Historia del Partido Comunista, por Juan Francisco Arenas de Soria

Capítulo XXXIV: 'La dictadura lucha por la supervivencia'

Política - Juan Francisco Arenas de Soria - Viernes, 25 de Febrero de 2022
Un nuevo y excepcional capitulo de la historia del PC que, con motivo de su centenario, nos ofrece Juan Francisco Arenas de Soria.
Calendario del año 1975 con los procesados del 1001.
HPCE.
Calendario del año 1975 con los procesados del 1001.
“Necesitamos reivindicar nuestro derecho a tratar de cambiar el mundo para mejorarlo. Y para ello es preciso que recuperemos nuestra historia, no como la de una organización, sino como la del conjunto de los hombres y las mujeres que con su esfuerzo hicieron posible su existencia”

Josep Fontana i Lázaro

1970 había sido un año de gran complejidad, con un importante pulso entre la oposición al régimen y este, con el estado de excepción de diciembre y el desencadenamiento de una atroz represión que se desarrolló mediante arrestos, torturas, enjuiciamientos… a lo largo de 1971. La década de los 70 comenzaba con una dura respuesta represiva, que más que una muestra de fuerza de la dictadura ponía de relieve su debilidad. El franquismo pretendía sobrevivir a Franco, y estaba intentando construir esa nueva realidad que vendría tras la muerte del dictador alrededor de las figuras de Juan Carlos de Borbón - leyes de sucesión en la Jefatura del Estado- y la del hombre fuerte del régimen, el almirante Luis Carrero Blanco, junto con Laureano López Rodó principal representante de “los tecnócratas” del OPUS DEI. Junto a esto era clave la legitimación internacional, la cual conseguían a través del tratado comercial con la Comunidad Económica Europea -conocido como el acuerdo de Ullastres[1]- y el Convenio de Amistad y Cooperación con los EEUU[2]. La presencia de Carrero Blanco entre 1969-1973 en el Gobierno, primero como Vicepresidente y en 1973 como Presidente -primera ocasión que este cargo no recae en el dictador-, son una garantía de continuismo e inmovilismo.

En este contexto el PCE optará en palabras del historiador Francisco Erice por “…ir generando e imponiendo, por costoso que ello fuera, “espacios de libertad” para los movimientos de masas y la acción política…"

En este contexto el PCE optará en palabras del historiador Francisco Erice por “…ir generando e imponiendo, por costoso que ello fuera, “espacios de libertad” para los movimientos de masas y la acción política…”[3] como queda reflejado en los diferentes informes que los órganos políticos del Partido van generando fruto del debate interno. En su política exterior mantendrá la defensa de la autonomía de los diferentes partidos comunistas respecto a las directrices soviéticas -a la vez que reforzaba su vinculación con los partidos de Francia (PCF) e Italia (PCI)- y la política antiimperialista. Desde el Partido son conscientes de la debilidad de la dictadura, pero también de la firmeza con la que defenderá su supervivencia, con el claro ejemplo de los hechos acaecidos en la capital granadina durante la Huelga de la Construcción en el mes de julio del 70

“…El crimen de Granada, que ha estremecido la conciencia del país, es un signo del grado de descomposición del franquismo. Todas las contradicciones se han agudizado..:”[4]
Portada de Mundo Obrero, 9/09/1970.

La movilización contra el Proceso de Burgos había sido de una gran intensidad, lo que había llevado en el mes de diciembre a la declaración del estado de excepción en Euzkadi y posteriormente en el reto del país[5]. El PCE impulsa espacios de unidad desde los que hacer frente a la dictadura, a la vez que denuncia a través de sus actos públicos en el exterior, Radio de España Independiente (REI), Mundo Obrero y las acciones propagandísticas clandestinas en el interior, los movimientos de la oligarquía española para mantener el “status quo” mediante la Ley 62/1969, de 22 de julio, por la que se provee lo concerniente a la sucesión en la Jefatura del Estado[6], por la que se imponía a Juan Carlos de Borbón como sucesor del dictador. Santiago Carrillo afirmará ante unas 50.000 personas en Montreuil (París) que este “…sería un régimen tarado, estéril, sangriento, absolutista, incompatible con la España y con el mundo de hoy…” defendiendo la República como modelo de Estado y una transición pacífica hacia la democracia sobre la base de la unidad de las fuerzas de oposición[7].

Mundo Obrero, 26/06/1971, mitín de Montreuil (París).

En ese mismo mitín intervenía Dolores Ibarruri, que terminaba diciendo:

“…Y marchemos, camaradas, hombro con hombro, con todos los que luchan desde distintos horizontes, hacia una España democrática; hacia una España de progreso y de paz, en la que sean posibles las transformaciones sociales en las que soñaron y por las que lucharon y cayeron los mejores hombres de nuestro país…”[8]

Un año después, en julio de 1972 el PCE abría su VIII Congreso, en el que analizaba la situación del país y redefinía diferentes aspectos de sus planteamientos políticos. Un congreso que según Jesús Sanchez Rodríguez viene a definir la “vía española al socialismo”[9]. Sería el último congreso celebrado en el exilio. En el informe del Comité Central al Congreso, presentado por Santiago Carrillo, describía la situación política del país de la siguiente manera

“… Mientras la oposición parcial o global al régimen se extiende y amplía los más diversos sectores sociales, presenciamos el endurecimiento de la dictadura que parece retornar a sus orígenes, atrincherándose en el búnker, cerrando el cuadro, en un empeño inútil pero peligroso de detener la marcha de la sociedad española hacia el progreso y la libertad…”[10]

Un informe “Hacia la libertad” que entraba en el análisis de cuestiones de gran trascendencia para España, como era su aceptación en el marco europeo dentro del Mercado Común, que habiendo recibido años antes el rechazo por parte de los comunistas, se veía ahora de manera diferente, como un marco lleno de posibilidades pero que era necesario reformar en favor de un espacio de mayor democracia, un espacio desde el que poder enfrentar en una suerte de “tercera vía” a la opción del imperialismo norteamericano y la propuesta soviética[11]. Una postura que nuevamente, como frente a la invasión de Checoslovaquia[12], alejaba al PCE de los postulados de la Unión Soviética, y construía progresivamente junto a los partidos comunistas de Francia (PCF) y de Italia (PCI), una propuesta diferente. En su línea tradicional, el PCE se reafirmaba contra el imperialismo norteamericano y su intervención en el sureste asiático con el “¡Apoyo resuelto al pueblo de Vietnam!”

“…La agresión del imperialismo en Vietnam no tiene precedentes en la historia por su horror y su vileza. Aquellos gobernantes norteamericanos que la han llevado a cabo, y particularmente Nixon, son tan criminales de guerra como Hitler…”[13]
Dolores Ibarruri con Ho Chi Minh. París 1960. HPCE. 

Pero sin duda, el apartado más importante del análisis de los documentos congresuales, era el análisis del contexto español “La cuestión más urgente: acabar con el poder dictatorial”[14] en la que señala las que entiende son las claves para poner fin a décadas de dictadura en el país. Es necesario poner fin a la dictadura, para lo que es imprescindible la unidad de todas las fuerzas democráticas, para lo que se propone un “Pacto para la libertad” que una a las diferentes organizaciones. No valen las posturas falsamente aperturistas que surgen desde dentro del propio régimen pero que no cambian en lo sustancial nada, y que no son sino el intento de supervivencia de la oligarquía afecta al sistema dictatorial. En esa misma línea se señala lo que se denomina como “juancarlismo”

“Juan Carlos es una criatura de Franco, educada bajo su control, que ha jurado los principios del Movimiento, es decir, los principios fascistas. Sin duda ha prometido en secreto a unos u otros que cuando reine hará de su capa un sayo y olvidará su origen y sus juramentos. Sin duda está ya bornoneando a diestro y siniestro, lo que viene muy acorde con las tradiciones familiares. Pero la oposición no puede dejarse trastear por ese tipo de promesas y guiños, métodos políticos del siglo pasado…”[15]

Se afirma con rotundidad que la democracia no será un regalo, sino que tendrá que conquistarse por las personas que creen en ella. Para el PCE la libertad política no se puede negociar, es innegociable si se quiere avanzar realmente hacia un sistema verdaderamente democrático. Una España que ha de ser respetuosa con su propia pluralidad de nacionalidades, con Cataluña, con Euzkadi, con Galicia, con Andalucía… pero el análisis es claro, toda esa pluralidad política y nacional ha de ser articulada en una auténtica alternativa democrática. Frente a todo esto…

“…El Gobierno continúa clavado en su inmovilismo, encarcelando y reprimiento. Y cuando sale del inmovilismo es para ir hacia atrás, como sucede con la política que se hace en Educación: para implantar métodos de depuración semejantes a los que aplicaron en los días posteriores a la guerra, para volver al fascismo desnudo…”[16]

Para hacer caer a la dictadura, la principal herramienta que se plantea es la “Huelga Nacional”, una gran huelga auspiciada por las fuerzas democráticas que llevara a la paralización del país por medios pacíficos y la ocupación de forma activa de la calle, una acción a gran escala que desestabilizase la dictadura y pudiera hacerla caer con el objetivo de establecer un “Gobierno Provisional” con todas organizaciones antifranquistas. Pero las experiencias anteriores con la Jornada de Reconcilización Nacional (1958) y la Huelga Nacional Política (1959) habían tenido una incidencia muy limitada. Sin embargo, se habían ido dando otros pasos menos efectistas o grandilocuentes, pero mucho más eficientes para responder a las necesidades reales de la España del interior y con un carácter claramente desafiante a la “paz social franquista”, las Comisiones Obreras. Para el historiador Josep Fontana

“…Este nuevo movimiento tuvo el doble efecto de alentar en su entorno el desarrollo de otras formas de protesta social, a la vez que contribuía a dar a sus propios militantes una conciencia que desbordaba el cauce de unos objetivos estrictamente laborales. En la medida en que sus aspiraciones topaban con los límites que implicaban unas leyes restrictivas y la práctica de la represión por las fuerzas del orden y por los tribunales, las luchas puntuales de Comisiones conducían a la politización de un movimiento obrero que tuvo un papel fundamental en la liquidación de la dictadura…”[17]

Otro espacio de intervención destacado será el estudiantil, fundamentalmente en las universidades a través de la “alianza de las fuerzas del trabajo y de la cultura” que amplía las sinergias con las juventudes y la base de oposición a la dictadura. La feroz represión del régimen lleva la ocupación de los campus por la Policía Armada para evitar manifestaciones o huelgas estudiantiles, infiltración de derechistas saboteadores, la políticosocial… cuando no encarcelamientos y torturas para obtener información de las organizaciones clandestinas estudiantiles y sus nexos de unión con las fuerzas políticas de la oposición[18].

Diario italiano LÚnitá 21/12/1973 recoge el asesinato de Carrero Blanco en portada.

Como analizábamos al comienzo del artículo la dictadura había llevado a la dirección del Gobierno al sector más inmovilista representado por el almirante Carrero Blanco, que desde mediados de 1973 ocupará la Presidencia del Gobierno. Una responsabilidad que durará poco tiempo, ya que en diciembre se producirá el atentado que acaba con su vida, dejando a la dictadura en una compleja situación, a la vez que una honda preocupación en la oposición al estar próximo el juicio en el cual era encausada la cúpula dirigente de CC.OO. el conocido juicio “1001”. Será nombrado nuevo presidente Carlos Arias Navarro, hasta ese momento Ministro de la Gobernación, que mantiene a la mayor parte de los ministros y sigue una línea continuista.

Calendario del año 1975 con los procesados del 1001. HPCE.

Entre 1974-1975 la conflictividad social va en aumento en los complejos momentos de la crisis energética provocada por las guerras entre Israel y los países árabes, que acaba llevando a una recesión económica de profundo calado. Junto a esto se producen depuraciones en el Ejército, donde los miembros de la Unión Militar Democrática (UMD) son encarcelados y separados de las Fuerzas Armadas. La violencia se incrementa con un número de víctimas mortales considerable debido a los atentados de ETA y el FRAP contra las fuerzas del orden de la dictadura, a lo que se responde por parte de las autoridades gubernamentales con una extrema violencia, como muestran las penas de muerte de septiembre de 1975

“…Ángel Otaegui, mientro de ETA condenado por cooperación en el asesinato del cabo de la Guardia Civil Gregorio Posadas, fue ejecutado en el penal burgalés de Villalón, a las 8.30 de la mañana del día 27 de septiembre de 1975. Cinco minutos después era fusilado en Barcelona el también miembro de ETA Juan Paredes Manot Txiki, acusado de ser el ejecutor material de Posadas. En el campo de tiro de Hoyo de Manzanares (Madrid), a partir de las 9.20 de la mañana y con intervalos matemáticos de 20 minutos, se enfrentan al pelotón de ejecución los militantes del FRAP José Humberto Baena, Ramón García Sanz y José Luis Sánchez Bravo. Ese mismo día comenzó la desaparición del franquismo…”[19]

La reacción internacional a los asesinatos mostraba la soledad del régimen español, siendo llamados a consultas 12 embajadores que acaban abandonando el país. El “búnker”, término utilizado para designar a los sectores más reaccionarios de la propia dictadura, critica abiertamente al Gobierno de Arias Navarro, que en esos mismos días acaba firmando la evacuación del Sahara Occidental dejando a la población civil a merced de la ocupación marroquí.

Mundo Obrero 25/11/1975.

El 20 de noviembre de 1975 moría el dictador, pero aún quedaba un largo camino que recorrer para la conquista de la democracia, la oligarquía franquista no estaba dispuesta a dejar el poder.

Fuentes archivístivas:

  • Archivo Histórico del Partido Comunista de España (AHPCE)

Bibliografía:

  • AA.VV. PCE en sus documentos, Madrid, Ediciones HOAC, 1977
  • AA.VV. 100 años construyendo futuro, 100 años construyendo socialismo, Madrid, Editorial Agitación, 2021
  • BUENO LLUCH, Manuel y GÁLVEZ BIESCA, Sergio, Nosotros los comunistas. Memoria, identidad e historia social, Madrid, Fundación de Investigaciones Marxistas, 2009
  • CARRILLO, Santiago e IBARRURI, Dolores, Hacia la libertad. Informe del Comité Central presentado al octavo congreso del Partido Comunista de España, París, Editions Sociales, 1972
  • MATEOS, Abdón y SOTO, Álvaro, El final del franquismo 1959-1975, Madrid, Historia 16, 1997.
  • SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, Jesús, Teoría y práctica democrática en el PCE (1956-1982), Madrid, Fundación de Investigaciones Marxistas, 2004

Artículos: 

Notas bibliográficas:

_______________________________________________________

  • [1] GRANELL, Francesc, “Los quince años del acuerdo de España-CEE”, en la edición digital de El País, 29/06/1985 Recibe esta denominación el acuerdo por el apellido del embajador de España ante la Comunidad Económica Europea Alberto Ullastres
  • [2] Para conocer más sobre las características de las relaciones con los Estados Unidos y los diferentes convenios firmados desde 1953, es de gran interés el artículo de Ángel VIÑAS, “La negociación y la renegociación de los acuerdos hispano-nortamericanos”, en Cuadernos de Historia Contemporánea, Universidad Complutense de Madrid, 2003, pp.83-108
  • [3] ERICE, Francisco, “Comunicado y resolución del Pleno ampliado del Comité Central del PCE (septiembre de 1970)”, en edición digital de Mundo Obrero, 14/12/2021
  • [4] “Comunicado y resolución del pleno ampliado del Comité Central del PCE”
  • [5] ARENAS DE SORIA, Juan Francisco, “La caída de 1970 en Granada”, en el diario digital El Independiente de Granada, 4/02/2022
  • [6] Boletín Oficial del Estado (BOE), número 175 de 23 de julio de 1969, páginas 11607 a 11608
  • [7] ERICE, Francisco, “Intervención de Dolores Ibárruri en el mitin de Montreuil. 20 de junio de 1971”, edición digital de Mundo Obrero, 03/01/2022
  • [8] Mundo Obrero, Año XLI, número 13, 26/06/1971.
  • [9] SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, Jesús, Teoría y práctica democrática en el PCE (1956-1982), Madrid, Fundación de Investigaciones Marxistas, 2004, pp.167-169
  • [10] CARRILLO, Santiago e IBARRURI, Dolores, Hacia la libertad. Informe del Comité Central presentado al octavo congreso del Partido Comunista de España, París, Editions Sociales, 1972, p.7
  • [11] ABAD GARCÍA, Eduardo, “El VIII Congreso del PCE (julio de 1972) y el cambio de postura respecto al Mercado Común Europeo”, en edición digital de Mundo Obrero, 08/01/2022
  • [12] ARENAS DE SORIA, Juan Francisco, “La primavera de Praga 1968. El PCE, de la ortodoxia a la disidencia”, en diario digiltal El Independiente de Granada, 24/12/2021
  • [13] CARRILLO, Santiago e IBARRURI, Dolores (1972), p.8
  • [14] CARRILLO, Santiago e IBARRURI, Dolores (1972), pp.24-26
  • [15] CARRILLO, Santiago e IBARRURI, Dolores (1972), p.34
  • [16] CARRILLO, Santiago e IBARRURI, Dolores (1972), p.27
  • [17] FONTANA, Josep “Los comunistas en el final de la dictadura” en BUENO LLUCH, Manuel y GÁLVEZ BIESCA, Sergio, Nosotros los comunistas. Memoria, identidad e historia social, Madrid, Fundación de Investigaciones Marxistas, 2009, p. 406
  • [18] AA.VV. 100 años construyendo futuro, 100 años construyendo socialismo, Madrid, Editorial Agitación, 2021, pp.135-138
  • [19] JAUREGUI, Fernando, “Las presiones internacionales no pudieron frenar los cinco fusilamientos del 27 de septiembre de 1975”, en la edición digital de El País, 27/11/1985

_______________________________________________________

Juan Francisco Arenas de Soria es profesor de Geografía e Historia y miembro de la Asociación Granadina Verdad Justicia y Reparación.

_______________________________________________________

Si no tuviste la oportunidad de leer o quieres volver a hacerlo, te ofrecemos la presentación de la serie que, cada viernes, Juan Francisco Arenas de Soria nos ofrecerá semanalmente sobre la historia del Partido Comunista que, en noviembre, cumplirá 'cien años al servicio de la clase trabajadora', con la intención de que los artículos 'nos aproximen a la realidad de un movimiento social clave para entender nuestro país, su lucha por la democracia y la libertad en contextos realmente complejos, y eso sí, siempre desde una perspectiva granadina":