de estar en la Prisión Habilitada de El Padul, se le instruyó otra sumaria, la 1.344/40, de nuevo por el delito de Deserción, y se le condenó a reclusión perpetua, primero, y a 12 años y 1 día, después, y eso que fue detenido por “los rojos” por hacer comentarios favorables de la administración de la zona nacional, según narra la sentencia. La condena tampoco le libró de ser enviado a la 2ª Agrupación de los Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores Penados (BDSTP) después de salir con la condicional de, suponemos, la Prisión de Málaga en septiembre de 1941.

Documento de la causa contra Felipe Sánchez García. Archivo Real Chancillería.

Rafael Muñoz Navas “se pasó al campo rojo el 12 de octubre de 1936 … y durante la época en que ha estado entre los marxistas, aprovechó una oportunidad para venir a Chauchina burlando la vigilancia de nuestros centinelas y obligando a su mujer allí residente a que lo acompañara al campo rojo, cosa que consiguió ante la amenaza de que si no lo hacía se llevaría un hijo de ambos de pocos meses. Hechos probados.” (Causa 1.515/37, condenado por Rebelión a la pena de muerte en 1937, fue fusilado ese mismo año)

Rafael Muñoz Navas “se pasó al campo rojo el 12 de octubre de 1936 … y durante la época en que ha estado entre los marxistas, aprovechó una oportunidad para venir a Chauchina burlando la vigilancia de nuestros centinelas y obligando a su mujer allí residente a que lo acompañara al campo rojo, cosa que consiguió ante la amenaza de que si no lo hacía se llevaría un hijo de ambos de pocos meses. Hechos probados.” (Causa 1.515/37, condenado por Rebelión a la pena de muerte en 1937, fue fusilado ese mismo año). En alguna ocasión la represión había afectado tanto a los familiares de algún soldado que no nos extraña que optara por la deserción, como ocurrió con José Contreras Corona (aunque su esposa declaró que se marchó “con un joven” y no lo vio más). El que suponemos que fue su hermano, Antonio, había sido fusilado por los franquistas con sólo 18 años el 26 de agosto de 1936, apenas un mes después del golpe de Estado; estaba casado con Angustias Capeli Guerrero, suponemos también que hermana de la famosa Trinidad Capeli Guerrero, pescadera, muy conocida en los círculos políticos granadinos (había hecho una ofrenda de flores ante el Monumento de Mariana Pineda en mayo de 1931 y participado en protestas sindicales) y madre de una familia de cinco hijos de los que fueron fusilados cuatro entre agosto y octubre de 1936, ella misma también fue ejecutada en esas fechas. Finalmente, Felipe Sánchez García, vecino de Tózar, se pasó al campo enemigo “y lo hizo sin premeditación, no dando cuenta a nadie de sus propósitos, todo por el móvil de tener un hermano en Francia y querer reunirse con él”.

Estas vinculaciones familiares con integrantes del otro bando lógicamente eran conocidas por las autoridades militares que tomaban sus precauciones: acerca de José Quesada Rosales informa el Alférez de su unidad que “se tenían noticias en la compañía de que este individuo tenía familia huida con los rojos por lo que por todo el mando de la compañía se prestaba una gran atención a la conducta de este sujeto, habiendo tomado el Capitán como medida de precaución la de alejarle del servicio normal de las escuadras en los parapetos, dándole el destino de asistente del Alférez Médico de la unidad con el fin de tenerle así más vigilado, que por esta razón se pudo observar más de cerca al individuo sin que nunca se observaran en él ideas que hicieron sospechar su proceder y que jamás se le oyó una queja…”. Aún así, se fugó el 26 de diciembre de 1936 (Causa 20/37).

Puede ser que ocurriera que miembros de la familia estuvieran detenidos o encarcelados y los hijos se alistaran en alguna unidad militar franquista y la permanencia en esta durara lo que durara el castigo de sus familiares

Puede ser que ocurriera que miembros de la familia estuvieran detenidos o encarcelados y los hijos se alistaran en alguna unidad militar franquista y la permanencia en esta durara lo que durara el castigo de sus familiares (en un caso citado anteriormente, el de Antonio Zarco Jimenez, se nos informa que sus padres, José Zarco Zarco y Carmen Jiménez Chavez, se encontraban detenidos en la Prisión Provincial de Granada, no sabemos el motivo, en octubre de 1937 (Causa 2.068/37). ¿O ya lo estaban por no saber el paradero del hijo? Eso es seguro en algún caso, en una prueba más de que en el franquismo se extendían arbitrariamente los delitos a los familiares de los procesados, en contra de cualquier norma jurídica civilizada. José Arco o Arcos Rodríguez, padre de Miguel Arco o Arcos González (ambos de Tocón, la pedanía de Íllora), que desertó el 14 de diciembre de 1936, pasándose al Ejército Republicano donde alcanzó el empleo de Teniente de Milicias en campaña en la 148 Brigada Mixta, fue detenido y aunque “perteneció al Frente Popular sin que se tengan noticias de que interviniera en actos delictivos [según leemos en un informe de la Falange local], durante el Movimiento sufrió prisión por haberse pasado un hijo a zona roja estando incorporado al Ejército Nacional.” (Archivo Real Chancillería de Granada, Caja 25866, Pieza 21, Caja 26000, Pieza 3: además se le intervinieron los bienes). Podía ocurrir también que algún familiar hubiera sido fusilado (caso del soldado de Montefrío Pedro Sánchez Lorca, desertado en 1937, y su hermano Juan fusilado en octubre de 1936). Y ya en estas, no podemos dejar de citar a la madre del desertor Rafael Ruiz Gijón, Aurora Gijón García, ambos de La Malaha. Aurora, según el Alcalde de su pueblo, en su informe del 7 de octubre de 1938 para la Comisión de Incautación de Bienes (que la arrebató el producto de una casa, una cabra y cinco fanegas de cereal), “antes del Movimiento era entusiasta del marxismo; es madre de tres hijos los que se encuentran en el campo rojo, el mayor (Rafael) se fue de las filas nacionales y los otros dos desde este pueblo aprovechando la primera oportunidad”; la Guardia Civil de Gabia, por su parte, en un informe del 24 de enero de 1942 para el TRRP, afirmaba que “era ideal socialista, votaba el Frente Popular con entusiasmo y posterior a esa fecha su actitud fue pasiva sin que se haya destacado en nada anormal”, al tiempo que nos informa que estuvo un año detenida en la cárcel provincial por haberse marchado el hijo mayor de la filas nacionales, por cuyo motivo no tiene más ingresos que los que gana con su trabajo. Es decir, pretextando la deserción de su hijo, se la culpabilizó a ella, que además era viuda, y se la condenó por su militancia izquierdista.

Petición y respuesta de información sobre vecinos y vecinas de La Malahá Aurora Gijçon García, Manuel Gijón García,Antonio Guerrero Lorenzo,Sebastián Guerrero Martín y Salvador López Bueno. Archivo Real Chancillería.

En la posguerra, la situación económica en muchas casas era dramática y la llamada a filas la agudizaba, arrebatando una fuerza de trabajo fundamental para la economía doméstica. Esta fue una de las razones por las que decenas de reclutas en toda España desertaron del servicio militar y regresaron clandestinamente a sus hogares, una de las prácticas de resistencia cotidiana más tradicionales en el campesinado

En la posguerra, la situación económica en muchas casas era dramática y la llamada a filas la agudizaba, arrebatando una fuerza de trabajo fundamental para la economía doméstica. Esta fue una de las razones por las que decenas de reclutas en toda España desertaron del servicio militar y regresaron clandestinamente a sus hogares, una de las prácticas de resistencia cotidiana más tradicionales en el campesinado. Sin embargo, en los años en que hemos centrado este artículo hemos podido encontrar pocos casos que pueden estar relacionado con esta práctica. Los dos primeros no regresaron precisamente a su casa: son José Vílchez López, de La Peza, que desertó en 1945, y Emilio Fernández Troyano, de Píñar, que desertó del Regimiento de Aragón 17, unidad donde prestaba el Servicio Militar a mediados de mayo de 1944. Ambos se echaron a la sierra incorporándose, el primero, a la guerrilla del Yatero y, el segundo, ingresando en el grupo de Fernando Arias “Costeño”, el cual operaba entre Vélez y Alhama (Granada). En un tercero, Francisco Bonilla Barrionuevo, natural de Lobras y vecino de Bérchules, pesó más quizás un pasado complicado que le perseguía: se fugó de la cárcel de Ugíjar en la que había ingresado tras el final de la guerra civil y se integró en un grupo armado; permaneció en la sierra hasta julio de 1943, fecha en que se presentó a la Guardia Civil de Cádiar, junto a otros tres guerrilleros, entregando algunas armas y delatando a otros dos huidos a la sierra. Tras prestar varios servicios, ingresó en la prisión de Granada. Al cabo de tres meses fue reclamado como soldado, incorporándose al regimiento de Infantería Nápoles 24. En 1944 ó 1945 desertó, marchándose a Francia. Había acabado la guerra cuando Manuel Castillo Escalona, que llevaba unos meses en el Servicio Militar, acosado por los antecedentes familiares (hermanos represaliados), desertó junto a otro paisano suyo e iniciaron una marcha desde Málaga, donde estaban, hasta su pueblo, desde allí, ya solo, marchó a la guerrilla de la sierra. Un caso peculiar, que se sale de nuestro arco cronológico, es el del salareño Francisco Morales Cantón, conocido como “Leoncio” o “Pipote”. Nacido el 3 de agosto de 1929, el 28 de febrero de 1949 se incorporó a la Agrupación Guerrillera de Granada, junto a otros ocho paisanos, siendo destinado al Segundo Grupo de la Primera Compañía del Séptimo Batallón. Según algunos guerrilleros lo tenían vigilado porque no se fiaban de él. Por ello, no participó en ninguna acción de relevancia en los tres meses que estuvo en la sierra. El 31 de julio de 1949 se presentó en la Comandancia de Granada, pasando a prestar servicios en la contrapartida, facilitando cuantos datos sabía respecto a sus compañeros. Intervino, según el informe de Teniente Coronel de la Guardia Civil, el 19 de enero de 1950 en un encuentro sostenido con guerrilleros de la Agrupación “Roberto” en el Cerro de las Víboras y también en mayo de ese año en otro encuentro en el cortijo del “Paso del Lobo” (Loja), donde se aniquiló a siete guerrilleros. Por eso, su causa, que se abre el 23 de marzo de 1950, será sobreseída (Causa 213/50). Posteriormente, según José Aurelio Romero, ingresó en el ejército, desertando cuando se encontraba con su unidad en los Pirineos. Pasó a Francia, alistándose en la Legión francesa. Se marchó a Indochina, donde fue herido, regresó a Europa y fijó su residencia en Francia.

Un nutrido grupo de los procesados por deserción se integraron más tarde en la guerrilla antifranquista

Precisamente, ahora que hablamos de guerrilleros, un nutrido grupo de los procesados por deserción se integraron más tarde en la guerrilla antifranquista (ya vimos al inicio de este artículo el caso de José Sánchez Porras que murió en un enfrentamiento a tiros con la Guardia Civil en la Calle la Paz en año 1949). Dicho de otra manera, unos cuantos maquis comenzaron su oposición al golpe de Estado y al fascismo a las pocas semanas de iniciarse éste con su huida del ejército que los había reclutado forzosamente y siguieron dicha oposición hasta años después de acabada la guerra. Pero eso, como se suele decir, es ya otra historia.

Bibliografía:

  • ARCHIVO INTERMEDIO MILITAR SUR EN SEVILLA, digitalizado por la Universidad de Córdoba.
  • ARCHIVO DE LA REAL CHANCILLERÍA DE GRANADA, expedientes del fondo del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Granada.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA (BOP).
  • GIL BRACERO y otros: La Guerra Civil en Andalucía oriental. 1936-1939. Diario Ideal, Granada, 1987.
  • HIDALGO CÁMARA, Juan: Represión y muerte en la provincia de Granada, 1936-1950. Arráez Editores, II volúmenes, Mojácar (Almería), 2014.
  • GALISTEO GONZÁLEZ, Francisco; HIDALGO CÁMARA, Juan; MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso y SÁNCHEZ RODRIGO, Pedro: Diccionario de la represión en Granada, 1931-1981, en elaboración.
  • VV.AA.: Mapa de la Memoria Histórica de Granada.
Pedro Sánchez Rodrigo (Burgos, 1960). Es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, donde cursó la especialidad de Historia Contemporánea. Ha ejercido como profesor de Secundaria de Geografía e Historia desde 1984. Desde hace años colabora con la Fundación de Estudios Sindicales- Archivo Histórico de CC.OO.-A.. Ha participado en la obra colectiva “La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-81)”, publicada por la Editorial El Páramo en el año 2012, y, junto con Alfonso Martínez Foronda, es autor de “La cara al viento.  Memoria gráfica del movimiento estudiantil de Granada durante la dictadura y la transición”, obra publicada por la Universidad de Granada, también en 2012. Ha colaborado en el volumen La Resistencia andaluza ante el tribunal de orden público en Andalucía. 1963-76, editado en 2014 por la FES/Archivo Histórico de CC.OO.-A y la Junta de Andalucía, y en otros trabajos colectivos, como De la rebelión al abrazo. La cultura y la memoria histórica entre 1960 y 1978 (Diputación de Granada, 2016) y La Universidad de Granada, cinco siglos de historia. Tiempos, espacios y saberes, coordinado por Cándida Martínez López (III Volúmenes, EUG, Granada, 2023) con el artículo “Antifranquismo en las aulas. El movimiento estudiantil”. También con Alfonso Martínez Foronda ha publicado el libro “Mujeres en Granada por las libertades democráticas. Resistencia y represión (1960-1981)”, publicado en 2016 por la Fundación de Estudios y Cooperación de CC.OO. Actualmente está jubilado y colabora en la elaboración del Diccionario de la Represión en Granada 1931-1981. Es colaborador habitual de El Independiente de Granada.
Alfonso Martínez Foronda (Jaén, 1958). Es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada. Desde 1984 es profesor de Enseñanza Secundaria. Ya jubilado, su último destino fue el IES Albayzín. Ha sido secretario general de CCOO de Jaén desde 1993-2000 y desde 2004 es miembro de la Comisión Ejecutiva de CCOO-A, desde donde ha presidido hasta 2103 las Fundaciones de Estudios Sindicales-Archivo Histórico y la de Paz y Solidaridad.Como investigador, ha publicado numerosos artículos de opinión sobre aspectos docentes y sociales. Colaborador habitual del Diario Jaén desde 1994-2000 publicó La firma del viento (2007), una antología de artículos de opinión. Como investigador del movimiento obrero andaluz ha publicado La conquista de la libertad. Historia de las Comisiones Obreras de Andalucía (1962-1977), en 2005; De la clandestinidad a la legalidad (Breve historia de las Comisiones Obreras de Granada), en 2007; sobre las Comisiones Obreras de Jaén desde su origen a la legalización del sindicato (2004); la unidad didáctica El sindicalismo durante el franquismo y la transición en Andalucía; diversas biografías de dirigentes sindicales andaluces como Ramón Sánchez Silva. Al hilo de la historia (2007); Antonio Herrera. Un hombre vital, en 2009; Andrés Jiménez Pérez. El valor de la coherencia, en 2010, entre otros. En 2011 su investigación La dictadura en la dictadura. Detenidos, deportados y torturados en Andalucía durante el Estado de Excepción de 1969, (2011), fue premiada por la Junta de Andalucía como la mejor investigación social de ese año. Posteriormente, ha publicado La “prima Rosario” y Cayetano Ramírez. Luchadores por la libertad en una provincia idílica (2011); sobre el movimiento estudiantil en la UGR, con otros autores, “La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-81); sobre la historia del movimiento obrero granadino, con su investigación La lucha del movimiento obrero en Granada. Paco Portillo y Pepe Cid: dos líderes, dos puentes“, 2012; sobre el Tribunal de Orden Público, La resistencia andaluza ante el Tribunal de Orden Público en Andalucía (1963-1976); Diccionario de la represión sobre las mujeres en Granada (1936-1960) o La resistencia malagueña durante la dictadura franquista (1955-1975). Actualmente, junto a Pedro Sánchez Rodrigo, está confeccionando un diccionario sobre la represión en Granada desde la II República al golpe de estado de 1981.

Desde hace años es colaborador habitual de El Independiente de Granada, donde ha publicado numerosos artículos y reportajes sobre Memoria Democrática, muy seguidas por lectoras y lectores de este diario digital.

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