LEYENDAS DE LOS NUESTROS

Capítulo XVIII: 'Cosiendo la historia'

Ciudadanía - José María García Labrac - Domingo, 23 de Mayo de 2021
Nueva entrega de esta excepcional sección en la que José María García Labrac nos ofrece relatos y anécdotas de su familia, que es la historia de una parte de Granada, llena de sensibilidad y escrita con originalidad y brillantez. ¿Te animas a seguir viajando por la memoria íntima y colectiva de varias generaciones de granadinos?. Porque fueron, somos; porque somos, serán.
José Jiménez de Toro con varios amigos (y un caballo) en el paseo de los Tristes, el domingo 10 de agosto de 1930.
IMÁGENES CEDIDAS POR EL AUTOR, EDITADAS POR (*) SONIA MONTES
José Jiménez de Toro con varios amigos (y un caballo) en el paseo de los Tristes, el domingo 10 de agosto de 1930.

Paseo de los Nadies

La fotografía que encabeza estas líneas, disparada el 10 de agosto de 1930 en el granadino paseo de los Tristes (llamado oficialmente paseo del Padre Manjón), es única en su especie: rota en dos pedazos por alguna razón que desconocemos, fue cuidadosamente cosida después. Tras nueve décadas, la imagen se extinguía en una caja de latón con motivos chinos, esperando convertirse en polvo cuando ya nadie tuviera constancia de su existencia. Su propietario original, el chavea de la derecha (el que lleva la chaqueta en el brazo izquierdo), mi tío abuelo Pepe, José Jiménez de Toro (1912-1970), murió hace más de medio siglo, a miles de kilómetros de la foto y de su siguiente dueña, su madre y mi bisabuela, Loreto de Toro Vela (1891-1975), también desaparecida.

Rescatando la pequeña historia de los míos, coso los trozos de muchas vidas anónimas, sepultadas por las grandes gestas y los grandes nombres, orilladas en el desván de la memoria familiar, como fantasmas condenados al olvido. Alguien tenía que hacerlo y me ha tocado a mí, interesado desde siempre en descubrir los orígenes de la sangre que corre por mis venas

Ahora, al publicarse en El Independiente de Granada, el retrato de los amigos al pie de la Alhambra ha conseguido una tregua, un alto al fuego en su batalla perdida contra el tiempo.

Rescatando la pequeña historia de los míos, coso los trozos de muchas vidas anónimas, sepultadas por las grandes gestas y los grandes nombres, orilladas en el desván de la memoria familiar, como fantasmas condenados al olvido. Alguien tenía que hacerlo y me ha tocado a mí, interesado desde siempre en descubrir los orígenes de la sangre que corre por mis venas. Los eslabones que nos precedieron (en la cadena de los nadies, que diría el añorado Eduardo Galeano) merecen, al menos, un golpe de linterna, un foco de luz (aunque sea efímero y pasajero), que recuerde su paso por el mundo.

Las colegialas del Ave María

Josefa Archilla Martín con sus compañeras del Ave María de la Quinta, a finales de la década de los veinte.

¿Qué habrá sido de las niñas de esta segunda instantánea, realizada hacia finales de los felices años 20 en el patio del colegio Ave María de la Quinta? La inmensa mayoría habrán muerto a estas alturas. Quizás todavía quede alguna superviviente, prácticamente centenaria.

¿Permitirá esta Leyenda que algún granadino reconozca a su madre o a su abuela entre aquellas crías del colegio manjoniano de la avenida Cervantes, una auténtica colonia catalana en la época de la dictadura de Miguel Primo de Rivera? Ojalá suene la flauta y una nueva familia pueda empezar a recoser los jirones de su pasado

La quinta por la derecha de la fila del medio, Josefa Archilla Martín (1922-2005), Pepita, se convertiría, al cabo de los lustros, en mi abuela materna, una de las mujeres que han marcado mi existencia. Vecina del cercano Monte Sedeño, tuvo que abandonar pronto la escuela porque se contagió de la tiña pelona, una enfermedad que la apartó de las aulas pero que no pudo alejarla de la lectura, su pasión más duradera. Siempre la recordaré leyendo el periódico con su lupa de aumento, rodeada de libros y libros de Antonina Rodrigo e Ian Gibson (otro de sus amores era Federico García Lorca).

¿Permitirá esta Leyenda que algún granadino reconozca a su madre o a su abuela entre aquellas crías del colegio manjoniano de la avenida Cervantes, una auténtica colonia catalana en la época de la dictadura de Miguel Primo de Rivera? Ojalá suene la flauta y una nueva familia pueda empezar a recoser los jirones de su pasado.

Obreras de los Sampas

Manuela Archilla Martín y otras operarias de la fábrica de tejidos San Francisco, circa 1955.

Las trabajadoras de los telares del paseo del Salón posan ante la cámara, en un descanso improvisado, provocado por el desconocido fotógrafo que las inmortalizó, en algún momento de los cincuenta. ¿Quién se acuerda de la fábrica de tejidos San Francisco, conocida popularmente como los Sampas, propiedad de la saga de los Garrido, uno de cuyos miembros (Francisco Garrido Jiménez) llegó a ser alcalde de Granada, precisamente durante el régimen primorriverista? Además, la dinastía poseía otro negocio: la piscina pública de los Baños de Don Simeón, cuya limpieza y condiciones higiénicas dejaban mucho que desear. La factoría San Francisco estaba justo al lado de los Baños, en el número 13 del Banco del Salón (así se denominaba entonces a esa parte del paseo, cuyos primitivos edificios fueron costeados por una entidad financiera).

Anuncio de los telares mecánicos del Salón, publicado en la edición del 1 de agosto de 1928 de la revista Reflejos (Biblioteca Virtual de Andalucía).

¿Quién se acuerda de la fábrica de tejidos San Francisco, conocida popularmente como los Sampas, propiedad de la saga de los Garrido, uno de cuyos miembros (Francisco Garrido Jiménez) llegó a ser alcalde de Granada, precisamente durante el régimen primorriverista?

La hermana de la abuela Pepa, Manuela Archilla Martín (1930-2002), la Ica (de Manolica), esboza una media sonrisa en la derecha de la última fotografía, vestida a rayas horizontales y verticales. Parece que estuviera presagiando las tragedias personales que se le venían encima: la discapacidad de su única hija y su propio descenso a los infiernos de la demencia.

Aunque no aparece en esta imagen, en la fábrica de los Sampas también prestaba servicios Encarnación Martín López (1909-1976), la tita Nena, hermana menor de la madre de la Ica, la bisabuela Angustias Martín López (1891-1969).

Epílogo

Mientras el cuerpo aguante y el archivo familiar no se agote, seguiré narrando las biografías y curiosidades de mi gente, zurciendo la historia para amortiguar la llegada inexorable de la desmemoria.

(*) Imágenes editadas por Sonia Montes, a la que agradecemos su colaboración y compromiso con Leyendas de los Nuestros.
José María García Labrac, natural de Granada (1985), es el presidente de la asociación Granada Republicana UCAR, fundada en 2005 en la ciudad de los cármenes. Empeñado en hacer realidad una España distinta, se dedica profesionalmente a la asesoría laboral y es un apasionado de la historia de su tierra y de sus gentes.

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