Artículo de Opinión por Daniel Mesa, secretario general de CCOO en Granada

'Cuando el talento no basta: la urgencia de dignificar el empleo cultural'

Política - Daniel Mesa - Sábado, 2 de Agosto de 2025
Daniel Mesa, secretario general de CCOO en Granada, reivindica la importancia de garantizar condiciones de calidad en el empleo que genera la cultura granadina, hoja de ruta del manifiesto elaborado por su sindicato, junto a PSOE y UGT, para dignificar este sector, sin olvidar la prevención de riesgos y la igualdad. Una reflexión a tener muy en cuenta. Para leer y compartir.
Daniel Mesa, secretario general de CCOO en Granada.
CCOO
Daniel Mesa, secretario general de CCOO en Granada.

“La cultura no un lujo, es una forma de vivir plenamente”, reivindicaba Antonio Muñoz Molina. Yo añado que la cultura es un derecho y, hoy más que nunca, una necesidad democrática frente al avance de los discursos de odio que contaminan nuestras sociedades. Ante quienes imponen aumentar el gasto militar al 5%, les proponemos mirar en otra dirección: invertir en cultura. Porque la paz también se construye con libros, con teatros, con cine, con arte.

Últimamente se habla mucho de la industria cultural en Granada, pero no tanto del empleo en la cultura granadina. Hay quienes no terminan de entender que no puede existir industria sin empleo de calidad

Últimamente se habla mucho de la industria cultural en Granada, pero no tanto del empleo en la cultura granadina. Hay quienes no terminan de entender que no puede existir industria sin empleo de calidad. Ese es precisamente el objeto del manifiesto -yo prefiero llamarlo hoja de ruta- que PSOE, CCOO y UGT han elaborado, el inicio de un trabajo compartido para dignificar un sector que lleva demasiado tiempo instalado en la precariedad. Granada, cuya seña de identidad es precisamente su cultura, no cuenta aún con una industria cultural estructurada que respalde ese enorme potencial creativo que la define. Esta “hoja de ruta” tiene el compromiso de las organizaciones sindicales de clase de poner el foco en los cumplimientos laborales y proporcionar medios para la organización de los trabajadores y trabajadoras del sector (también quienes ejerzan como autónomas), y el compromiso del Partido Socialista de implementarlo en la gestión de las instituciones. Este es, además, un trabajo generoso, porque lo ofrecemos a quien se preste a implementarlo, particularmente en la aspiración compartida de Granada como capitalidad cultural. En este sentido pensamos que es una necesidad para la provincia. 

No podemos seguir viendo la cultura como un privilegio, ni permitir que los profesionales que la hacen posible vivan en la inseguridad permanente. Porque la precariedad no solo afecta a quienes la padecen directamente; impide que se consolide una verdadera industria cultural en la provincia. Y ese es, precisamente, uno de nuestros objetivos: lograr que la cultura se reconozca como un servicio público, con derechos laborales garantizados, empleo digno y marcos de regulación que se respeten.

Es fundamental que el sector público vuelva a actuar como motor. Sin él, no será posible construir una cultura fuerte, ni un empleo estable

El compromiso de las organizaciones sindicales es claro: centrar nuestros esfuerzos en el cumplimiento de los marcos de regulación laboral y convenios colectivos -como el de espectáculos, gran desconocido y escasamente aplicado- y garantizar que los recursos públicos destinados a cultura estén condicionados al respeto de los derechos laborales. No podemos seguir financiando con dinero público proyectos que no cumplen con las condiciones mínimas de empleo. Además, este impulso debe apoyarse en la colaboración público-privada, fortaleciendo al mismo tiempo el sector público cultural, que sufre una preocupante deriva de externalizaciones. Es fundamental que el sector público vuelva a actuar como motor. Sin él, no será posible construir una cultura fuerte, ni un empleo estable.

Tampoco podemos seguir ignorando la prevención de riesgos laborales en un sector tan desregulado como el cultural. Cuando no hay estabilidad, tampoco hay formación ni vigilancia de la salud. Las consecuencias son claras: aumento de la siniestralidad y desprotección de las personas trabajadoras. Nos ofrecemos, desde las organizaciones sindicales, a reforzar esa vigilancia, porque también ahí hay vidas en juego.

¿Cuántas directoras de orquesta conocemos? ¿Cuántas programadoras culturales deciden sobre los contenidos de grandes eventos?

Y no debemos olvidar la igualdad. El sector cultural mantiene enormes sesgos de género. Las mujeres siguen ocupando posiciones infravaloradas y excluidas de espacios de toma de decisiones y visibilidad. ¿Cuántas directoras de orquesta conocemos? ¿Cuántas programadoras culturales deciden sobre los contenidos de grandes eventos? Necesitamos formación, referentes, medidas que rompan con los estereotipos y espacios profesionales realmente igualitarios, por supuesto libres de acoso y violencia.

Este paso que damos pretende ser un compromiso firme, el camino hacia cambios estructurales en el sector cultural granadino. Porque solo si dignificamos el empleo, si construimos una industria sólida y respetuosa con los derechos laborales, la cultura podrá convertirse en lo que siempre ha debido ser: motor socioeconómico, palanca de transformación social y escudo contra el odio. Como interpela nuestro querido Luis García Montero, también comisario para la Capitalidad Cultural 2031, “los trabajadores de la cultura también tienen derecho a la dignidad laboral. No se puede vivir del aire ni de los aplausos. Defender la cultura es defender los empleos que la hacen posible.”

* Finalizar este artículo agradeciendo el ingente trabajo, apasionado pero profesional, de Juanjo Ibañez, que ha hecho posible coordinar y aunar ideas compartidas en un valioso documento.