El rotundo éxito de la manifestación obliga a la Junta cambiar de estrategia

La calle tumba la fusión sanitaria

Política - Juan I. Pérez - Lunes, 17 de Octubre de 2016
El rotundo éxito de la manifestación del domingo contra la reordenación sanitaria obliga a la Junta de Andalucía a cambiar, al menos, de estrategia. Desgraciadamente, solo hay tres formas relevantes de que se exprese la ciudadanía: las urnas, las redes sociales y las manifestaciones. Y ayer la calle tumbó, sin paliativos, la actual fusión sanitaria en la impresionante protesta, tras caer derrotada hace tiempo en las redes.
Una impresionante marea recorrió las calles de Granada contra el modelo sanitario.
P.V.M.
Una impresionante marea recorrió las calles de Granada contra el modelo sanitario.
La gente no es tonta. Y evidentemente algo no funciona en el nuevo modelo de sanitario cuando lo rechaza solo en la manifestación más multitudinaria de los últimos 16 años casi el 20 por ciento de la población de la capital granadina, y eso según los cálculos más timoratos, porque en las estimaciones más triunfalistas los participantes en la protesta del domingo hubieran llenado tres veces el Nuevo Los Cármenes y aún completaba otro medio aforo.
Para empezar, y sin entrar en el fondo, pese a los esfuerzos, han fallado los canales de información en todos los niveles y, sobre todo, el más importante, el destinado a la ciudadanía. 
 
Ha faltado mucho más diálogo con todos los sectores implicados y ha sobrado prepotencia, en la imposición de un modelo cuyas bondades todavía hoy no han sido bien explicadas, relegadas por el discurso de la propaganda. Ante eso, siempre debe ganar y gana la percepción de los usuarios de la sanidad. La ciudadanía siempre tiene la razón y se pregunta en qué ha mejorado su atención sanitaria. 
 

El éxito de la movilización ciudadana fue rotundo. IndeGranada

Ya parece tarde para pedir paciencia a los pacientes usuarios de la sanidad pública en Granada y de explicarles con detenimiento que un proceso tan ambicioso como la implantación de una nueva reordenación asistencial requería de tiempo para que engranaran todas las piezas y que era previsible que no todo, como así ha sido, funcionaría bien desde el primer día. Sin que ello significara una espera pasiva. Ahora es tiempo de rectificaciones y disculpas.
 
El Gobierno andaluz, -porque la sanidad es una cuestión de estado-, debe reparar de inmediato las serias heridas que la multitudinaria manifestación ha dejado en el nuevo modelo sanitario, que llevaba tres meses renqueante, pero al mismo tiempo, ponerle nombre a todas y cada una de esas graves heridas, antes de que cicatricen mal y empeoren con peor pronóstico las dolencias.

La Junta de Andalucía debe ahora tomar la iniciativa con actuaciones urgentes y visibles. Abrir el diálogo con todos –todos- los sectores implicados; incluidos, los profesionales disconformes, repensar decisiones, buscar alternativas y, sobre todo escuchar, escuchar, con humildad, para mejorar la atención integral al paciente, para que sea más rápida, certera, moderna, donde el usuario, y solo él, sea el centro de las decisiones en los procesos asistenciales.
Corre grave riesgo el gobierno que gestiona de espaldas a sus ciudadanos y ciudadanas. La historia está plagada de ejemplos de salidas por la puerta de atrás, como también de increíbles excepciones, pero jugar a la ruleta rusa con un área tan sensible como es la salud, -de la que todos y todas somos usuarios, o la inmensa mayoría-, invita a ir recogiendo cajones.
 
De no rectificar con contundencia, sin descartar dimisiones, porque es preciso un radical nuevo  talante, la gestión de la reordenación sanitaria en Granada, cuestionada rotundamente por los usuarios, puede encender una mecha aún peor, bajo otros intereses ajenos a la protesta legítima de la ciudadanía: el debate de la sanidad pública, universal y gratuita –esto último en cuestión por el copago de los medicamentos-, lo que es innegociable defender. Pero no solo de palabra, también con hechos.
 


La imagen difundida por Equo habla por sí solaEn la manifestación participaron unas 40.000 personas según la Policía Local, 45.000 según la Policía Nacional y más de 60.000 según la organización, aunque algunos partidos lo elevan a 80.000Hay que remontarse al 10 de octubre de 2000 para hallar una marcha tan numerosa en Granada, cuando unas 100.000 personas se echaron a la calle para condenar el asesinato el día anterior del fiscal jefe del TSJA, Luis Portero, por parte de ETA.

Tan sencillo y al parecer tan complicado como duplicar la cartera de servicios en los dos centros de referencia: el Virgen de las Nieves y el del Campus, para que la ciudadanía disponga de dos hospitales completos. Lo que exige aumentar el personal. Pero después de 30 años desde que se proyectó, con tanto retraso en su apertura el Hospital del PTS abrió en el peor momento, cuando las arcas están maltrechas, y era preciso invertir en la dotación tecnológica para uno de los hospitales más modernos de Europa y acondicionar para los nuevos usos el Materno y el Trauma.

 
Pero, ¿de qué sirve presumir del mejor hospital del continente si los usuarios -la ciudadanía en general-,  están muy descontentos?
Las expectativas tan altas que generó el nuevo Hospital del Campus pronto tornaron en decepciones, las de cada paciente que visitaba unas urgencias colapsadas, no reforzadas proporcionalmente.
 
Y por mucho que los profesionales de las ambulancias sepan dónde llevar a cada enfermo en función de las dolencias, dígaselo al que acude con un familiar en su coche. Por supuesto que será tratado y trasladado en ambulancia al hospital adecuado, pero acaso no es obligar al enfermo a autodiagnosticarse. ¿Cuánto se habrá gastado el SAS y se gastará en desplazamientos entre hospitales?
 

El médico de urgencias Jesús Candel, promotor de la manifestación. Indegranada

No es de recibo, solo como ejemplo, que en el Hospital del PTS haya sólo un cardiólogo con busca. No se puede comprender.
 
Ni que en los centros de salud del área metropolitana no existan ni carteles ni folletos explicativos sobre la reordenación. Haría falta personal para atender las dudas.
 
No es suficiente el consejo asesor de expertos anunciado por Salud. De hecho, debería llevar reuniéndose desde hace tres meses, cuando abrió el nuevo Hospital. Y con luz y taquígrafos, para que la ciudadanía conozca con precisión qué cuestionan, qué se modifica, qué aplauden o qué se mejora y los porqués.
 

Repercusiones políticas

La gestión de la reordenación sanitaria conlleva un coste en todos los niveles para los socialistas, en minoría, en el Gobierno de la Junta de Andalucía, de no remediar este desaguisado. Y no está precisamente el PSOE en condiciones de sumar errores.
 
La respuesta en la calle aventura a especular que tras el paro, la sanidad es el principal motivo de preocupación de la ciudadanía de Granada. Si algo han debido aprender todos los partidos tras estos diez meses de provisionalidad en el Gobierno es lo de a nuevos tiempos, nuevas formas y para el PSOE, la sanidad en Granada puede alejarle aún más de la sociedad cuando en el análisis de cualquier dirigente nacional o regional, precisamente, ese es uno de los fallos detectados.
 
El alcalde de Granada, el socialista Francisco Cuenca, desperdició una gran oportunidad de ejercer de representante de los intereses mayoritarios de la ciudadanía, sin distinción de color político, al decidir finalmente no asistir a la manifestación, cuando sí ha acudido a otras, como la que exigió el fin del aislamiento ferroviario. Y aunque parece ventajista tras el éxito de la manifestación, bien está que reclame una reunión urgente con el consejero de Salud.
 
El resto de partidos, como así habían anunciado, se sumó a la protesta: PP, Ciudadanos, Podemos, IU, PC, Equo… aunque en el caso de los populares  con los antecedentes de privatizaciones en la gestión de la sanidad en Madrid, Murcia o en Castilla-La Macha, esta última comunidad, cuando gobernaban. no estaría mal que detallaran su modelo sanitario para Granada, para Andalucía.
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