El peligroso oficio de contar la verdad
Un año más, los periodistas nos concentramos hoy en la antigua sede de El Defensor de Granada, con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa. El diario republicano fue violentamente cerrado por los militares golpistas en 1936 y su director, Constantino Ruiz Carnero, fusilado en las tapias del cementerio. El antiguo edificio de la calle San Matías, donde se hacía El Defensor, fue derribado y su maquinaria expoliada. Ahora es una plaza que preside un monumento dedicado a Ruiz Carnero, convertido en símbolo de los periodistas asesinados por buscar la verdad y ser valientes para contarla.
"El oficio de periodista sigue siendo, 83 años después, el más peligroso del mundo"
El oficio de periodista sigue siendo, 83 años después, el más peligroso del mundo. Centenares de profesionales son detenidos, secuestrados o asesinados por ejercer el derecho a la información. Ha destacado, por su crueldad, el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, muy crítico con el régimen de Arabia Saudí. Sabemos que el 2 de octubre de 2018 Khashoggi fue torturado y descuartizado hasta la muerte en el consulado saudí de la ciudad turca de Estambul. Las investigaciones señalan al príncipe heredero del régimen de Riad como presunto responsable de este crimen, lo que induce a pensar que quedará impune, pues Arabia Saudí es aliado de Estados Unidos en la zona. También en Estambul ha sido asesinado el periodista iraní Saeed Karimian por hacer un periodismo crítico con el régimen de Teherán. La policía turca continúa investigando, sin resultado.
Seguimos en oriente próximo, pues diez periodistas perdieron la vida el año pasado en Siria, cuando intentaban informar sobre crímenes de guerra. En siete años de conflicto bélico, son ya 211 los informadores asesinados. Según Reporteros Sin Fronteras, Siria vuelve a ser, por cuarto año consecutivo, el país más peligroso del mundo para los periodistas, que se encuentran atrapados por las fuerzas del régimen de Assad y sus aliados y por los grupos yihadistas radicales. Profesionales que sufren intimidación, asesinatos, detenciones ilegales y secuestros. Que arriesgan sus vidas para que el mundo conozca la verdad.
En México, siete profesionales han sido asesinados, en lo que va de año, por informar sobre crimen organizado y corrupción. Los sicarios del narcotráfico actúan con total impunidad, en plena calle y a la luz del día. Es el caso de Jesús Ramos Rodríguez, locutor de radio acribillado a balazos, cuando desayunaba en un restaurante del municipio Emiliano Zapata. No menos espeluznante la muerte de Reynaldo López, también locutor radiofónico, que recibió 16 balazos en el cuerpo; o Santiago Barroso, baleado en Sonora. Los asesinos llamaron al timbre de su casa y, cuando abrió la puerta, le dispararon a bocajarro. Sin olvidar a Agustín Silva, un joven periodista de 21 años que está desaparecido y en cualquier momento podría aparecer su cadáver.
"En Europa, siete periodistas han perdido la vida, en poco más de un año, por informar sobre casos de corrupción, abusos de poder y actividades de la mafia"
Y en Europa, otros siete periodistas han perdido la vida, en poco más de un año, por informar sobre casos de corrupción, abusos de poder y actividades de la mafia. El caso más estremecedor ha sido el de Viktoria Marinova, reportera de la televisión búlgara, que apareció violada, golpeada y estrangulada en un parque de su ciudad. También sobrecoge el caso del periodista de Malta, Daphne Caruana, asesinado por un coche-bomba activado a distancia; o la periodista sueca Kim Wall, que desapareció cuando realizaba un reportaje y su cuerpo mutilado apareció en el mar, casi 12 días después. No menos atroz fue la muerte del periodista ruso Nicolai Andrushchenko, que recibió una paliza brutal por parte de un grupo, aún sin identificar.
A esa larga lista de muerte y horror contra los profesionales de la información, hay que añadir los 170 periodistas que están encarcelados en el mundo. Destacan China, Egipto y Arabia Saudí, aunque es Turquía, con 30 informadores en la cárcel, la que más reprime el derecho a la información. Sin embargo, ha sido el periodista de Wikileaks, Julián Assange, el caso más alarmante. Assange está en la cárcel, acusado de alta traición por divulgar información clasificada sobre presuntos crímenes de guerra, cometidos por el ejército de Estados Unidos en Irak. Es decir, han eliminado al mensajero para que no se conozca la verdad.