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Crónica de un viaje

'De Granada a Vietnam. 50 años después de una guerra que estremeció al mundo'

Ciudadanía - Paco Vigueras - Domingo, 24 de Agosto de 2025
El periodista Paco Vigueras firma está crónica de su viaje al país del sudeste asiático.
La niña del napalm: esta foto de Associated Press, que muestra una niña desnuda y quemada por un bombardeo norteamericano, hizo que el mundo tomara conciencia sobre el terror de la guerra. Podemos verla en el Museo de los Vestigios de la guerra de Vietnam, en ciudad Ho Chi MINH.
Imagen expuesta en el Museo de los Vestigios de la Guerra
La niña del napalm: esta foto de Associated Press, que muestra una niña desnuda y quemada por un bombardeo norteamericano, hizo que el mundo tomara conciencia sobre el terror de la guerra. Podemos verla en el Museo de los Vestigios de la guerra de Vietnam, en ciudad Ho Chi MINH.

Vietnam se ha puesto de moda. Los turistas son capaces de sobrevolar más de 10.000 kilómetros y atravesar dos continentes, atraídos por este país del sudeste asiático, que hace apenas 50 años era noticia permanente en los Telediarios, a causa de la conocida como Guerra de Vietnam (1955-1975).

Nuestra primera visita es al Templo de la Literatura, inspirado en la ciudad china de Qufu y donde se impartían las enseñanzas de Confucio

Después de 15 horas de avión, llegamos a Hanoi, la ciudad más antigua del sudeste asiático, fundada hace mil años por el emperador Ly Thai To. Nuestra primera visita es al Templo de la Literatura, inspirado en la ciudad china de Qufu y donde se impartían las enseñanzas de Confucio. El templo sirvió como centro de educación superior, donde se formaron los mandarines durante más de siete siglos. También fue la sede de la primera Universidad de Vietnam, fundada en 1076. Destruido por las bombas francesas en 1947, durante la primera guerra de Indochina, el Templo de la Literatura fue cuidadosamente reconstruido, hasta convertirse hoy en uno de los monumentos más visitados del país asiático.

Templo de la Literatura, sede de la primera Universidad de Vietnam, fundada en 1076, donde se impartían las enseñanzas de Confucio.

Uno de cada 10 vietnamitas vive hoy en Hanoi, capital de un país con 100 millones de habitantes. En la actualidad, los turistas pasan auténticos apuros para pasear por la bulliciosa Hanoi, con miles de motos rugiendo en sus calles y las aceras ocupadas por mercadillos, centenares de comedores populares y cafeterías

Hanoi fue una ciudad pujante hasta el siglo XIX, cuando llegaron los franceses y empezaron a derribar templos, pagodas y edificios históricos para levantar el nuevo barrio europeo, en un acto de vandalismo urbano y cultural. Y el líder carismático, Ho Chi Minh, que en vietnamita significa "el que ilumina", derrotó al imperio francés en la batalla de Dien Bien Phu y logró la independencia en 1945, convirtiendo a Hanoi en capital de la República Democrática de Vietnam.

Uno de cada 10 vietnamitas vive hoy en Hanoi, capital de un país con 100 millones de habitantes. En la actualidad, los turistas pasan auténticos apuros para pasear por la bulliciosa Hanoi, con miles de motos rugiendo en sus calles y las aceras ocupadas por mercadillos, centenares de comedores populares y cafeterías, donde podemos degustar el típico "café con huevo" vietnamita. Precisamente, Vietnam se ha convertido en el segundo exportador de café, a nivel mundial, después de Brasil. También ha desarrollado una importante industria textil, en la que destaca sobre todo la confección de la seda, en la ciudad de Hoian. Y cada vez compite más en la fabricación de chips y equipos de alta tecnología.

Marionetas de agua 

Entre los espectáculos callejeros, destaca "la calle del tren". La atracción turística consiste en ver pasar un ferrocarril a una velocidad de vértigo y a escasos centímetros de las casas; pero que no te engañen, no deja de ser una "turistada". Lo que de verdad merece la pena es ir al teatro para disfrutar con las célebres Marionetas de Agua, reflejo de su antiguo esplendor cultural.

En el pasado, este espectáculo se hacía en los ríos, lagos o arrozales de las aldeas. Hoy se representa en grandes estanques instalados en teatros. Ocultos tras el escenario y con el agua hasta la cintura, los maestros titiriteros manejan sus marionetas de madera al ritmo de la música interpretada por una orquesta tradicional. Los efectos especiales, como dragones que escupen fuego, humo o fuegos artificiales, añaden emoción al espectáculo.

Bahía de Halong

Desde Hanoi nos trasladamos a la Bahía de Halong, que en los últimos años se ha convertido en un poderoso reclamo turístico del país asiático y en una importante entrada de divisas para la economía vietnamita. Miles de turistas navegan en cruceros por un paisaje de película, entre formaciones kársticas de roca caliza. Dice la leyenda que un dragón gigantesco formó esta bahía, cuando se lanzó al Golfo de Tonkín y creó múltiples islotes y rocas, dando salvajes coletazos. Precisamente, Halong significa Dragón Descendiente. Con una extensión de 1.500 kilómetros cuadrados, la bahía cuenta con más de 2.000 rocas puntiagudas de piedra caliza, la mayor concentración que existe en el mundo. Una espectacular topografía, creada por la erosión, a lo largo de milenios.

Miles de turistas navegan en cruceros por la Bahía de Halong, un paisaje de película, con más de 2.000 rocas puntiagudas de piedra caliza.

Muy pocos recuerdan que en esta bahía, azotada por tifones, se inició la guerra de Vietnam, allá por el año 55, que fue televisada en blanco y negro, y cuyas atrocidades conmocionaron al mundo

Pero muy pocos recuerdan que en esta bahía, azotada por tifones, se inició la guerra de Vietnam, allá por el año 55, que fue televisada en blanco y negro, y cuyas atrocidades conmocionaron al mundo. Tras la desclasificación parcial de los archivos secretos de la guerra, hoy sabemos que el primer ataque vietnamita al buque Maddox, fondeado por la Armada de Estados Unidos en el Golfo de Tonkín, fue en realidad una trampa. Y que el segundo ataque nunca existió. Todo fue una conspiración urdida por la CÍA para involucrar, aún más en la guerra, al gobierno estadounidense. A partir de entonces, el Congreso tuvo la excusa para autorizar el incremento de los bombardeos sobre el norte, así como el desembarco masivo de marines norteamericanos.

La ciudad imperial de Hué 

Continuamos nuestro viaje hacia Hué, la antigua capital imperial, en el centro de Vietnam. Allí nos espera la Ciudadela, construida entre 1805 y 1832 por la dinastía Nguyen. Antes de entrar, llama nuestra atención la Torre de la Bandera y accedemos por la majestuosa entrada principal, un formidable ejemplo de la arquitectura Ngo Mon. Ya en el interior, nos dirigimos al Palacio de la Suprema Armonía. Con 80 columnas de madera, lacadas en rojo y decoradas con dragones dorados, es el palacio más impresionante que se conserva en Hué, que en 1993 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Destaca el salón del trono de los emperadores Nguyen. Este palacio fue escenario de coronaciones y recepción de embajadores extranjeros. El emperador ocupaba el trono, ataviado con una corona de nueve dragones, una túnica dorada y un cinturón de jade. Y en la sala, sólo podían permanecer los mandarines más experimentados. Dentro de la Ciudadela también hay una Ciudad Púrpura Prohibida, que nos recuerda a la de Pekín. Sólo el emperador podía acceder a este recinto y cualquier hombre que osara atravesar su puerta era condenado a muerte. La Ciudad Púrpura tuvo que ser restaurada, pues sufrió importantes daños a causa de los bombardeos de 1968, con los que Estados Unidos intentó frenar el avance de los comunistas. No lo consiguió y la conocida como ofensiva del Tet fue decisiva para poner fin a la guerra.

Memorial de My Lai 

Una guerra cada vez más impopular, desde que tropas norteamericanas masacraron a los habitantes de una aldea vietnamita, el 16 de marzo de 1968. Por este motivo, es visita obligada el Memorial de My Lai, en la provincia de Quang Ngai, en el centro de Vietnam. Aunque las agencias de viaje no lo incluyen en su ruta, merece la pena salir del grupo y hacer una escapada. Este Memorial recuerda a las 504 víctimas, familias campesinas completas, con mujeres, niños y ancianos. Una masacre contra población civil indefensa, que estremeció a toda la humanidad. Fue el principio del fin de esta guerra, en la que el pueblo vietnamita derrotó, contra todo pronóstico, a la primera potencia militar del mundo.

Podemos ver una recreación de la aldea vietnamita que fue escenario de esta matanza y varias fosas comunes señalizadas. Asimismo, un grupo escultórico rinde homenaje a las víctimas y un mural recuerda sus nombres. Resulta desgarrador comprobar que, entre las víctimas, hubo niños de 8, 4 y hasta 2 años. En ese instante, recordé a los miles de niños que están siendo masacrados o mueren de hambre en Gaza, por los bombardeos y el bloqueo israelí.

Paco Vigueras en el grupo escultórico que rinde homenaje a las 504 víctimas de la aldea de My Lai. Familias campesinas completas: mujeres, ancianos y hasta niños de 8, 4 y 2 años, que fueron masacradas por los marines estadounidenses. Este crimen de guerra hizo que el conflicto de Vietnam fuera cada vez más impopular.

Ciudad Ho Chi Minh

Y por fin nos dirigimos a ciudad Ho Chi Minh, antigua Saigón, la capital del sur de Vietnam. En 1975, la República Democrática de Vietnam derrotó a Estados Unidos y unificó el país, dando lugar al nacimiento de la República Socialista de Vietnam. Saigón pasó entonces a llamarse Ciudad Ho Chi Minh, en honor a su líder carismático, conocido por los vietnamitas como el Tío Ho. Precisamente, una estatua de Ho Chi Minh preside la Plaza de Lam Son, donde está el Ayuntamiento. Uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, que nos recuerda su pasado colonial. Obra del arquitecto francés P. Gardes, está inspirado en el Ayuntamiento parisino, en el que sobresale la torre del reloj. Primero fue sede del Comité Popular y actualmente acoge las oficinas de la administración municipal.

No podemos irnos de esta plaza sin tomarnos una copa en el célebre Hotel Continental, donde se alojaron periodistas como Walter Cronkite, durante la guerra de Vietnam. Los corresponsales pasaban horas en la terraza del bar a la que apodaron Plataforma Continental

En la misma plaza, encontramos el Teatro Municipal, también de estilo colonial, dedicado a espectáculos diversos, como el teatro tradicional vietnamita, música clásica occidental e incluso conciertos de rock. Y no podemos irnos de esta plaza sin tomarnos una copa en el célebre Hotel Continental, donde se alojaron periodistas como Walter Cronkite, durante la guerra de Vietnam. Los corresponsales pasaban horas en la terraza del bar a la que apodaron Plataforma Continental. También fueron huéspedes de este hotel el poeta indio Rabindranath Tagore, el escritor francés André Malraux y el británico W. Somerset. Pero fue el autor británico Graham Greene, que se alojó en este hotel en 1955, el que inmortalizó El Continental en su novela "El americano impasible".

Seguimos caminando por ciudad Ho Chi Minh y destacan en el cielo las dos agujas de 40 metros de altura de la conocida como Catedral de Notre Dame vietnamita. La mayor iglesia construida en 1880, durante la colonización francesa, y el edificio más alto de la ciudad. Parece construida en ladrillo, pero sus muros son en realidad de granito con azulejos rojos procedentes de Marsella. Originalmente lucía vidrieras de Chartres, pero fueron destruidas durante la segunda guerra mundial y reemplazadas por vidrio transparente. Y los dos campanarios, rematados por cruces, fueron añadidos en 1895 y cada uno alberga seis campanas de bronce. Lamentablemente, la basílica está en obras por reformas y, por tanto, cerrada al turismo.

También nos llaman la atención los cuatro minaretes dorados de la Mezquita, aunque la mayoría de los turistas se pierden esta joya arquitectónica. Construida en 1935 por la comunidad islámica del sur de la India, la mezquita ofrece una visión completa de la vida y creencias de los 75.000 musulmanes vietnamitas. Tan sólo hay que quitarse el calzado antes de entrar y llevar ropa discreta para disfrutar de un lugar tranquilo y fresco.

Oficina Central de Correos, con su bóveda espectacular y bajo la atenta mirada de Ho Chi Minh, el líder revolucionario conocido por los vietnamitas como el Tío Ho.

Podemos considerar que este edificio, con su espectacular bóveda, es un auténtico templo del correo, bajo la atenta mirada de Ho Chi Minh

Y acabamos nuestro paseo urbano en la Oficina Central de Correos, seguramente el edificio más emblemático de la época colonial, diseñado a finales del siglo XIX por el arquitecto francés Gustave Eiffel, que diseñó también la Torre Eiffel y la Estatua de la Libertad. Sobre su fachada amarilla brillante vemos grabados los rostros de científicos, como Benjamin Franklin, Michael Faraday o Michel Foucault. Podemos considerar que este edificio, con su espectacular bóveda, es un auténtico templo del correo, bajo la atenta mirada de Ho Chi Minh. Un enorme retrato del líder revolucionario preside el gran salón y contempla la actividad diaria.

Museo de la Guerra del Vientam 

De todos los museos que hay en ciudad Ho Chi Minh, sin duda el más visitado es el Museo de los Vestigios de la Guerra de Vietnam. Un conflicto bélico que forma parte de nuestras vidas y que fue inmortalizado por el cine con títulos míticos, como Apocalypse Now de Francis Ford Coppola, La Chaqueta Metálica de Stanley Kubrick, y Platoon o Nacido el 4 de julio de Oliver Stone.

En la sección Crímenes de Guerra, podemos ver la histórica fotografía de la niña Kim Phuc, de 9 años, desnuda y gravemente quemada, huyendo por la carretera de un bombardeo americano con Napalm

En la sección Crímenes de Guerra, podemos ver la histórica fotografía de la niña Kim Phuc, de 9 años, desnuda y gravemente quemada, huyendo por la carretera de un bombardeo americano con Napalm. Afortunadamente, la pequeña Phuc sobrevivió. La imagen, que fue tomada el 8 de junio de 1972, en las afueras de la aldea de Trang Bang, captó el trauma y la violencia indiscriminada de un conflicto que se cobró la vida de tres millones y medio de vietnamitas. Aunque oficialmente se titula “El terror de la guerra”, la foto es más conocida como la “Niña del napalm”. La autoría de la icónica imagen se la disputan dos fotoperiodistas: Nick Ut y Nguyen Thanh Nghe.

En otro expositor, encontramos la segunda foto que estremeció al mundo: la brutal ejecución de un miliciano del vietcong, el 1 de febrero de 1968

En otro expositor, encontramos la segunda foto que estremeció al mundo: la brutal ejecución de un miliciano del vietcong, el 1 de febrero de 1968. El jefe de la Policía Nacional de Saigón acabó con la vida del guerrillero, preso y con las manos atadas a la espalda, mediante un disparo en la cabeza. La imagen fue captada por la cámara del fotoperiodista Edward Addams y dio la vuelta al mundo. 

Fueron dos disparos que cambiaron para siempre la guerra de Vietnam. El primero, lo hizo el jefe de la policía. El segundo, lo hizo Edward Adams, fotógrafo de Associated Press. La foto de Adams registra el momento exacto en el que la bala hace estallar el cráneo del miliciano, que murió en el acto. Años después, Addams declaró: "Gané el Premio Pulitzer en 1969 por la foto de un hombre que disparaba a otro. En esa foto murieron dos personas: el que recibió la bala y el militar que mató al vietcong; yo maté al general con mi cámara".

La segunda foto que estremeció al mundo fue la brutal ejecución de un miliciano del vietcong por el jefe de la policía nacional de Saigón, que le disparo a bocajarro y en la cabeza. Foto: Eduardo Addans, Associated Press.

Sin embargo, las imágenes más espeluznantes están en la sala dedicada a las víctimas del agente naranja, que sufrieron deformaciones genéticas. Entre los objetos más perturbadores, podemos ver los recipientes donde se conservan fetos deformados, a causa de la guerra química. El ejército estadounidense llegó a arrojar 82 millones de litros de esta sustancia tóxica sobre 22.000 hectáreas de la densa selva vietnamita. Una vez arrasados los bosques, la guerrilla del vietcong no podía ocultarse en la jungla y se vio obligada a esconderse bajo tierra.

Fotos icónicas expuestas en el Museo de los Vestigios de la guerra de Vietnam, en ciudad Ho Chi Minh, que reflejan el horror de la guerra.

En los túneles del Cu Chí

He visitado los túneles de Cu Chí, a 40 kilómetros de ciudad Ho Chi Minh, para conocer cómo la guerrilla del Vietcong resistía los masivos bombardeos americanos y organizaba ataques sorpresa. En total, son 200 kilómetros de túneles, excavados a pico y pala a 3, 6 y 10 metros de profundidad. Una auténtica ciudad subterránea, equipada con hospitales para los heridos, y almacenes de alimentos y munición.

El ejército estadounidense conocía su existencia, pero nunca llegó a descubrirlos del todo

El ejército estadounidense conocía su existencia, pero nunca llegó a descubrirlos del todo.Y si encontraba algún túnel, tenía la entrada muy estrecha para que los soldados norteamericanos, más corpulentos que los vietnamitas, no pudieran atravesarlo. Pero si alguno se atrevía, le esperaban en el interior trampas explosivas y otras fabricadas con pinchos de bambú, que convertían los túneles en agujeros mortales.

Paco Vigueras en los túneles de Cu Chí. Los turistas pueden entrar en los túneles, donde se ocultaba la guerrilla del vietcong para resistir a los bombardeos americanos con napalm y agente naranja. Pero hay que prepararse psicológicamente para superar la sensación de claustrofobia.

El turista puede entrar en un túnel a tres metros de profundidad y recorrer en cuclillas de 20 a 30 metros bajo tierra. Ya no hay trampas, pero sí hay que prepararse psicológicamente para superar la sensación de claustrofobia. De hecho, cada vez son más los turistas que se atreven, siendo uno de los principales atractivos de la visita a los túneles de Cu Chí.

Un mural recuerda hoy, en Washington, a los sesenta mil marines estadounidenses que perdieron la vida en la guerra de Vietnam. Haría falta un mural, mucho más largo, para poner los nombres de los tres millones y medio de vietnamitas, masacrados en aquella guerra atroz.

Navegando por el delta del Mekong

40.000 kilómetros cuadrados, en los que viven más de 17 millones de vietnamitas

Nos despedimos de Vietnam, navegando por el legendario Delta del río Mekong: 40.000 kilómetros cuadrados, en los que viven más de 17 millones de vietnamitas. La mejor forma de conocer el Mekong es alquilando un Sampán o barco tradicional para recorrer un laberinto de canales, con las típicas casas construidas sobre pilotes de bambú, donde reside la mayoría de la población. Precisamente, el Delta del Mekong es también conocido como la Venecia de Vietnam. Y merece la pena visitar los célebres mercados flotantes, siendo el mercado de Cai Rang uno de los más bulliciosos. Incluso podemos hacer una visita cultural al Museo de Can Tho, que nos recuerda la agitada historia de esta región, la más meridional del país asiático.

El río Mekong nace en la meseta tibetana y recorre seis paises asiáticos: China, Myanmar, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam, hasta desembocar por la costa vietnamita, en el mar de China meridional, convertido ya en Delta. A lo largo de sus 4.880 kilómetros de longitud, se cultivan grandes extensiones de arroz y frutales, como cocoteros o mangos, alimento básico de la población.

El delta del Mekong es también conocido como la Venecia de Vietnam. La mejor forma de conocerlo es alquilando un Sampán o barco tradicional para recorrer el laberinto de canales.

El Delta del Mekong es también conocido como la Venecia de Vietnam. Y merece la pena visitar los célebres mercados flotantes, siendo el mercado de Cai Rang uno de los más bulliciosos

Los habitantes del Mekong han logrado sobrevivir a frecuentes inundaciones. También han resistido a la colonización francesa y a la ocupación camboyana, que cometió terribles masacres en muchas de sus aldeas. Y sobre todo, han sido víctimas de los devastadores bombardeos con agente naranja, por parte de la aviación estadounidense, durante la guerra de Vietnam; con graves deformaciones genéticas para la población y secuelas ecológicas para la jungla vietnamita.

Granja de cocodrilos.

No obstante, 50 años después, el Delta del Mekong se recupera lentamente de sus heridas. El suelo fértil, la exuberante vegetación, los densos manglares y la selva tropical vuelven a ser el habitat de gran variedad de flora y fauna, con algunas especies endémicas. Podemos ver serpientes autóctonas, como la temible cobra real o la pitón reticulada. Y sorpresa: granjas de cocodrilos, donde el gobierno vietnamita cría a estos imponentes reptiles para prevenir su extinción. El Mekong se está convirtiendo en una impresionante reserva de la biodiversidad.

Fotografías: aportadas por el autor