“El Dolor que No se Ve: Duelo, Suicidio y el Acompañamiento que Salva Vidas”. Nuevo Habladurías con Francisco Manso, presidente de Alma y Vida

Paco habla sin rodeos. Su hija falleció hace 12 años, y desde entonces, su vida cambió por completo
Paco habla sin rodeos. Su hija falleció hace 12 años, y desde entonces, su vida cambió por completo. “Tú tienes una vida hasta que fallece tu hija o tu hijo. Desde ahí tienes una vida completamente distinta”, explica. Esa transformación personal fue la que lo llevó a involucrarse en Alma y Vida, una asociación creada en 2004 por dos madres que perdieron a sus hijos por cáncer infantil y sintieron el abandono del sistema una vez que sus hijos murieron.
Desde entonces, Alma y Vida ha crecido exponencialmente. Actualmente cuentan con 22 grupos presenciales en Andalucía, además de grupos online para personas de toda España y un grupo internacional para América Latina.
Desde entonces, Alma y Vida ha crecido exponencialmente. Actualmente cuentan con 22 grupos presenciales en Andalucía, además de grupos online para personas de toda España y un grupo internacional para América Latina. A ellos acuden madres, padres, hermanos y familiares que buscan, sobre todo, entender que no están solos. Y que lo que sienten, aunque insoportable, es profundamente humano.
Duelo por suicidio: la herida invisible
Uno de los fenómenos que más ha crecido en la asociación en los últimos años es la atención al duelo por suicidio. En 2020, Alma y Vida creó un grupo específico para estos casos. Hoy, ya suman tres, incluyendo uno por videoconferencia. “La muerte por suicidio genera una culpa devastadora”, explica Paco. “Existe la sensación de evitabilidad: ‘si lo hubiéramos sabido, lo habríamos evitado’. Esa idea tortura”.
"Se llega incluso a decir que la muerte fue por otra causa. El estigma, al final, es una forma de protección social: si le pasó a ellos, debe haber una razón, para pensar que a mí no me pasará nunca”
El suicidio sigue siendo un tema profundamente estigmatizado. Muchas familias tardan años en poder verbalizarlo, y otras lo esconden completamente por vergüenza o por miedo al juicio social. “Se llega incluso a decir que la muerte fue por otra causa. El estigma, al final, es una forma de protección social: si le pasó a ellos, debe haber una razón, para pensar que a mí no me pasará nunca”, denuncia Paco.
El mito del tiempo y otras trampas del duelo
Uno de los aspectos más dañinos que detecta Paco en su trabajo diario son los mitos que rodean al duelo. “El más extendido es que ‘el tiempo lo cura todo’. Falso. El tiempo no cura nada, si no se hace un trabajo emocional. Lo que no se elabora, se enquista”.
Critica, además, la patologización temprana del duelo en el sistema sanitario. “Hay médicos que diagnostican un ‘duelo patológico’ a las dos semanas de la muerte de un hijo. Eso es violencia emocional. El duelo no se supera, se elabora, y no tiene plazos”
Critica, además, la patologización temprana del duelo en el sistema sanitario. “Hay médicos que diagnostican un ‘duelo patológico’ a las dos semanas de la muerte de un hijo. Eso es violencia emocional. El duelo no se supera, se elabora, y no tiene plazos”.
Y en esa elaboración, cada persona encuentra sus propios tiempos, sus propias estrategias, su propia narrativa. “El duelo no es lineal ni ordenado. A veces sientes que avanzas, y otras vuelves a caer. Y todo eso está bien”.
Las redes sociales: espejo deformado del dolor
Otro frente que la asociación ha tenido que afrontar es el impacto de las redes sociales en el proceso de duelo. En palabras de Paco: “Las redes son una constante exhibición de felicidad. Y para quien está en duelo, eso duele. Por eso muchas personas acaban abandonando grupos, dejando de ver Facebook o Instagram. Todo les recuerda lo que ya no tienen”.
“Nos hemos encontrado con padres que han tenido que leer comentarios horribles sobre la muerte de sus hijos. Eso es revictimizar. Por eso pedimos que en el Plan Nacional para la Prevención del Suicidio se incluya un control sobre el contenido en redes sociales”
Pero no solo se trata de imágenes felices. El anonimato también permite el odio. “Nos hemos encontrado con padres que han tenido que leer comentarios horribles sobre la muerte de sus hijos. Eso es revictimizar. Por eso pedimos que en el Plan Nacional para la Prevención del Suicidio se incluya un control sobre el contenido en redes sociales”.
La huella que queda
Paco también describe con sensibilidad escenas cotidianas que atraviesan las personas en duelo: la cama sin hacer, la habitación cerrada, los objetos intactos. “Hay madres que no pueden entrar en la habitación de su hijo. Hay hermanos que deciden retirar todas las cosas para evitar el dolor. Ninguna de estas decisiones es errónea. Cada cuerpo y cada mente te dicen cuándo estás preparado”.
Recuerda un caso particular: una madre que necesitaba dormir abrazada a la urna con las cenizas de su hija. “Ese era su modo de sobrevivir. Y nadie tiene derecho a juzgarlo”
Recuerda un caso particular: una madre que necesitaba dormir abrazada a la urna con las cenizas de su hija. “Ese era su modo de sobrevivir. Y nadie tiene derecho a juzgarlo”.
No estás solo
Para quienes se encuentran en duelo, Paco envía un mensaje claro: “Lo primero es identificar qué necesitas. Lo segundo, pedirlo. El entorno quiere ayudar, pero muchas veces no sabe cómo.” Y es ahí donde entra el trabajo de Alma y Vida: ofrecer escucha, herramientas y compañía.
“No se enseña a acompañar el dolor. Ni en medicina, ni en psicología. Y sin embargo, es algo que todos vamos a necesitar alguna vez en la vida”
La asociación puede ser contactada por teléfono (657 411 202), correo electrónico (almayvida@almaiyida.es) o a través de su página web www.almayvida.es. Ya han ayudado a más de 450 personas, muchas de ellas derivadas por centros de salud mental que no saben cómo abordar el duelo.
“No se enseña a acompañar el dolor. Ni en medicina, ni en psicología. Y sin embargo, es algo que todos vamos a necesitar alguna vez en la vida”, concluye Paco.
Una llamada a la empatía
En una sociedad que margina el sufrimiento, hablar del duelo y del suicidio es una forma de resistencia. Una forma de decir: “Estamos aquí. No estamos solos. No estamos rotos. Estamos aprendiendo a vivir con la ausencia”
El trabajo de Alma y Vida es un recordatorio urgente de que el duelo necesita espacio, tiempo, validación y comunidad. Y que el silencio, muchas veces bienintencionado, puede ser más dañino que cualquier palabra mal dicha.
En una sociedad que margina el sufrimiento, hablar del duelo y del suicidio es una forma de resistencia. Una forma de decir: “Estamos aquí. No estamos solos. No estamos rotos. Estamos aprendiendo a vivir con la ausencia”.
Frases destacadas para recodar
Sobre la creación de Alma y Vida
- “Tú tienes una vida hasta que fallece tu hija o tu hijo, y desde ahí tienes una vida completamente distinta”.
Sobre el impacto de perder un hijo
- “No tenemos modelos. Cuando pierdes a un hijo, miras alrededor y no le ha pasado a nadie. No sabes cómo vivir eso”.
Sobre la función de los grupos de duelo
- “El ser humano es un contador de historias. Necesitamos contar nuestra historia para empezar a sanar”.
“El tiempo no lo cura todo. Lo que cura es el trabajo que hacemos con ese tiempo”
- “Pensamos que el peor momento es el fallecimiento, pero en realidad a partir de ahí empezamos a caer”.
Sobre los mitos del duelo
- “El tiempo no lo cura todo. Lo que cura es el trabajo que hacemos con ese tiempo”.
- “El duelo no se supera, el duelo se elabora”.
Sobre la aceptación
“La aceptación no es el final, es el principio. Cuando realmente aceptas que no va a volver, empieza la parte más dura del duelo”
- “La aceptación no es el final, es el principio. Cuando realmente aceptas que no va a volver, empieza la parte más dura del duelo”.
Sobre la culpa en el duelo por suicidio
“En las pérdidas por suicidio hay una sensación de evitabilidad que genera una culpa terrible”.
Sobre el estigma del suicidio
- “El estigma lo genera la sociedad. Pensamos: ‘Eso les pasa a otros, a mí no me va a pasar’. Y es mentira”.
"Muchas familias prefieren decir que su hijo murió por una enfermedad antes que por suicidio, por la vergüenza que genera”
Sobre el silencio y la vergüenza
- “Muchas familias prefieren decir que su hijo murió por una enfermedad antes que por suicidio, por la vergüenza que genera”.
Sobre guardar o quitar las pertenencias
“No hay un tiempo para quitar las cosas. El cuerpo te dirá cuándo estás preparado”.
Sobre el dolor y las redes sociales
- “Tu hijo está en el cementerio y ves en Facebook que el hijo de otro está celebrando su graduación. Eso duele”.
“Haz tu propio duelo, no el duelo que te proponen los demás”
Sobre buscar ayuda
- “La gente quiere ayudar, pero no sabe cómo. Por eso es clave identificar lo que necesitas y pedirlo”.
Consejo para familias en duelo
- “Haz tu propio duelo, no el duelo que te proponen los demás”.
Los grupos de ayuda mutua los dirigen los psicólogos o facilitadores, personas que ya han pasado por la experiencia y atesoran habilidades para ayudar. El director del grupo propone un asunto sobre el que hablar y a partir de ahí se desarrollan las conversaciones.
Paco Manso, presidente de Alma y Vida, cuenta que al principio muchas madres o padres no hablan en las reuniones, solo escuchan porque se sienten incapaces de articular palabra. Oír a los demás les ayuda durante los meses iniciales hasta que algún día sienten la necesidad de ponerle palabras a su drama. Y también cuenta que es posible volver a ser feliz, aunque ya nunca sea como antes.
Contacto con Alma y Vida:
• Teléfono: 657 411 202
• Correo: almayvida@almayvida.es
• Web: www.almayvida.es