EL AUMENTO DE LA TEMPORALIDAD ANULA EL IMPACTO DE UNA MAYOR CONTRATACIÓN EN EL EMPLEO

Más contratos, pero menos trabajo

E+I+D+i - José Miguel Muñoz - Domingo, 9 de Agosto de 2015
En Granada se firman cada vez más contratos de trabajo y las listas del paro, aunque a un ritmo mucho más bajo que la media nacional, empiezan a bajar. Sin embargo, más contratos no implican más empleo, algo a lo que suelen aludir los sindicatos. Si comparamos el tipo de pactos laborales que se hacen en 2015 con los que se firmaban en 2007, antes de la crisis, en aquel año, con menos contratos laborales, se generaba más trabajo que ahora. La causa es el aumento de la contratación temporal de muy corta duración y a tiempo parcial. Cada vez se necesitan más contratos para generar un año de trabajo. En la primera mitad de 2015, con 237.000 contratos, se ha generado el equivalente a 101.300 contratos de un año o más de duración. En 2007, con bastantes menos contratos, unos 209.000, el equivalente a contratos de un año o más fueron 106.200. Hay más contratos ahora, pero generan menos trabajo.
Trabajadores en la construcción de un tramo de la autovía A-7.
M. RODRÍGUEZ
Trabajadores en la construcción de un tramo de la autovía A-7.

Los datos dicen que Granada está reduciendo su lista de parados. En julio bajó en 2.382 personas respecto al mes anterior. Ahora hay menos de 100.000 desempleados registrados en la provincia (99.002, según el SEPE, el antiguo Inem), 2.706 parados menos que hace un año. Se reduce el desempleo, aunque a un ritmo mucho más bajo que la media (un 2,66% anual en Granada frente al 8,45% nacional).

Los datos también dicen que cada vez se hacen más contratos de trabajo en la provincia. En la primera mitad de este 2015 se han firmado 237.198 contratos laborales. Entre enero y junio de 2014 fueron 230.104, 7.000 menos que ahora. Se firman más contratos incluso que antes de la crisis, pues en la primera mitad de 2007 se suscribieron 209.237 contratos, unos 28.000 menos que ahora.

Sin embargo, los sindicatos no dejan de alertar de que ahora el empleo se ha vuelto más precario, más temporal, de peor calidad y con salarios más bajos. Llegan a afirmar, no solo los sindicatos, sino algunos economistas de prestigio, que no se está creando empleo, sino que lo que se está haciendo es trocear el trabajo que hay, repartirlo entre más gente.

¿Hasta qué punto es verdad?

Si se analizan a fondo los datos sobre contratación que ofrece el SEPE, se puede encontrar respuesta a esa pregunta. Este periódico ha comparado las cifras de los contratos firmados en la primera mitad de 2007, antes de la crisis, y los suscritos en el primer semestre de este año. Y las conclusiones son llamativas.

La primera gran variación entre el tipo de contratos de 2007 y los de ahora es el peso de los contratos fijos y los temporales. Entre enero y junio de 2007, de los 209.237 contratos laborales firmados, 12.874 fueron indefinidos (el 6,15% del total). En este año (primer semestre) se han suscritos más pactos, 237.198, pero hay menos contratos fijos, 8.103, el 3,4%.

Dentro de esos contratos fijos, también hay diferencias. En 2007, el 23,7% de los contratos indefinidos eran a tiempo parcial. Ahora son el 31%. Y del 7,8% de fjos discontinuos se ha pasado al 10,6% de 2015.

CONTRATOS EN EL PRIMER SEMESTRE
Año Total Fijos Porcentaje Temporales Porcentaje
2015 237.198 8.103 3,42% 229.095 96,58%
2007 209.237 12.874 6,15% 196.363 93,85%

Fuente: Servicio Público de Empleo Estatal

Pero las mayores diferencias están en la contratación temporal. La inmensa mayoría de contratos temporales se reparten en dos modalidades: los de obra o servicio, y los eventuales por circunstancias de la producción. Los primeros tienen el objetivo teórico de cubrir una tarea determinada en la empresa, con una duración determinada. Y los segundos, hacer frente a un pico de actividad que también tiene un horizonte más o menos claro, aunque en muchas ocasiones tanto unos como otros contratos se prolonguen una y otra vez y se conviertan en indefinidos de facto, y por lo tanto caigan en fraude de ley.

Y lo cierto es que estos contratos temporales son ahora cada vez más temporales. Los de obra o servicio con duración máxima de 7 días suponían en 2007 el 5% de ese tipo de contratos. Ahora representan el 14%. Si ampliamos la duración a un mes de máximo, del 9,3% antes de la crisis hemos pasado al 23% de 2015, es decir, ahora casi uno de cada cuatro contratos de obra o servicio dura menos de un mes.

Algo parecido pasa con los eventuales por circunstancias de la producción. En este caso el periodo mínimo que ofrecen las estadísticas es de duración igual o inferior a un mes, que suelen ser la mayoría. Pero esa mayoría también ha crecido. En 2007 suponían el 75% de ese tipo de contratos y en 2015, el 86%.

Esos contratos, además de durar menos, también conllevan menos horas diarias de trabajo y, por tanto, de sueldo. En los de obra y servicio, un 19% eran a tiempo parcial en 2007. Este año suponen el 30%. Y en los de circunstancias de la producción, la contratación parcial ha pasado del 16,6% al 26,2% de esos contratos. Unas diferencias que, en el caso de las mujeres, son mucho más amplias. En 2007, de cada 5 contratos eventuales por más producción, 4 eran a jornada completa y 1 a tiempo parcial. Ahora, por cada dos a jornada completa hay uno a tiempo parcial.

De esta forma, si tenemos en cuenta que una persona necesita al menos 48 contratos de una semana para poder trabajar durante un año, o encadenar 12 contratos de un mes, y si encima son a media jornada habría que multiplicar otra vez esa cifra por dos, resulta que, dado el incremento de estas modalidades de empleo, más contratos no tienen por qué implicar más trabajo, sino que, a veces, es todo lo contrario.

Trabajo real inferior a 2007

De hecho, pese a haberse firmado muchos más contratos en la primera mitad de 2015, el trabajo real generado es inferior al de los contratos de 2007, que fueron muchos menos. Por ejemplo, entre enero y junio los 12.436 contratos de obra y servicio que se firmaron con una duración máxima de 7 días (los habrá de siete o de un día), suponiendo que todos hubieran tenido esos 7 días máximo de duración, equivalen a solo 259 contratos de un año.

Si hacemos ese cálculo con el resto de modalidades (de 15 a 30 días de duración, de 1 a 3 meses, etc.) y tipologías de contrato, y usando siempre el periodo máximo posible en cada caso, los más de 237.000 contratos firmados en el primer semestre de este año equivalen a unos 101.300 contratos de un año o más de duración, mientras que los 209.000 de 2007, muchos menos que este año, suponen unos 106.200 contratos de un año o más. Con menos contratos se generó más trabajo.

A eso hay que añadir que el 29% del total de contratos de 2015 (fijos y temporales) son a tiempo parcial, mientras que en 2007 fueron el 18%. Si descontamos los contratos a tiempo parcial en cada una de las cifras totales de contratos, vemos que en 2015 se han firmardo algo más de 168.000 contratos a jornada completa, por los más de 171.000 de 2007. Es decir, pese a haberse suscrito muchos menos contratos en 2007 que ahora, entonces se generó más trabajo y de mayor duración.