Una decisión con consecuencias

La dimisión de Sebastián Pérez instala al bipartito en una peligrosa inestabilidad

Política - María Andrade - Sábado, 1 de Febrero de 2020
Con gravísimas críticas al PP, acusándole de haber 'vendido' a Granada a cambio de mantener los gobiernos de Málaga y Murcia, el hasta ahora presidente provincial de los populares se marcha.

Sebastián Pérez, a la derecha, abandona este viernes el Salón de Plenos. europa Press/álex cámara

La dimisión de Sebastián Pérez como presidente provincial del PP es la segunda renuncia 'a medias' que protagoniza en su larga vida política, después de que en 2016, al estallar la Operación Nazarí, abandonara su acta como concejal.

Entonces fue una exigencia de José Torres Hurtado: él se iba, sí, pero Sebastián Pérez no lo relevaba en la Alcaldía. Pérez aceptó 'sacrificarse', como le terminó exigiendo el PP para tratar de amortiguar la grave crisis provocada por las detenciones del regidor y la concejala de Urbanismo, aunque siguió llevando las riendas del partido. La de este viernes la ha tomado tras entender que el PP ya no le quiere en el timón. Esta vez con los papeles cambiados: ya no manejará la maquinaria del partido, pero, al menos de momento, mantiene su acta de concejal. Lo que vuelve a repetirse es que, como hace cuatro años, se va rozando el sillón de la Alcaldía. 

Su decisión abre una situación inédita en el PP granadino y ahonda la crisis no resuelta en la Plaza del Carmen, donde el pacto de investidura entre PP, Ciudadanos y Vox dejó la Alcaldía en manos de un partido, el naranja, con solo cuatro concejales y dio paso a un gobierno que depende inevitablemente de la ultraderecha para tomar las decisiones más importantes. 

Por primera vez, Sebastián Pérez se refirió a Vox como "extrema derecha"

Curiosamente, por primera vez en todo este tiempo, Sebastián Pérez habló de Vox como "extrema derecha". Cada una de sus palabras, y fueron muchas, encierra un mensaje; algunos directísimos y duros con los políticos que han tomado las riendas de las direcciones regional y nacional del partido, por ejemplo referirse a Elías Bendodo como "el presidente del PP de Málaga", acusarles de haber 'vendido' a Granada a cambio de los gobiernos de Málaga y Murcia o llamar "mentiroso" al alcalde. Sobre el regidor, advirtió: "Si yo fuese alcalde, estaría muy preocupado". Otros, calculadamente dejados a la interpretación: "Yo no tiro la toalla", dijo, generando la duda sobre si eso significa que estaría dispuesto a propiciar un cambio de gobierno en la capital. 

La crisis que comenzó el 15 de junio del año pasado, tras ser investido Luis Salvador como alcalde, es la que acaba poniendo punto y final a los más de quince años de presidencia popular de Pérez. No ha terminado de encajar la orden que recibió de Madrid y Sevilla para votar a Salvador como alcalde. Y menos aún que no encontrara respaldo a la alternancia en la Alcaldía. 

El distanciamiento de Sebastián Pérez con la dirección de Casado y muy especialmente con Juan Manuel Moreno y su equipo del PP andaluz se ha ido agrandando porque no ha recibido apoyo a ninguna de sus reclamaciones. Lanzó un órdago en agosto del pasado año: o Salvador se comprometía públicamente a cederle la Alcaldía en dos años, o le retiraría el apoyo del grupo del PP. Ni una sola palabra de la dirección regional avaló aquel reto, que terminó sin compromiso y con la relación con el alcalde más quebrada aún.

Solo citó, elogiando su lealtad, a Francisco Fuentes, Pepa Rubia y Carlos Ruiz Cosano

Porque en lo que llevamos de mandato, si algo ha caracterizado al bipartito son los desencuentros entre alcalde y primer teniente de alcalde. La salida de Sebastián deja la incógnita sobre si acatará o no la disciplina de grupo, lo que pondría en aprietos al bipartito. Sin Pérez, Ciudadanos, PP y Vox solo suman 13 concejales, los mismos que socialistas y confluencia. Porque de lo que no cabe duda es que el PP seguirá las órdenes de la dirección regional. El propio Sebastián Pérez lo dijo este viernes, no sin cierto resquemor. Entendía la posición de sus compañeros de grupo por las circunstancias vitales de cada uno. Algo así como decir que necesitan el acta de concejal como medio de vida. Solo citó a Francisco Fuentes, Pepa Rubia y Carlos Ruiz Cosano, a quienes según él tuvo que convencer para que no votaran en contra de lo señalado por su partido. En el otro grupo se quedaban César Díaz o Eva Martín, que parecían hasta ahora fieles escuderos.

Sebastián Pérez junto a Luis Salvador, en la rueda de prensa de los primeros cien días de gobierno.

La salida de Sebastián Pérez también aumenta la imagen de debilidad de Salvador, siempre pendiente de apuntalar la mayoría de la que no dispone y que recibió prestada en junio cuando fue investido alcalde. En un momento, además, en el que ya es conocido su distanciamiento con Manuel Olivares, concejal de su grupo, a cuenta de la renuncia a las millonarias ayudas europeas para fondos de empleo. Una decisión en la que, por cierto, Olivares se apoyó en Sebastián Pérez para imponerse a Luis Salvador, partidario de buscar una alternativa para mantenerlas. 

El detonante de la salida

La creación de una comisión municipal para supervisar los grandes contratos municipales exigida por Vox ha sido el detonante de la salida. Conocida es la mala relación de Sebastián Pérez con Onofre Miralles, portavoz de Vox, que obstaculizó su llegada a la Alcaldía en beneficio de Salvador. De hecho, han protagonizado sonoros desecuentros públicos. Contratación es una de las competencias del primer teniente de alcalde, que había defendido que al frente de ese órgano se situara, en todo caso, el grupo mayoritario -PSOE-.

Según ha explicado este viernes, porque así lo habían planteado en el seno del gobierno local. "No se puede mandar al primer teniente de alcalde hace un mes a decir que presida la comisión el grupo mayoritario, y ahora a la trágala el alcalde inventarse..." que Vox la presida. Lo exigía el socio de investidura. "Lo de hoy [por el viernes] es un disparate para la ciudad. Estamos hablando de poner a la extrema derecha al frente de los dos mejores contratos de esta ciudad", llegó a decir a los periodistas. 

Dijo que mantenía todas sus responsabilidades salvo Contratación. Luis Salvador debe decidir quién lo asume al frente de un gobierno municipal que hace aguas.

Imagen reciente de Sebastián Pérez con Marifrán Carazo, la opción preferida por la dirección regional para que asuma la Presidencia del PP en una nueva etapa. Ahora, de manera provisional, será Pablo García, secretario general y delegado del Gobierno andaluz en Granada, quien asuma esa responsabilidad de manera provisional. 

Las frases de Sebastián Pérez:

  • "Cuando uno no tiene el apoyo ni el respeto de la dirección nacional y de la regional, es muy difícil hacer política"
  • "No puedo entender como granadino por qué se vendió a la ciudad de Granada"
  • "Fíjese la ignominia y la tropelía política, que todavía no han tenido la vergüenza de venir a explicarle a la junta directiva por qué hicieron aquello"
  • "Flaco servicio le están haciendo al presidente Casado y al presidente Juanma Moreno quienes le están llevando a situaciones difíciles"
  • "Forzar a un presidente que lo ha ganado todo a que abandone su partido no es serio ni sensato. Por esa línea mal camino lleva mi partido"
Elías Bendodo con el alcalde, las consejeras de Fomento y Cultura, entre otros, en una visita a la Alhambra este mes en la que no participó Sebastián Pérez. 

El contexto

El anuncio de Sebastián Pérez se produjo tan solo dos días después de una brusca salida de tono criticando la gestión de la Junta de Andalucía. Y no con cualquier cosa, sino con la respuesta ante presunta corrupción. Palabras mayores. Acusó a la Junta de no haber actuado con celeridad denunciando las nuevas irregularidades detectadas en Cetursa. Él, dijo, se habría ido al Juzgado en "el minuto uno". Y provocó una gran tormenta política justo cuando el Gobierno andaluz sigue celebrando su primer año de gestión.

Sus palabras sonaron a enfrentamiento. Aunque si se comparan con las declaraciones de este viernes, fueron comedidas. Porque atronó la acusación de venta de la ciudad, cual cambio de cromos. 

Llegan, además, tras varios frentes abiertos en la Junta, con las protestas en educación, la pérdida de autonomía en el Parque de las Ciencias y la supresión de la Escuela Andaluza de Salud Pública. La gestión del Gobierno andaluz no ha encontrado tranquilidad y en nada contribuye ahora la dimisión del presidente provincial del PP. 

Y en un momento muy delicado para el PP. A partir del próximo lunes, en la Audiencia Provincial, se juzga la gestión del PP durante los largos años de mayoría absoluta. En concreto el caso Serrallo, en el que se juzgarán presuntos delitos contra la ordenación del territorio, prevaricación urbanística y común, fraude en la contratación, malversación de caudales públicos y tráfico de influencias. 

¿Habrá moción de censura? 

Es prácticamente imposible. Las dificultades son las mismas que al inicio del mandato. Para que prospere son imprescindibles los votos de Vox. ¿Cómo explicarían PSOE y Podemos-IU que aceptan ir de la mano de la ultraderecha? 

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