Artículo de Opinión por Francisco Vigueras

Reivindicamos todos los nombres de la tapia

Ciudadanía - Francisco Vigueras - Martes, 18 de Julio de 2017
El periodista Francisco Vigueras, destacado representante de la Asociación Granadina Verdad, Justicia y Reparación, reivindica la necesidad de dignificar la memoria de las víctimas del franquismo y urge el desarrollo de la Ley de Memoria de Andalucía, para que no se convierta en 'papel mojado'.
La tapia del cementerio de Granada, Lugar de Memoria Histórica.
VJR Granada
La tapia del cementerio de Granada, Lugar de Memoria Histórica.

Un año más, rendimos homenaje a las víctimas del franquismo en las tapias del cementerio de Granada, declaradas Lugar de Memoria Histórica de Andalucía el 5 de octubre de 2012. No fue tarea fácil conseguir esta declaración y poner la placa que recuerda a los 4.000 granadinos asesinados en esta tapia por defender la legalidad democrática de la República.

Recordemos que el gobierno municipal del Partido Popular arrancó cinco placas, a pesar del valor sentimental que tenían para los familiares de las víctimas. Las asociaciones memorialistas pedíamos respeto, pero la derecha nostálgica del franquismo respondió con desprecio, haciendo todo lo posible para borrar la memoria de los demócratas fusilados en este muro del terror. No lo ha conseguido.

Por tanto, esta placa representa el mayor éxito del movimiento memorialista en Granada. Hoy se ha convertido en un lugar en el que los familiares pueden hacer una ofrenda floral para recordar a sus seres queridos, pero también un lugar que mantiene viva la memoria colectiva y cumple una función pedagógica. Hemos logrado que las personas que pasan por la tapia nunca olviden este crimen de lesa humanidad, esta violación masiva de los derechos humanos, con el objetivo de que no se repita jamás.

Estamos hablando de uno de los episodios mejor documentados de la represión franquista. Que los fusilados tenían nombres y apellidos, como Antonia Molina, asesinada en este muro con apenas 13 años. Como el alcalde Manuel Fernández Montesinos o el concejal Juan Fernández Rosillo. Como el presidente de la Diputación, Virgilio Castilla o el director de El Defensor de Granada, Constantino Ruiz Carnero. Como Ricardo Beneyto, comandante de la guerrilla antifranquista y último en ser ejecutado en 1956. Y como tantos maestros, sindicalistas o jornaleros. 20 años fusilando sin piedad. Si quisiéramos leer los nombres de los 4.000 granadinos asesinados en esta tapia, tardaríamos más de tres horas. Sin embargo, han pasado ya casi cinco años desde la colocación de la placa, y todavía estamos esperando el Memorial con todos los nombres, prometido por la Dirección General de Memoria Democrática.

Aún no hemos perdido la esperanza en la Ley de Memoria de Andalucía, aprobada el pasado 15 de marzo por el Parlamento Autonómico. Pensamos que puede ser un instrumento para conocer la verdad y hacer justicia a los represaliados por la dictadura. Sin embargo, vemos con preocupación que, cuatro meses después, esta Ley sigue sin normativa y no se aplica, convirtiéndose de hecho en papel mojado.

'¿De qué vale una ley que no se cumple ni se respeta?'

Nos preguntamos: ¿de qué vale una ley que no se cumple ni se respeta? Así lo pudimos comprobar recientemente en el funeral del jerarca falangista José Utrera Molina en Nerja, convertido en homenaje a un criminal de guerra. Un acto de apología del franquismo y una provocación hacia las víctimas de la dictadura, que se ha celebrado con total impunidad.

No olvidamos tampoco los twitter ofensivos de dos concejales del Partido Popular en Huétor Tájar, que insultaron al cantaor flamenco Juan Pinilla por haber criticado a Franco. Ambos ediles expresaban sus simpatías por el dictador, a pesar de ser cargos públicos en una institución democrática como el Ayuntamiento. Otro delito de apología del fascismo que ha vuelto a quedar impune.

Y en el Patio de Santiago del cementerio municipal de Granada, podemos leer todavía: “Aquí yacen los caídos por Dios y por la Patria”, un epitafio que rinde homenaje a los colaboradores de los golpistas. Estamos ante otro ejemplo de apología del golpe militar, a pesar de que el alcalde Francisco Cuenca se había comprometido a limpiar Granada de símbolos fascistas. ¿Hasta cuándo tendrán que soportar este agravio las víctimas de la dictadura?

La esperanza puesta en la ley andaluza empieza a desvanecerse y podría ser motivo de una nueva frustración, como ocurrió con la Ley de Memoria Histórica de Zapatero 52/2007. Es inaceptable que, diez años después de su aprobación, todavía tengamos más de 100.000 desaparecidos en fosas comunes, símbolos franquistas en calles y plazas, y el desconocimiento, por parte de las jóvenes generaciones, del sacrificio que hicieron las víctimas del franquismo, pues perdieron la vida por defender las libertades democráticas. Todo ello, consecuencia de la mezquina labor de desmemoria realizada por el actual gobierno del Partido Popular, pero también de la tibieza y falta de compromiso de anteriores gobiernos del PSOE.

El pasado 15 de junio, el Congreso celebró el 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas en 1977. Sus señorías desataron una polémica sobre la ausencia del Rey; sin embargo, nadie recordó a los verdaderos ausentes: los desparecidos del franquismo, víctimas de la dictadura, pero también del pacto de silencio de la transición. Lamentable e inadmisible.



El periodista Francisco Vigueras en un acto en homenaje a las víctimas celebrado el pasado año junto a la tapia del cementerio.