‘Despedida’

El año 2017 fue el año del atentado en las Ramblas de Barcelona, el año en que Macrón ganó la presidencia en Francia, el del inicio del Brexit. Cosas que parecen ya tan lejanas porque la realidad corre demasiado deprisa y no somos capaces de seguirle el ritmo.
También en la ciudad se han notado esos nuevos aires, haciendo necesarios pactos y consensos entre fuerzas políticas dispares para conseguir una gestión más eficaz y con la vista puesta en mejorar la vida de las personas
También era el segundo año de mandato de los socialistas en el ayuntamiento de Granada, tras la detención de Torres Hurtado, enfrentándose a esa gestión en minoría, con una deuda municipal de más de 300 millones de euros.
Los ocho años pasados desde entonces han sido, a nivel nacional, escenario de un aumento en la fragmentación del espectro político, con la aparición de nuevos partidos que han modificado las formas clásicas de ejercer la política, con la necesidad de negociaciones y pactos para garantizar la gobernabilidad y con la implantación de formas más dinámicas de participación y representación en las organizaciones políticas.
También en la ciudad se han notado esos nuevos aires, haciendo necesarios pactos y consensos entre fuerzas políticas dispares para conseguir una gestión más eficaz y con la vista puesta en mejorar la vida de las personas. En ese sentido hay que interpretar los pactos que el PSOE y IU lograron en varias legislaturas, con muy buenos resultados en lo que se refiere a la gestión municipal (reducción de la deuda, por ejemplo).
Por mi parte, han sido muchos años ejerciendo una responsabilidad intensa dentro de la organización; en distintas tareas, pero siempre dentro de la ejecutiva local. Con Chema rueda al mando o con Paco Cuenca. Han sido años, en lo político, de una intensidad y un desconcierto de alto voltaje
Por mi parte, han sido muchos años ejerciendo una responsabilidad intensa dentro de la organización; en distintas tareas, pero siempre dentro de la ejecutiva local. Con Chema rueda al mando o con Paco Cuenca. Han sido años, en lo político, de una intensidad y un desconcierto de alto voltaje. En el contexto mundial, nacional o local. Mucho, muchísimo trabajo, mucha ilusión, también decepciones. Es lo que tiene la política: no solo ocupa tu tiempo; te llena también la cabeza y, de forma inevitable, te invade igualmente el corazón.
El balance de estos más de 10 años es difícil de concretar, como lo es la realidad en la que vivimos. Porque es cierto que el PSOE de la ciudad ha alcanzado resultados electorales inimaginables (en torno a 36.000 votos en las municipales de 2019 y 2023) en una ciudad de las características de Granada. Pero esos resultados no se han correspondido, en ninguna de las dos ocasiones y en ambas por motivos muy diversos, con alcanzar el gobierno de la ciudad. Así que, una triste victoria. La interpretación del contexto sociopolítico, no solo local o precisamente cada vez menos local, la lectura de las demandas ciudadanas de forma lo más ajustada a la realidad posible, son algunas de las amenazas a las que nos hemos enfrentado. Probablemente lo seguirán siendo en los años venideros.
Quiero creer que la labor de la comisión ejecutiva local, como coordinadora de esfuerzos y planificadora de acciones, ha tenido algo que ver en ello. Y creo que la planificación de actividades, la elaboración de estrategias ha sido una de las mayores fortalezas del trabajo que hemos realizado en los últimos ocho años
También es cierto que el trabajo emprendido por esas dos ejecutivas de las que he formado parte que iba dirigido, de forma muy directa, al incremento de la participación de la militancia y a fortalecer la presencia del partido en el tejido social, ambos retos difíciles. Lo siguen siendo y no solo para nuestra organización, también se enfrentan a estas posibles debilidades la mayoría, si no la totalidad, de las organizaciones políticas.
Frente a ello, es relevante destacar que, en tiempos de antipolítica, de desencanto y demonización de todo lo que tenga que ver con la res pública nuestro partido ha seguido incorporando personas a la militancia. Es cierto que no se trata de un fenómeno masivo, que no son multitudes quienes se deciden a dar el paso de tener un carnet y pagar una cuota. Pero también es cierto que esas personas han decidido dar un paso al frente y adquirir un compromiso con unos valores que, en estos momentos de globalización, terraplanismo y nanosfera, son altamente valiosos. Quiero creer que la labor de la comisión ejecutiva local, como coordinadora de esfuerzos y planificadora de acciones, ha tenido algo que ver en ello. Y creo que la planificación de actividades, la elaboración de estrategias ha sido una de las mayores fortalezas del trabajo que hemos realizado en los últimos ocho años.
También creo que la labor realizada en estos años, recogiendo el esfuerzo de muchas personas que trabajaban por objetivos similares antes que nosotras, ha sido capaz de abrir puertas y oportunidades, en la calle y en las instituciones
También creo que la labor realizada en estos años, recogiendo el esfuerzo de muchas personas que trabajaban por objetivos similares antes que nosotras, ha sido capaz de abrir puertas y oportunidades, en la calle y en las instituciones. Oportunidades que han de convertirse en realidades y que necesitan, como antes, como siempre, del esfuerzo y la implicación de toda la militancia. Pero también de que seamos capaces, como colectivo, de hacer partícipes de nuestro proyecto (de ciudad, de futuro) a un buen puñado de granadinas y granadinos.