El gobierno de Cs y PP, a examen

Cien días de gobierno bipartito en la capital para poner el contador a cero

Política - M.A./J.I.P. - Domingo, 22 de Septiembre de 2019
El debate en torno a la alternancia en la Alcaldía alentado por uno de los socios, el PP, ha marcado estos tres primeros meses de mandato, centrados en encajar las dos piezas del gobierno y en los que los dos partidos exhiben la sintonía con la Junta como mayor valor.
Luis Salvador, durante su intervención en la visita de la consejera de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio, Marifrán Carazo.
J.A./Ayto.Granada
Luis Salvador, durante su intervención en la visita de la consejera de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio, Marifrán Carazo.

Solo hasta que la convocatoria de Elecciones Generales no se vislumbró con mayor claridad en el horizonte, Ciudadanos y PP hicieron visible un pacto de no agresión tras la andanada de Sebastián Pérez quien, al dar por iniciado el curso político a finales del pasado agosto, exigió al alcalde, Luis Salvador, que dijera públicamente que le cedería la Alcaldía en dos años. De lo contrario, los siete concejales del PP le retirarían su apoyo a los cuatro corporativos de Ciudadanos.

Tabla rasa en el 'dos más dos', que no es un invento periodístico ni ha copado titulares porque en el verano haya menos noticias, como ha indicado Salvador para responsabilizar a la prensa de las polémicas que ha tenido que lidiar en este tiempo, sino el eje de los mensajes políticos lanzados por el PP desde que el 15 de junio hiciera alcalde al candidato de Ciudadanos -con la suma indispensable de los tres ediles de Vox-. Eso ha marcado, guste o no, los tres primeros meses de mandato. Porque Cs y PP cerraron a golpe de WhatsApp y con la resistencia de los populares granadinos el acuerdo para la Alcaldía. El de gobierno, con 80 medidas para impulsar durante el mandato, vino semanas después, tras una agria negociación. 

Mientras que en el '2+2' Sebastián Pérez no ha recibido el apoyo de su partido, Cs sí ha dado oxígeno a Luis Salvador

Por eso ahora, en el balance de la gestión es inevitable hablar del desencuentro político exhibido por los dos socios, en este momento bien avenidos y que buscan las fotografías a las que se ha negado durante todo el verano Sebastián Pérez. Un retiro del que salió tras zanjar la Audiencia Provincial la posibilidad de que prosperara la repetición del congreso en el que resultó elegido presidente provincial. Aunque ese alivio no se ha visto reforzado con un respaldo de su partido, ni en Madrid ni en Sevilla, a sus aspiraciones de reclamarle la Alcaldía a Salvador. Por contra, este sí ha recibido oxígeno, el del secretario de Organización, Fran Hervías, que pese a ir modulando cómo se fraguó el pacto -unas diciendo que había documento escrito y otras reconociendo que fue vía aplicación-, ha dejado claro que Ciudadanos estará cuatro años en la Alcaldía. No hay 'apretón de manos' local que valga.

Así que, pese a que en la firma de las 80 medidas que conforman el acuerdo de gobierno de las dos fuerzas políticas -a Vox se llegará después en este análisis- se dijo que a partir de ese momento iban a ser un gobierno, en realidad se han mirado con recelo. Han sido dos partidos en un equipo de gobierno en el que el alcalde tiene cuatro concejales y su socio, siete -el doble si no se cuenta al regidor, como hizo saber Pérez para hacer valer su supuesta fuerza-.

Un alcalde sobreexpuesto 

Salvador a la salida del Meliá el pasado 14 de junio. indegranada

Gobernar con solo cuatro concejales de sus filas sobreexpone al alcalde a declaraciones y fotografías -una de las críticas que más lanzó la oposición al socialista Francisco Cuenca durante sus tres años de mandato-. Tampoco los otros tres han exhibido en este tiempo un perfil que pueda hacerle sombra. Y en una de esas comparecencias vino una polémica generada y acrecentada por el propio Salvador, que rompió de un plumazo el consenso en torno al soterramiento.

Ninguna institución había cuestionado hasta ahora la necesidad de afrontarlo, pero el alcalde, respondiendo a una pregunta que iba dirigida a la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, y de la que recogió el guante él para contestarla, planteó que se estudiaran "alternativas" al soterramiento. Pidió analizar "con sinceridad" cuál era "la mejor fórmula" para la integración.

Después vino la rectificación, para la que abrió un nuevo melón, el de la financiación. Si antes -con un gobierno socialista- las exigencias iban a la Junta de Andalucía para que se comprometiera con Ayuntamiento y Gobierno central para costear el proyecto, ahora Salvador asegura que exigirá al Ministerio de Fomento que sufrague en solitario la integración de las vías en la ciudad como asegura que ha hecho en otras ciudades.   

Críticas a la Marea Amarilla e intento de desbaratar la Mesa del Ferrocarril

Y en medio de este debate, ha arremetido con acritud contra la Mesa del Ferrocarril, el foro que logró lo impensable, sentar a instituciones, representantes de partidos políticos, sindicatos, empresarios y plataformas ciudadanas por el tren para canalizar las más que justas reivindicaciones de una ciudad que ha estado casi cuatro años aislada por ferrocarril mientras se concluían las obras del AVE. Esas críticas tienen una destinataria: la Marea Amarilla, plataforma ciudadana que, primero en La Chana y en los barrios divididos por las vías, como Rosaleda y Juventud, y después con la fuerza de otras asociaciones, comenzó la lucha por los proyectos pendientes de la Alta Velocidad. La plataforma está "manipulada". Así lo han dicho Salvador y su portavoz Manuel Olivares (Cs), en un intento de deslegitimar a los colectivos sociales a los que después se sumó el PP, con palabras de César Díaz. 

El alcalde no quiere la Mesa del Ferrocarril, con plataformas 'manipuladas' y quiere impulsar una Mesa del AVE

No quiere a la Mesa del Ferrocarril, a cuya reunión convocada por CCOO, UGT y Marea Amarilla, ante la negativa de Salvador, no acudieron ni gobierno local, ni Junta de Andalucía ni empresariado. Un desplante de los empresarios granadinos a instituciones, cargos públicos y colectivos que representan legítimamente a la ciudadanía. Antes sí asistieron a todos los encuentros. Ahora, toman partido. El alcalde dice que impulsará una Mesa del AVE como alternativa. En el otro foro ve la gestión de Cuenca. 

Capitalidad Cultural, el proyecto en el que busca la proyección a su gestión

Ya anunció en su discurso de investidura que la candidatura a la Capitalidad Cultural Europea 2031 centraría los esfuerzos durante su mandato. Antes de marcharse de vacaciones en agosto, informó de que había puesto en marcha el Plan Estratégico de la Cultura en torno al que quiere impulsar las aspiraciones de la ciudad. Un trabajo, que comenzó con José Torres Hurtado (PP) y continuó Cuenca a un ritmo criticado siempre por Ciudadanos, en el que opta por partir de cero.

La idea es reunir a expertos y profesionales del ámbito de la cultura, junto a los representantes políticos, para darle contenido a ese Plan Estratégico. Según la planificación diseñada, se celebrarán reuniones semanales, que deben comenzar en este septiembre, y que en el plazo de seis meses esté redactado.

Como novedad, pretende abrir un cauce para recoger propuestas ciudadanas, bien a través de un formulario web, un canal de WhatsApp o correo electrónico.

Cambios en la Policía Local y Movilidad, la gestión que da protagonismo a César Díaz en el gobierno

A la espera de un presupuesto y un plan para sanear las cuentas, la prueba de fuego que debe superar el bipartito y en la que asegura que ya está trabajando, los primeros cambios de rumbo han venido en la gestión de dos áreas en manos del PP y dirigidas por un ya curtido político, César Díaz.

Manuel Olivares y César Díaz, en una rueda de prensa. j.a./ayto.granada

En el área de Seguridad Ciudadana ha dado un volantazo para rodearse de fieles en la Policía Local, dejando claro que la política entraba de lleno en la gestión de áreas como este servicio, para el que ha rescatado al jefe que tuvo el Cuerpo con José Torres Hurtado. Con José Manuel Avilés ha comenzado una reorganización, en la que pretende explotar la figura de la Policía de Barrio. Quiere, insiste, policías en las calles. 

Al margen de esa reestructuración, ya en marcha y cuestionada por su antecesora, la socialista Raquel Ruz por reflejar un modelo policial "del siglo pasado", debería encontrar Díaz paz social en el seno del Cuerpo, pues es obvia su cercanía con uno de los sindicatos mayoritarios, el SIPLG, que no puso las cosas fáciles a la anterior cúpula y tampoco al gobierno local. El mayor problema a resolver es el pago de la horas extraordinarias. El citado sindicato ha dado un pequeño toque de atención. En campaña electoral tanto Cs como PP dijeron que era absolutamente prioritario. No ven ahora que esté siendo así y advierten con movilizarse en los plenos, como ya hacían, para exigirlo.

En Movilidad, la concesionaria del transporte, Rober, ha dado un respiro al nuevo gobierno local, desbloqueando la entrada de nuevos vehículos en una flota obsoleta -la mitad de más de 12 años-. Los primeros vehículos ya han sido presentados, en el marco de la Semana de Movilidad que ahora terminan. Los demás, hasta un total de cuarenta, irán poco a poco incorporándose.

Exhibición de encuentros y sintonía con la Junta

El presidente de la Junta y el alcalde en San Telmo. cs

Una reunión con el presidente del Gobierno andaluz, Juan Manuel Moreno, en Sevilla a la que no acudió Sebastián Pérez y las visitas a Granada del vicepresidente de la Junta, Juan Marín, la consejera de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio, Marifrán Carazo, y la de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, están en el haber del bipartito.

Del mismo color político que el Gobierno andaluz, esa sintonía es la que exhibe para reivindicar que con ellos acaba "el maltrato" a Granada de los largos años de gobierno socialista. 

Gobierno local y andaluz saben que, aunque sean simbólicas, debe haber partidas en los presupuestos de 2020 para los proyectos señalados como prioritarios

De esas reuniones el gobierno local reivindica como logro el compromiso para la ampliación del Metro y para impulsar el proyecto fantasma del gran espacio escénico, rescatado en el programa de Ciudadanos y que asumió el PP en el acuerdo para gobernar. Respecto al Metro, la Junta se guarda bien de comprometer que la futura línea discurra por el Centro de la ciudad. Lo dirán los estudios. Enfría además que la ampliación se vaya a acometer en corto espacio de tiempo. Es un proyecto "a largo plazo", manera de avisar de que no estará en esta legislatura, en la que como mucho habrá estudios. En cuanto al espacio escénico, los planes de Salvador pasan por sumar al gran auditorio, en los mismos terrenos donde nunca se construyó, los conservatorios de la ciudad. La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico acepta, como le pide el gobierno local, que esa sea la prioridad cultural para Granada en la Consejería. Pero también avisa con cautela, es un proyecto "difícil", sobre todo en lo presupuestario.

Los dos gobiernos saben que, aunque sean simbólicas, debe haber partidas presupuestarias en las cuentas andaluzas de 2020. Y en ello están trabajando.

Una oposición liderada por el PSOE a la espera de que la confluencia arranque

Solo los socialistas han mantenido ritmo de trabajo público en la bancada de la oposición, en la que se ha echado de menos a la confluencia (Podemos-IU) que debe liderar Antonio Cambril.

Cuenca con parte de su equipo, este verano. psoe

El grupo del PSOE, con la fortaleza de contar con 10 concejales y la decepción de no haber sumado la mayoría suficiente para gobernar, se ha enganchado rápidamente a la dinámica de la oposición, para la que Francisco Cuenca conformó lo que los socialistas llaman 'un gobierno en la sombra', lo que no quiere decir que esté asumido. Y eso tomará su tiempo, al que fuera alcalde, que debe ahora trabajar para convertirse en líder de la oposición.

El trabajo desempeñado en años anteriores por el concejal Francisco Puentedura (IU) pone el listón muy alto al grupo de la confluencia, que ahora cuenta con tres ediles. Pero, pese a triplicar representación, eso no ha tenido su correlación en la proyección de su trabajo. Tiene Antonio Cambril una difícil tarea. Porque Puentedura, en anteriores mandatos, fue la referencia de los grupos de la oposición. No vale ya periodo de adaptación para certificar que su grupo seguirá ejerciendo una labor muy crítica con el gobierno -como hizo en solitario IU en los largos años de gestión de PP y también con el PSOE.

También para la oposición han pasado los tres meses de cortesía que esgrime la confluencia, como se venía haciendo en otras instituciones -porque también en eso los tiempos cambian-, para justificar el tiempo de gracia al gobierno. 

Antonio Cambril, Elisa Cabrerizo y Francisco Puentedura. indegranada

La incógnita del papel de Vox

Los ediles de Vox con la diputada Macarena Olona y el parlamentario Francisco J. Ocaña. e.p.

Mientras tanto, Vox pasó de una primera etapa volcado en twitter criticando a Cs y PP por el espectáculo de su desencuentro a suavizar sus mensajes. Tras llegar a la Alcaldía, Salvador dijo que no tendrían competencias de gobierno -Ciudadanos evitó en toda España una foto con la ultraderecha que llegó finalmente para salvar Madrid-, pero jugó a no molestar a su imprescindible socio, dejando abierta la puerta para que ocupara otras responsabilidades.

El propio alcalde acaba de desvelar que le ha ofrecido al grupo que lidera Onofre Miralles la presidencia de la comisión de control de TG7, la televisión municipal. Como le ha ofrecido también controlar la contratación. Vox no ha contestado, según Salvador. 

La incógnita está ahora en si el nuevo escenario electoral que se abre para noviembre volverá a distanciar a Cs de la ultraderecha de Vox o no. El propio alcalde, al retomar el curso político, habló de la necesidad de ir incorporando poco a poco a esta formación para "ir normalizando su situación". 

Y mientras arranca definitivamente el gobierno bipartivo, con el apoyo de Vox, habrá que comprobar cómo soportan la larga precampaña electoral y las elecciones generales del 20N, en un escenario con fuego cruzado por la hegemonía de la derecha.

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